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El gobierno custodio de la democracia vigilada y un pueblo que protesta. Por Alex Ibarra

Esta semana la alcaldesa Carolina Tohá ha mantenido un silencio mediático poco habitual en su defensa del “modelito”, después de varias semanas tratando de estigmatizar al movimiento estudiantil salió de las pantallas al hacerse publico su vinculación con el escándalo de corrupción con el llamado caso SQM. Este hecho forzó que esta semana asuma la vocería el intendente Orrego. Rutina sabida la de este par de “renovadores” de la política es la de su permanente oposición al movimiento estudiantil que sigue por años sin menguar la defensa de su clara causa de no al lucro en la educación como la cuestión más urgente relacionada a la insatisfacción del pueblo de Chile con el neoliberalismo.

El reclamo estudiantil se viene dando por años y los políticos siguen siendo astutamente ineficientes en las soluciones a este problema, de ahí que parezca posible que a la actual ministra de educación se le “cuelen” asuntos que siguen dilatando las soluciones reales. Esta estrategia de dilatación de las soluciones a los grandes problemas es la confirmación de que la presidenta no cumplirá con la promesa de educación gratuita para todos los chilenos y que por lo tanto no se pondrá fin al lucro de la educación. Nuevamente los políticos se pierden la oportunidad de favorecer a la ciudadanía y de dejar su fanatismo de defender al mercado. Parece que los compromisos de los políticos con el empresariado, a pesar de la manifestación pública de la corrupción, siguen siendo bastante firmes. Los políticos no se han cansado de enriquecerse, ya no les importa que el pueblo vea como le dan la espalda con sus acciones traidoras. Se sabe que el pueblo chileno es un pueblo que aguanta más de lo que debiera resistir.

Pero, seguramente los políticos suman nuevos temores, ahora el problema de las AFPs involucra a más ciudadanos, no sólo pingüinos e idealistas. El problema aquí aparece más complejo, ya que estas protestas no han podido ser estigmatizadas con la retórica de condena al encapuchado como suele hacerse con el movimiento estudiantil y con el conflicto de usurpación de las tierras de los mapuches. Las movilizaciones que siguen en torno al reclamo del robo que hacen las AFPs responsable de la miseria de muchos chilenas y chilenos, que además pretenden avanzar en su estafa obligándonos a trabajar para ellos cinco años más de nuestras vidas. Creo que es necesario salir a la calle a rechazar la condena de cinco años más de trabajo mal pagado que afectará a cada uno de nosotros, hay que oponerse a esta ley que favorece al mercado. Pero, también es necesario salir a la calle a denunciar el robo permitido por los gobiernos de la posdictadura.

Los rostros “amigables” del gobierno ya se están apurando en entregar mensajes que no se autorizaran marchas por la alameda de Santiago en días de la semana, o sea se puede protestar pero sin afectar al mercado. Nuevamente un mensaje de defensa al sistema, parece que el boicot al neoliberalismo que nos oprime es lo que más temen “nuestros” gobernantes. Importa el mercado más que el pueblo parece ser la conciencia que impera. Estas declaraciones de que no se autorizan marchas sólo tienen validez al interior de la lógica constitucional de la dictadura, si tuviéramos una constitución democrática y legítima no se entenderían declaraciones como estas que acaba de hacer el intendente y que tantas veces las hemos escuchados de estos políticos de la democracia “vigilada”. Son estos “demócratas” los que se han ocupado en aumentar la cantidad de fuerzas de represión para intervenir en la maduración de los movimientos sociales. El gobierno es enemigo de los reclamos del pueblo, ya sabemos que hacen oídos sordos, que no tienen dignidad propia para cumplir sus promesas y que no les tiembla la mano para reprimir a aquellos que disienten de su política a favor del capital.

Por estos días el filósofo Miguel Vicuña escribió una columna en prensa en donde denuncia el actuar fascista del gobierno a propósito de la destitución de la rectora Pey. No basta con sólo estar presentes en las marchas, hay que participar en el debate agorístico que ayuda a la información, hay que involucrarse en organizaciones, corren tiempos propicios para la organización social en un pueblo que despierta. Nuestro pueblo aguanta y sus intelectuales también, es urgente fortalecer la opinión pública ocupando los medios de comunicación independientes que tenemos para ejercer la militancia en el pensamiento crítico. La estrategia de dominio viene creciendo en América Latina. Es un error quedarse en el lujo cómplice del silencio, los tiempos de crisis que atentan contra la dignidad del ser humano requieren de la proliferación de ideas que permitan transformar las praxis vigentes a favor de liberación.

Se hace necesario escribir este tipo de columnas críticas que intentan neutralizar el discurso ideológico instalado por la derecha en plena dictadura y que hoy defiende el gobierno que no aspira más que a una “democracia vigilada”. Nuestros políticos elegidos en un sistema de elecciones en el cual cada vez menos chilenos votan y que sólo permite la elección de dos conglomerados políticos que no se diferencian mucho entre sí, harán todo lo posible, como ya lo vienen haciendo, en defender lo indefendible. Dos cuestiones son necesarias. Por una parte el ejercicio del pensamiento crítico atento al disfraz ideológico que atenta en contra del pueblo y que está a favor del capital de mercado. Una segunda cuestión es el fortalecimiento educativo de una formación ciudadana que fortalece argumentativamente las demandas que emergen como motor de la protesta social que sigue creciendo.

Alex Ibarra Peña
Colectivo de Pensamiento Crítico palabra encapuchada
Docente Universidad Católica Silva Henríquez

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