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Discurso por el Aniversario de la Fiesta Nacional de Chile 2025. Ennio Vivaldi. Embajador de Chile en Italia

Gracias por concurrir a la celebración de nuestra Fiesta Nacional. Les doy la bienvenida (1):

Centrar mis primeras palabras en Chile parecería un exceso de autorreferencia dado el momento en que nos encontramos como humanidad. Resulta conmovedor que este instante lo vivamos aquí en Roma donde alguna vez, según Flaubert citado por Yourcenar en las Memorias de Adriano, “Cuando los dioses ya no estaban y Cristo aún no había llegado, entre Cicerón y Marco Aurelio, hubo un momento único en que solo estuvo el hombre". Ese momento único, que pareciera ser a la vez una culminación y un inicio, impactaría a todo el mundo hasta nuestros días. Quiero entonces empezar por decir algo, no sobre estos dos mil años, sino sobre lo que me ha tocado vivir, y lo hago con una emoción muy íntima pues hoy día, por una suerte infinita, están aquí junto a mi mujer Pilar y a mí, mi hija Lieta y mi nieta Alina, lo que me invita a comparar la idea de realidad, de qué es el mundo real, para estas tres generaciones.

Cuando yo era niño iba muy frecuentemente, desde luego todo el verano, al campo de mi Nonna. Las gallinas eran esos seres vivos que me miraban, nunca de frente, siempre de perfil, desde una distancia prudente, con una mezcla de curiosidad y desconfianza, una negociación balanceada entre seguridad y afán de indagación, en permanente reevaluación la situación. Para mis hijos Lieta y Ennio Stefano las gallinas también eran seres vivos que caminaban, pero solo durante un mes del año. Para mi nieta Alina, lo que se le presenta como una gallina es un dibujo animado, exageradamente extravagante, muchas veces grotesco, que se mueve en alguna pantalla de celular o tablet o televisor, y que sufre miles de percances entre surrealistas y aterradores. Pero la gallina de la pantalla del celular parece tener tanto derecho como la otra a ser real, aunque no haya pasado por los miles de años de evolución que prescribe Charles Darwin.

Esas mismas pantallas son las que hoy nos muestran a su modo, o no nos muestran, los problemas del mundo: la política, la democracia, las guerras, la violencia verbal y física, el feminicidio, la fuerza brutal del insulto como método, el crimen organizado, el cambio climático, la transición energética. También la pobreza y el hambre, donde a veces parecieran querer cambiar el “pan y circo” romano por un “circo sin pan”.

Ante tanto contenido burdo y agresivo que puebla las pantallas deberíamos contraponer la imagen formidable de una de las ciudades invisibles de Ítalo Calvino, esa ciudad que era el reflejo en el agua de una ciudad, es decir, un juego entre lo efímero y lo permanente, una persistencia dentro de la fragilidad, como quizás sea el caso de la democracia y de la paz.

Volviendo a los cambios a través de estas tres generaciones, algunos pilares que la mía quiso ver como parte consustancial de la sociedad se ven progresivamente horadados. En muchos de nuestros países la educación y la salud parecen cada vez más segmentadas y diferenciadas por estratos socioeconómicos. Especialmente peligroso es el debilitamiento de la educación pública, piedra angular de una real igualdad de oportunidades, del sentido de pertenencia a una comunidad y del asumir la heterogeneidad sociocultural del estudiantado como algo consustancial al proceso educativo. Como argumenta François Jacob en El Juego de lo Posible precisamente porque no somos biológicamente idénticos es que culturalmente en la historia de la humanidad se creó el concepto de igualdad y de igualdad de derechos. Bien pensado, una clase de un liceo público se parece, a su manera, a las asambleas de los organismos multilaterales.

A este respecto, quiero destacar que en materia de educación queremos realizar con la IILA un proyecto para llevar a Chile nuevas carreras o nuevos fundamentos de carreras ya existentes en educación terciaria, basadas tanto en nuevas tecnologías como en la sabiduría ancestral de Italia. Estoy convencido que la principal colaboración con América Latina es ayudar a que no limite su economía a la explotación de sus recursos naturales, sino que pueda consolidar su participación en la generación de conocimiento, en ciencia y tecnología con el resto del mundo, un requisito para fortalecer su independencia, soberanía y democracia.

El Presidente de la República de Chile, Gabriel Boric, visitará la Ciudad del Vaticano y Roma en octubre. El Presidente Boric asistirá junto al Presidente Mattarella a un Seminario conmemorativo de los 50 años del atentado contra Bernardo Leighton en Roma. Leighton fue un político demócrata cristiano chileno quien, exiliado en Italia tras el golpe de Estado, consagró su vida a la resistencia a la dictadura chilena. Fue siempre un gran defensor de la importancia en política del diálogo, de la convergencia y de la comprensión. Este homenaje se organiza junto a la Fundación Occorsio, la que nació para recordar a Vittorio Occorsio, magistrado de la República Italiana, víctima de un atentado perpetrado por la misma persona que disparó contra Bernardo Leighton.

En el actual contexto económico basculante, la visita del Presidente busca además consolidar a Chile como un socio confiable para Italia. Italia es actualmente el sexto principal inversionista extranjero en Chile, está presente en sectores clave como infraestructura, energía y servicios. Además, las compañías italianas han firmado más de 15 contratos en el sistema de concesiones chileno.

Hemos enfatizado en otras oportunidades no tan solo las semejanzas en el devenir sociopolítico de Italia y América Latina, sino sus influencias recíprocas. Sin necesidad de proponérnoslo, pareciera que esa interacción es inevitable, a la vez que será más relvarte mientras más seamos capaces, por nuestra parte, de construir una América Latina más unida. Esto también se ve reflejado en el trabajo multilateral, especialmente ante las agencias de las Naciones Unidas en Roma, FAO, FIDA y PMA. Pensamos que es importante promover una mayor presencia de América Latina y el Caribe. En estos momentos dramáticos para el mundo, en que debemos confrontar y detener con la política y la diplomacia a quienes promueven guerras inhumanas, en que debemos combatir el hambre y la pobreza, en que debemos tomar medidas de consuno para la sustentabilidad planetaria, estamos convencidos de que quien dirija la Organización de Naciones Unidas deba ser una mujer y de nuestra región. A este respecto, ayer, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Boric comunicó oficialmente la candidatura de la presidenta Michelle Bachelet para este alto cargo.

Quiero agradecer a las y los embajadores latinoamericanos el haberme permitido representarlos presidiendo el Grulac. En este 2025 estamos celebrando los 80 años del Premio Nobel recibido por Gabriela Mistral, primera mujer latinoamericana en obtenerlo, y los 75 años de la primera edición de Canto General, obra dedicada a América, que el mismo Pablo Neruda considera su trabajo más importante. El magnífico mural Presencia de América Latina del artista mexicano Jorge González Camarena en la Universidad de Concepción está coronado por esta cita extraída del Canto General: Y no hay belleza como esta belleza de América extendida en sus infiernos en sus cerros de piedra y poderío y en sus ríos atávicos y eternos. A Canto General pertenece Alturas de Macchu Pichu, que me parece especialmente atingente recordar en el momento que vivimos. En ella Neruda transita desde su angustia existencial de hombre solo, de hecho, empieza con los versos “Del aire al aire, como en una red vacía, iba yo entre las calles y la atmósfera” para, en seguida, al llegar a Macchu Pichu, preguntar atónito: Piedra en la piedra, ¿el hombre donde estuvo?, y para, finalmente, terminar comprendiéndose a sí mismo como una deriva, como parte y sujeto de una historia, de una civilización, de un colectivo. Concluye así dirigiendo un llamado al habitante originario de América: Sube a nacer conmigo hermano.

Me dirijo ahora a las amigas y los amigos italianos, a las autoridades de la IILA y del Ministerio de Asuntos Internacionales y Cooperación Internacional y dela Organización Internacional de Derecho al Desarrollo (IDLO) para agradecerles sinceramente todo lo que hemos compartido y logrado en estos años. He dicho tantas veces que, al ser notificado para mi sorpresa de mi designación como Embajador de Chile en Italia, nunca fui capaz de anticipar la emoción infinita en que esa experiencia habría de transformarse.

Quiero terminar citando una poesía de dos líneas de Ungaretti que, al menos para mí, parecería una adivinanza al revés, en el sentido de que la respuesta a la adivinanza está antes de su formulación, está en el título,

La poesía dice:

Sorpresa
dopo tanto
d’un amore.
Credevo di averlo sparpagliato
per il mondo.

El título de la poesía es:
Casa mia

Muchas gracias

1) Comenzó el discurso dando la bienvenida a:

  • Embajador Bruno Pasquino, Jefe de Protocolo de la República Italiana
  • Segretaria General de la IILA Ministra Plenipotenciaria Antonella Cavallari
  • Directora para los países de América Latina y Caribe del MAECI, Ministra Plenipotenciaria Laura Carpini
  • Directora General de ICCROM Dra. Aruna Francesca Gujral
  • Embajadora de Chile la Santa Sede, Patricia Araya
  • Viceministro de Desarrollo y Agricultura de la República de Panamà, Dr. Francisco Ameglio
  • Embajadores y Funcionarios Diplomáticos
  • Funcionarios de la Embajada de Chile
  • Autoridades Militares italianas y Agregados en Italia
  • Agregado de Defensa y Naval, Agregado de Carabineros y Agregado Militar y Aéreo de Chile en Italia. Aprovecho esta ocasión para un saludo especial porque el 19 de septiembre fue el día del Ejército chileno.

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