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El “aprendizaje social” como clave crítica para el futuro gobierno del Frente Amplio. Por Cristián Valdés

Hace no muchos meses, la disputa por el poder ante las elecciones presidenciales, seguía en manos de los conglomerados tradicionales, incluido, claro está, los nombres de Piñera y Lagos, que en conjunto representan al menos los últimos 15 años de la política chilena. En este sentido, el Frente Amplio –qué duda cabe- ha significado ese aire fresco que lentamente se fue aglomerando en los que no votan, en la apatía o simplemente en la inercia, logrando articularse, no sin dificultades, en lo que hoy es tema central de preocupación para la Nueva Mayoría y Chile Vamos.

Es significativo que, de la omisión, al ataque directo, hay un salto cualitativo enorme, porque ya se instaló como una posibilidad real de gobierno, y que como tal debería aceptar de buena gana esa “alarma” de la política tradicional, asumiéndolo como un reconocimiento indirecto, pero contundente, que las fuerzas políticas que representa, se acercan a la Moneda.

Por lo mismo, es necesario que, más allá de los programas, se advierta que su futuro gobierno debe integrar como clave política fundamental, la re-configuración del juego político, es decir, articular a los diferentes actores sociales, en un vínculo que no se contraiga a la oposición irreductible que terminó fijando el Régimen militar, y que de una manera u otra, de modo decisivo, ha determinado nuestra vida política y su despliegue. Como muestra de ello, es que ante la alternativa que se representa, la misma Bachelet se tomó la molestia de reducirlo a más de lo mismo, porque efectivamente, en estas cabezas todo se reduce al duopolio y su lógica.

Esto implica un desafío mayúsculo, porque significa ser capaces de propiciar un aprendizaje social, en donde las cosas dejen de jugarse en prejuicios maniqueos y su insistencia en remarcar y perpetuar el conflicto, para abrirse a la resolución de ellos y las posibilidades latentes de encuentro y proyección.

Planteo esto por una razón muy sencilla: cualquier intento de modificación o simple retoque del sistema neoliberal -uno de los pilares esenciales del proyecto político del Frente Amplio-, implicará ineluctablemente la reacción de sus partidarios, como un reflejo aprendido y naturalizado, que se nutre y explica por la experiencia de conflicto en nuestra historia política reciente.

Esto es lo que hay que cuidar, porque no se hace historia si no es en conjunto, y las transformaciones que Chile necesita se deben hacer con ellos, no contra ellos, de lo contrario el sentido común que llena el relato del Frente Amplio -que es su mayor virtud-, se verá truncado o dificultado, porque estos actores sociales son influyentes y si se sienten amenazados, es obvio que activarán dispositivos de proyección ¿Se podría esperar otra cosa?

La elección es sólo un paso, intenso, pero no el más importante, lo gravitante es la gobernabilidad, y uno de sus elementos críticos es la implementación de este aprendizaje, en donde ya no sea ni la venganza ni la maldad lo que unos ven en los otros, sino la construcción en conjunto de nuestra historia, bajo el principio absoluto de la democracia, que implica para el Frente Amplio, propiciar y construir nuevas confianzas sociales, que superen, para todos, y de una vez por todas, el trauma de lo que llevó a la dictadura y lo que en ella se hizo, de lo contrario el gobierno que viene, ahora o mañana, no tendrá el piso necesario para el futuro que la inmensa mayoría esperamos, arriesgando aquello que tomo tanto tiempo aglomerar, estancándolo ante una derechización de todos los partidos tradicionales, insistiendo en un juego político repetido y con resultados predecibles.

Estas elecciones son diferentes, porque abren una posibilidad que no se veía hace muchos años en Chile, por ello el próximo gobierno del Frente Amplio necesita de una inteligencia política distinta, de una estrategia de integración y sanación social, pero sobre todo aprender que los grandes movimientos políticos de transformación, se hacen sobre la grandeza de un liderazgo para todos.

Dr. Cristián Valdés Norambuena. Colectivo de Pensamiento Crítico “Palabra encapuchada”.

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