El Oasis de Pica es uno de los pocos nichos ecológicos de su especie ubicado en plena pampa del Tamarugal en la región de Tarapacá, Chile. Este breve artículo discutirá la problemática que enfrenta la localidad que involucra los efectos sociales y medioambientales de la minería, el manejo del agua y el crecimiento demográfico.
En la actualidad no se puede entender la ecología de Tarapacá y en particular de Pica, sin la presencia de su contraparte: la minería y su gran influencia sociocultural sobre el territorio y sus habitantes. La minería tiene una extensa historia en Tarapacá. Desde la explotación de las minas de huantajaya hasta las salitreras con más de un siglo de historia, hoy declarados “Patrimonio de la humanidad” y considerados unos de los grandes atractivos turísticos de la zona.
La gran minería de cobre comenzó a desarrollarse ya a fines de la dictadura, con dos de las más grandes mineras de la región –Collahuasi y Quebrada Blanca- emplazadas en el territorio comunal de Pica. Ambas empresas han desplegado políticas de relacionamiento comunitario para obtener el beneplácito y validación de un sector de la población local al financiar proyectos de desarrollo económico, social y cultural[i].
No se trata solo de que la minería ofrezca puestos de trabajo mejor pagados (dependiendo de las condiciones de contrato), sino que también ejerce una influencia enorme sobre el horizonte de actividades productivas para las futuras generaciones. Ejemplo de ello, es que la fundación Educacional Collahuasi se ha hecho cargo del Liceo Padre Alberto Hurtado Cruchaga de Pica para mejorar sus índices y resultados pedagógicos[ii]. Al parecer, esto ha dado buenos resultados ya que en 2020 el liceo comenzó a funcionar como “Liceo Bicentenario” debido a una mejora en su calidad educacional[iii]. Lo problemático no son los índices sino el hecho que una empresa minera se haga cargo de la educación de las futuras generaciones, donde a través de la oferta de carreras técnicas orientadas al sector minero los estudiantes son encausados hacia este rubro a expensas de otras actividades productivas que existen en Pica. Esta “hegemonía” del sector minero ha significado serias complicaciones para los chacreros o agricultores del lugar, ya que les dificulta encontrar quien trabaje en la poda, cosecha y otras etapas del ciclo agrícola; al parecer, todos esperan poder trabajar en “la mina” que es “donde está el dinero”. Obviamente la agricultura a pequeña escala no puede competir con la gran minería. Situación que se ha venido acrecentando en los últimos años y que se vuelve crítica. La minería como reflejo de la ideología del desarrollo en Chile, significa bienestar para algunos -básicamente trabajo-, mientras que otros observan la lenta destrucción de importantes nichos ecológicos, y otros impactos sobre todo en lo que atañe el agua.
De hecho, lo que mantiene con vida al oasis es el manejo del agua. La población originaria local vive principalmente del turismo y del cultivo de frutos como el afamado limón de pica, la naranja, guayaba y el mango principalmente. En el sector fundacional del poblado se utiliza la antigua técnica de regadío, llamada riego por inundación, que amalgama conocimientos y técnicas centenarias sobre el uso y manejo hídrico que mantienen su vigencia a través del uso de galerías verticales o socavones, con formas de extracción de agua que recoge influencias incluso de la antigua Persia (Qanat)[iv] traídas en la invasión hispana; por otra parte mantiene los represamientos andinos llamados cochas, donde el agua acumulada es liberada cada quince días y que antiguamente fue regido por un ciclo lunar de 28 días; actualmente en algunos sectores se sigue considerando los tiempos solares para la distribución del agua en el regadío de zonas agrícolas. El agua es entonces, un elemento vital para la frágil ecología del lugar, cada gota de agua es valiosa en los ciclos de la naturaleza y en los ciclos que marcan la presencia humana en el oasis.
Otro de los elementos que contribuye al estrés y desequilibrio en la ecología del lugar es la dimensión demográfica. Ya que para su crecimiento se requiere una planificación territorial y urbana –actualmente inexistente- para una zona altamente vulnerable en lo que respecta el uso del agua. No existen políticas públicas adecuadas que se traduzcan en normativas e instrumentos de planificación territorial que resguarden a este lugar como nicho ecológico único y extremadamente frágil. Creemos que se requiere urgentemente de mecanismos de protección y regulación en las intervenciones del suelo agrícola, como es el caso de construcción de segundas viviendas transformadas en parcelas de agrado las que también incluyen piscinas. Pero también se requiere restringir -o por lo menos regular- el uso indiscriminado de sistemas de saneamiento particulares, de los cuales no existe un tratamiento adecuado para devolver sus agudas “servidas” al suelo.
La falta de regulación, fiscalización y sanción que ponga énfasis en la frágil situación del oasis, es signo de la subordinación del sistema político-administrativo al sistema económico, que, a pesar de tanta habladuría sobre “ecología”, “preservación” o “conservación”, obedece a los imperativos del mercado y el dinero. Para resguardar la supervivencia del oasis, se requiere definir los límites de lo realizable más allá del discurso sobre “desarrollo sostenible”. Porque cuando se trata de poner freno a la llamada “libertad” –que es finalmente la libertad de consumo- en nombre de preservar la ecología del lugar se opta por la inacción como otra forma de laissez faire, es decir, que el mercado regule. En otras palabras, si la gente pudiente quiere construir sus casitas con piscina en un lugar donde reina el estrés hídrico, tienen la libertad de hacerlo, simplemente porque pueden pagar por ello. El resto que se joda. Que viva la libertad, carajo!
Pues en esta situación, el futuro de Pica no se encuentra para nada asegurado. El horizonte es más bien pesimista considerando el cambio climático en ciernes. A pesar de la buena noticia, de que las empresas mineras estén en proceso de reducir el uso de agua subterránea reemplazada por el uso de agua desalada para sus faenas[v] este representa solo uno de los muchos elementos que conforman la trama ecológica del oasis. A pesar que el gobierno se ha alineado con la agenda programática de la ONU en lo referente a protección de ecosistemas vulnerables, patrimonio agroalimentario, y sustentabilidad verde, el agua es y seguirá siendo la principal preocupación para la gente del lugar.
Al menos por el momento el proyecto fotovoltaico Berilo que se pretendía instalar en las cercanías del Oasis se acaba de retirar de la agenda[vi]. Lo que no excluye la posibilidad de que proyectos como ese en futuro amenacen el futuro del oasis tomando en cuenta la permisividad legal de los gobiernos de turno[vii]. Sin duda que puede ser loable la contribución de nuestro país a la transición energética, como parte de la agenda de la ONU, pero también crítica tomando en cuenta que estos proyectos implican sobre todo el sacrificio de los territorios del llamado “sur global”[viii].
La palabra “Pica” que proviene de la palabra “tïka” en lengua quechua, significa flor; “flor en la arena”, como se le denomina en lo slogan turísticos. Pero sin ninguna protección, más temprano que tarde, puede que la “flor” como relato y símbolo desaparezca y quedemos solo con la arena.
[i] Los documentos que mejor reflejan esa realidad son los reportes anuales que estas empresas publican mostrando todas sus contribuciones al medio. Estos se pueden encontrar en las páginas principales de estas mineras.
[ii] Véase la página Web: Fundación Educacional Collahuasi – Compromiso Minero y el reporte: fundacion-educacional-collahuasi-2017.pdf
[iii] Véase, LICEO DE PICA INICIA EL 2020 COMO NUEVO LICEO BICENTENARIO | Fundación Educacional Collahuasi
[iv] Véase, Qanats: Ingeniería Hidráulica de Persia
[v] Véase, El proyecto de Collahuasi que integra agua de mar desalada a sus procesos | Intracolla LFi; Planta Desalinizadora Proyecto Quebrada Blanca - Affinitas Legal
[vi] Véase, [RADIOAYNI #356] LOS ALCANCES DEL PROYECTO FOTOVOLTAICO BERILO QUE PREOCUPA EN PICA Y MATILLA
[vii] Véase el análisis de Fundación Terram: Permisología, la agenda regresiva del Gobierno – Fundación Terram
[viii] Véase, Andreucci, D., García López, G., Radhuber, I. M., Conde, M., Voskoboynik, D. M., Farrugia, J. D., & Zografos, C. (2023). The coloniality of green extractivism: Unearthing decarbonisation by dispossession through the case of nickel. Political Geography, 107, 102997. https://doi.org/10.1016/j.polgeo.2023.102997
Patricia Zuñiga es licencia en sociología, investigadora en temas patrimoniales, agricultora, y dirigente de la comunidad autoconvocada “Consejo Territorial Quechua Pica”.
Claudio Ceballos es arquitecto, dirigente tarapaqueño dedicado a revitalizar el patrimonio cultural y preservar el patrimonio natural.
Sascha Miguel Cornejo es antropólogo enfocado a temas socio-medioambientales, decoloniales y extractivismo.