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“Crónicas de la Nueva Esperanza” o el coro en la voz de Jaime Huenún. Por Hans Schuster

Crónicas de la Nueva Esperanza, Chronicles of New Hope (traducción al inglés de Cynthia Steele) con Fotografía de Álvaro de la Fuente Ferré, LOM Ediciones, 2024, y dedicado a María Luisa Villa González (1947-2024) madre del poeta.

La infancia suele ser un lugar idealizado, sin embargo, desde el espacio literario creado y re-creado por Jaime Huenún, la infancia es un punto de encuentro y reflexión, por ello, la mirada no se puede desviar porque más de un tercio de la población que vive en la pobreza son niños y adolescentes que sobreviven en todas las regiones del país, hoy serán sobre el medio millón, no hay datos exactos porque las mediciones del último censo se entregarán recién el 2025. (recordemos que el censo realizado por el gobierno de Piñera (2012) a cargo de Francisco Labbé cuya medición resultó ser un fraude y no pudo ser considerado como una herramienta para la elaboración de políticas públicas, aunque ya casi todos olvidaron la pérdida de los $30 mil millones que costó el despropósito auto denominado “Es el mejor Censo de la historia “y por el cuál Piñera pidió perdón).

En el detalle, las fotografías actuales de la pobreza, no son más luminosas que las aportadas por Álvaro de la Fuente en el libro de Jaime Huenún (todas en blanco y negro), al contrario, hoy los matices de la pobreza nos hablan de una condición multidimensional, la «pobreza multidimensional» —es un concepto en el que se miden de forma directa las condiciones de vida de los hogares más allá de la falta de ingresos; y que considera aristas del desarrollo humano tales como vivienda, entorno, redes, cohesión social, educación, salud, trabajo y seguridad social— “el asunto es todavía más preocupante, y llega a un 18,4% entre chileno/as de 0 a 17 años de edad (el total de la muestra considera 72.056 hogares, con información de 202.231 personas).” CASEN 2022.- Pero nada se sabe de la pobreza entre no chilenos, aquellos migrantes cuya entrada al país no ha sido registrada. La pobreza multidimensional sigue limitando las garantías de Niños, Niñas y Adolescentes, con un impacto claramente negativo en su desarrollo: las y los menores se ven afectados en diversas dimensiones, por ejemplo, están más expuestos a problemas de salud y son presa fácil de la violencia y tienen más probabilidades de bajo rendimiento escolar, porque en distintos y múltiples escenarios, se ve afectado el desarrollo cognitivo y emocional.

El texto poético de Jaime Huenún Villa describe imágenes de una infancia rural, instalada en la cotidianeidad de la toma a orillas del contaminado Río Rahue, en donde confluyen diversas historias con toda clase de personajes, tanto humanos, como animales y vegetales -Notable es el poema en prosa “Solo de un árbol”.

En el historial de las tomas de terreno en Chile, Nueva Esperanza es un nombre recurrente, que está de norte a sur y a pesar de la creencia bastante difundida de que La Victoria, en 1957, fue la primera toma de Chile –e, incluso, de América Latina– se sabe que el fenómeno de las tomas de terreno para instalar viviendas precarias en sitios de la periferia urbana comienzan con mucha fuerza a mitad de la década de 1940, en Chile.

Una toma notable es la de Lo Franco, que incluso llega a tener su propio periódico “La Voz de La Población Lo Franco” (1939) con breves artículos sobre el sentido de la casa propia para el obrero, la usura en la venta de harina, verduras y frutas, un grupo de ciclistas de la población “en alegre paraje campestre”, se publicaba el nombre de los enfermos y sus dolencias, incluyendo el domicilio para prestar auxilio. Notable trabajo que incluye en cada edición pequeñas fotografías. (Ver Archivos de la Biblioteca Nacional de Chile).

Recordemos que "La toma" es la acción de ocupar y habitar ilegalmente un terreno, sin la posesión de títulos de dominio, construyendo sobre él una casa, un rancho o una mediagua. Se realiza ante la necesidad de resolver una carencia de quienes no poseen otra posibilidad para enfrentar la falta de habitación, los inicialmente rukos, ranchas que luego fueron mediaguas, por lo que hasta el día de hoy podemos palpar el hacinamiento, el frío, la falta de; agua, luz, alcantarillado, el barro invernal, la escases de comercios, establecimientos educacionales, salud pública y lugares de recreación.

Ya desde 1930, y con fuerza durante 1950 hasta comienzos de los setenta, se vivió en Chile (y especialmente en los grandes centros urbanos de Santiago, Valparaíso y Concepción) el surgimiento de las poblaciones callampa, llamadas así por su aparición súbita y de supuesto carácter efímero, en un principio zonas sub urbanas, la carestía y las intensas migraciones hacia Santiago impulsaron la formación de innumerables poblaciones que, construidas sobre la base de desechos como latas, cartones y maderos viejos, brotaron con tal rapidez y magnitud que fueron denominadas poblaciones callampas. Callampa: hongos, especialmente los comestibles, como; loyo, pique, gárgal. Del quechua kallampa: hongo. En mapudungun: Changle, dihueñe.

Recordemos una de las tomas más masivas en Santiago de Chile, el 30 de octubre de 1957. Las familias que realizaron esta acción provenían de un conjunto de poblaciones callampas instaladas a orillas del Zanjón de la Aguada, por ése entonces no canalizado, y tradicional lugar de miseria desde los tiempos del intendente Benjamín Vicuña Mackenna. Allí vivían, hacinadas en una franja de cinco kilómetros de largo y 125 metros de ancho, unas 35.000 personas que formaban diez poblaciones las cuales habían realizado innumerables gestiones para adquirir un sitio. Dos incendios gigantescos ocurridos en octubre de 1957, presuntamente provocados, precipitaron la ocupación de la chacra La Feria. La reacción de las autoridades fue ordenar el desalojo, pero la intervención oportuna del arzobispo José María Caro permitió la permanencia definitiva de los ocupantes que bautizaron la población con el nombre de La Victoria.

Y casi diez años después, 16 de marzo de 1967, en la comuna de Barrancas un grupo de familias, agrupadas en el Comité de los Sin Casa, iniciaban una caminata en medio de la noche hacia el actual límite entre las comunas de Lo Prado y Pudahuel para instalar un campamento para demandar un derecho básico, el de la vivienda. La gran mayoría tenía su libreta Corvi pero no podían postular al subsidio y nadie les daba una solución, no querían que les regalasen los terrenos, iban a pagar por ellos; querían levantar sus casas, recordemos que Víctor Jara, quien visitó la toma varias veces, tomó su guitarra y compuso el disco «La Población».

Sobre el nombre de la población hay muchas versiones. En medio de uno de los tantos intentos de desalojo los carabineros habrían golpeado a una madre que llevaba a su hija recién nacida en brazos, y la guagua había muerto. Otra versión es que a la menor en cuestión recibió el chorro de agua del guanaco provocándole una bronconeumonía y la niña Herminda muere en medio de la población, pero la tragedia continua cuando desde el hospital les negaban el cuerpo, por orden superior, finalmente la niña fue velada como angelito y la toma recibe su nombre en honor a la pequeña fallecida. Herminda de la Victoria, será el nombre cuando finalmente obtuvieron el terreno para levantar sus casas. Hay notas de prensa en que podemos ver a vecinos, en su mayoría del campamento Nueva Esperanza 3 de Osorno, que se tomaron la ruta U-72, que une a la comuna con Río Negro, en protesta contra el municipio, por la falta de soluciones a las malas condiciones sanitarias del sector donde viven, como, por ejemplo, la falta de alcantarillado. Los manifestantes instalan barricadas y las batallas cada cierto tiempo continúan. Como continúan las tomas, está vez chilenos y migrantes buscando un terrenito para levantar un lugar que cobije en algo la miseria de gobiernos y gobernantes que los impulsan a estar allí.

Pero volvamos a la literatura, ese lenguaje propio que utiliza Jaime Huenún, con una retórica entendida en su concepto más amplio, es decir, nos presenta los poemas (recordemos que la edición es bilingüe) los textos son contenedores de una belleza y expresión, que va más allá de la infancia o de lo precario de una población que se inicia con una toma, como lo fue Nueva Esperanza 1, hoy hay 3 con el mismo nombre en la ciudad de Osorno. Y son más de 1400 tomas las que existen en todo el país.

En otras palabras, los textos literarios de Jaime Huenún poseen un estilo creativo único, como su voz de barítono que nos entrega en la lectura una belleza, con la subjetividad y atractivo propio, que va más allá de la función expresiva, “Crónicas de la Nueva Esperanza” son voces en coro en la voz de Jaime Huenún, que nos permiten reencontramos con la historia del poeta, y con ello con la historia de Chile.

Hans Schuster es escritor

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