El 30 de agosto se conmemora el día internacional de la desaparición forzada, para Chile este día se conmemora el día Internacional del Detenido/a Desaparecido/a. Para nuestro país es un día triste y muy sensible, puesto que aún hay 1.092 personas detenidas desaparecidas y 377 ejecutados políticos de quienes no se conoce el paradero de sus cuerpos.
Este dolor histórico permanece como deuda para con las familias y con el país, dado que no ha existido reparación. Hoy a 50 años del golpe cívico militar, más que nunca se deben alzar las demandas de reparación y no olvido, puesto que un país sin memoria vuelve a transitar por los mismos caminos.
La dictadura cívico militar, utilizó la tortura como procedimiento de represión política en Chile e hizo desaparecer y matar a personas que, ideológicamente calificó como enemigas de la patria. Esa visión y práctica de represión sostenida por 17 años ha dejado profundas heridas en el plano individual y colectivo, que se acrecientan con la impunidad efectiva para algunos torturadores y la relativización, e incluso negación, de esta barbarie.
No puede haber justicia sin verdad, una frase muchas veces oída y que refleja un sentir genuino que en este día más que nunca debe hacerse eco, de lo contrario, podemos caer en la desidia que no permite avanzar, quedándonos con una historia inconclusa. Hemos repetido que sin justicia y reparación no puede haber olvido, esa máxima constituye una condición sine qua non. Aún en distintas partes del mundo existe represión y barbarie, guerras y genocidio. En este contexto, el Estado democrático tiene la tarea titánica de constituirse en un pilar ético para combatir el terrorismo de manera efectiva, en cualquiera de sus manifestaciones, puesto que la democracia no es un lujo y, por ese motivo, hay que cuidarla y fortalecerla; lo mismo ocurre con la Libertad como derecho humano fundamental, que no es un privilegio sino una realidad constitutiva del ser humano.
El terrorismo y la violencia se erige como una espada de Damocles, como una sombra que persigue a las víctimas, a las familias, colegas, vecinos/as. La perversidad de hacer desaparecer a personas para infundir terror y que las familias desconozcan su paradero, imprime la desesperanza de encontrarle, de saber si está sufriendo los horrores de la tortura e incluso la muerte. La sombra de los horrores se sigue manifestando, reviviendo en las víctimas la crueldad y ferocidad del tormento físico y psicológico y también en sus familias que no siempre les es posible llegar a imaginar.
En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe cívico-militar, es necesario generar acuerdos sobre mínimos civilizatorios que, como país, necesitamos concordar. La derecha perdió una oportunidad histórica de saldar su cuenta con el país, al no haber condenado las graves violaciones a los DD. HH, sino que una vez más, salieron a defender a las y los victimarios.
Hoy en el día, en el que el gobierno, lanza su Plan de Búsqueda de DD.DD, se niegan a asistir. Estas señales, deben ser motivo de gran preocupación, si a esto sumamos columnas y otras opiniones, que hemos escuchado por estos días, queda la sensación, de que no solo niegan las violaciones de DDHH ocurridas en dictadura, que hace unos años Sebastián Piñera y todo su gobierno, reconocía y criticaba, sino que las validan y explican.
El actual discurso de la derecha no da garantías de no repetición, sino, todo lo contrario, su discurso hace temer repeticiones de estas violaciones de Derechos Humanos.
Es hora de aprehender la lecciones históricas y políticas de esta conmemoración de los 50 años del golpe.
El NUNCA + hoy es más necesario que nunca.
No se debe permitir que se perpetue la deshumanización.
Autoras:
Dra. Sonia Brito Rodríguez
Académica- Investigadora. Departamento Trabajo Social.
Universidad Alberto Hurtado.
Rossana Fuentes Oshe
Máster en Gestión de Servicios de Salud y Empresas Sanitarias.
Profesional Ministerio de salud (MINSAL)
Lorena Basualto Porra
Académica- Investigadora
Universidad Católica Silva Henríquez
Mg. Katia García Benítez
Académica- Investigadora.
Departamento Trabajo Social. Universidad Alberto Hurtado.