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El despojo; como práctica histórica de la derecha política y empresarial. Por Marco Silva Cornejo

Resistir es no morir aunque se muera.
E. Guajardo

Despojarnos pretenden de todo los poderosos, nos despojaron del norte y sus venas de mineral sangrante en el siglo pasado. Luego nos despojaron de sueños en la setentera esquina del mundo cuando nos acorralaron para despedazarnos en el plomo de la metralla militar, despojados los ojos, los pezones, los cuerpos de mutilados en el mar al ritmo del tableteo de aspas de helicópteros que juraron defender la patria y a sus congéneres.

Despojados luego de la educación, de la salud, de las pensiones, entregando todo siempre a la quimera fantasiosa del dinero y la banca, hijos pródigos de los lobos de Chicago, la cuna neoliberal de Trump y Piñera. Desde hace ya antiguas lunas la derecha política y empresarial viene despojándonos de todo aquello que huele a mercancía y riqueza, todo aquello que es materia de lucro, con su sed insaciable de riqueza y opulencia terminaron por consagrar hasta la cultura y los espacios públicos al servicio del dinero y el plus valor.

Luego de las privatizaciones de los 80 en plena dictadura y entradita la transición tutelada por la concertación, comenzó el despojo cultural; el conformismo sumiso con una democracia en la medida de lo posible. Consagrando el despojo de las luchas y las motivaciones por las transformaciones que restituyeran lo perdido.

Domesticaron de shopping y apariencia crediticia la igualdad frente al consumo, nos llenaron de farándula asfixiante, nos dieron de comer la basura delirante del mercado, logrando poco a poco despojarnos de la tradición y la cultura; de la dignidad y su consecuente descontento.

La arremetida del actual gobierno en plan Impulsa Araucanía, es otra forma de despojo que pretende arrebatar los bastiones naturales, forestales y de uso de suelo y aguas para ponerlos al servicio del capital transnacionalizado. También tiene un impacto en la matriz cultural del mapuche al valorizar como mercancía sus tierras y darles la posibilidad de venta.

Lo descrito hace que la lucha del mapuche sea tan relevante para ellos y para el conjunto de la nación. La resistencia contra los despojos que se juegan en la coyuntura no tienen que ver con una pelea entre el mapuche y el chino, sino más bien son la consecuencia de una política histórica y barbárica en la que la derecha empresarial y económica ha venido consumiendo este país como un parásito integrado al ADN de lo que somos. Resulta relevante que el nuevo mapa político de la claridad respecto de quienes están alienados bajo la matriz del despojo neoliberal (DC y PR) y con quienes se cuneta de verdad para avanzar en la recuperación de lo que nos pertenece y queremos cuidar y defender.

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