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El “Locker”: Crónica de una construcción social degradada. Por Rony Núñez Mesquida.

1.- Preámbulo de la Estupefacción

“El Locker”, obra estrenada el pasado 20 de junio en el Teatro Sidarte y escrita por la dramaturga chilena Daniela Contreras Bocic, es un llamado de atención a una construcción social degradada. Donde una sociedad de consumo condena al anonimato a miles de personas cuyo consuelo final quizás no sea nada más que su silencio. Pero a la vez es una apuesta estética donde la multiplicidad de lenguajes de personajes tan disímiles como David Lynch, Kafka, o Raúl Zurita y su “Purgatorio”, se confunden y dan cabida a una voz que clama frente a un lenguaje de sordos y mudos como es la construcción neoliberal capitalista, donde Margarita Ancacoy, una trabajadora de aseo y el destello de su muerte, (que inspira a la obra) es olvidada tan rápidamente, por considerar su existencia un engranaje desechable, pero que, de vez en cuando, nos advierten de la crueldad y las condiciones de trabajo en que son sometidas, para escándalos de aquellos que, sin embargo, no están dispuestos a mover un dedo que amenace el estatus quo.

2.- Dramaturgia by David Lynch

Maia Bolotnicoff, a propósito de la fascinante obra cinematográfica de Lynch, cuyo lenguaje atraviesa “Locker” de par en par, escribe: “Sumergirse en el mundo cinematográfico de David Lynch no es más que un mar de experiencias sin fin. Su estilo narrativo, sus personajes, sus historias, siempre merecen una nueva lectura; hacen surgir nuevas interpretaciones o aportan un dato más para agregar a lo ya antes visto.

Lynch tiene un estilo propio y lo demuestra. En sus películas, los personajes viven una realidad de la cual intentan escapar por diferentes motivos. Es por esto que se genera (o los personajes generan) un mundo aparte, forzado, opuesto y similar a la realidad. Mundo que les funciona como salida, como descanso, como catarsis.

Se presenta una forma dual de ver las cosas, que también se refleja en el estilo de los films. Dos mundos opuestos que se entremezclan confundiéndose en los que los personajes participan y se confunden también. Más allá de la trama, que es diferente en todos los casos, estos mundos opuestos que se conectan, la relación entre bien/ mal, real/irreal, real/onírico, clasicismo/surrealismo, son los lugares por donde se mueve la historia, los temas que trata, los personajes que elige.

Lynch parte de historias que podríamos calificar como comunes, de personajes acechados por una realidad de la que escapan a través de su mente. La realidad los abruma hasta el punto que tienen que escapar como sea”.

De la misma forma en que el cineasta construye la contradicción de su propio lenguaje, Daniela Contreras toma el conflicto, el descenso al infierno cotidiano de los personajes invisibles; no sólo los rescata, sino que reivindica su valor humano y nos devela la sensibilidad de héroes desconocidos como el profesor, Leonel, que de pronto desaparece. Y es ese acto de desvanecimiento, el que recién denota su existencia (la que anteriormente no le importa a nadie en el colegio que trabaja, salvo a Belén, la trabajadora del aseo su única amiga) dando lo mejor de sí en un trabajo que, como a muchos en este país, quizás odian y es pésimamente remunerado, pero que, a pesar de ello, realizan el mejor esfuerzo por dar al menos un grano de dignidad a sus educandos y mostrarles un mundo distinto, más allá de los muros del gueto creado por nosotros mismos.

Tal como Lynch nos muestra la realidad de sus personajes y el intento de escape de ésta, Daniela Contreras nos transmite este intento de escape, donde los amigos ignorados se congregan, entre los recovecos, en las habitaciones donde se arrumban los útiles de aseos y el “Locker” que, elocuente, domina el montaje de la obra. Metáfora quizás de un refugio donde se guarece lo poco material que se posee, y que sólo abandonan este anonimato, cuando el director de la escuela y candidato, interpretado por Nibaldo Maturana y su pareja y “jefa de campaña”, personificada por Daniela Rodríguez,(ambas excelentes actuaciones) les dirigen la palabra bajo el supuesto utilitarista de intentar conseguir el voto de ellos (la trabajadora del aseso y la madre del profesor desaparecido, ambas interpretaciones de gran nivel dramático) y manifestar su preocupación forzada de la desaparición de Leonel para su propio beneficio, como argumento discursivo que compromete el honor inexistente del director y candidato, como un mero intento de acercarse a los enmudecidos y comprar sus conciencias. De esta forma la hipocresía de las elites se presenta absurda y es ridiculizada con maestría en la obra.

3.- Conversación con los Co-Directores/Poetas

Daniela Contreras y Nibaldo Maturana, los co-directores de “Locker”, nos transmiten la esencia y temáticas de la obra, y es a través de sus palabras, que permiten introducirnos por las sinuosidades de este thriller psicológico, este cruce entre la realidad que espanta y el del teatro del absurdo, como lo es aquella maravillosa obra “Esperando a Godot” del gran dramaturgo Samuel Beckett, con el cual sostiene durante toda la duración del montaje una animada conversación. A continuación sus palabras:

a.- ¿De qué trata la obra y su contexto desde el punto de vista de la construcción de un discurso?.

Nibaldo y Daniela: La obra habla de lo invisible, de todo aquello que no queremos ver. El personaje de Belén, una mujer del aseo, deambula por el liceo en el que trabaja buscando ferozmente su lugar. Un espacio, que aunque sea chico, es suyo. Esta búsqueda es frustrada por los intereses políticos de turno al interior del establecimiento educacional, haciendo que poco a poco, la protagonista de la obra vaya desapareciendo hasta el olvido. Por ese motivo buscamos escénicamente tratar de encontrar como dar cuenta de ese terror cotidiano de tantas personas, que tienen trabajos con condiciones deficientes, en este caso particular quisimos inspirarnos en Margarita Ancacoy, quien despertó todo un problema en relación a su horario y la falta de espacio en los establecimientos de educación universitaria, para optimizar el modo de trabajo en las aseadoras licitadas por empresas, mujeres que arriesgan su vida yendo al trabajo de noche para tener todo limpio en la mañana. Para no ser vistas aseando.

b.- ¿Qué referentes tuvieron al momento de escribir la obra?.

Daniela: “El Locker” es una versión libre de “La Metamorfosis” de Kafka, es una propuesta de estilo hecha por un maestro de dramaturgia argentino llamado Ariel Farace con quien estudié en 2017. La historia por supuesto no es visible de manera evidente, pues es un ejercicio estético, pero contribuye a pensar los géneros y cruza nuestros problemas contemporáneos con artistas que ya lo pensaron antes, y ese cruce siempre es interesante. La noticia de Margarita Ancacoy se sumó a la mitad del proceso de escritura, de hecho cuando ya estábamos montando

c. Se aprecia en la obra referencias intertextuales con Kafka y la construcción de atmósferas con un guiño a Lynch, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? Nibaldo y Daniela: Así es, son parte de nuestros referentes al momento de empezar la investigación de escritura y escénica. Lynch está influenciado por Kafka, son una misma línea así que nos pareció evidente que fuera parte de la propuesta estética. Lo que nos atrae de Lynch fue su manejo del tiempo; la constante dualidad entre lo real y lo onírico; y también por la manera en que puede presentar simultáneamente el humor, lo absurdo y el horror, lo que nos permitió buscar complejidad en los personajes, en este caso particular poder sacar del realismo la historia, y hacer un relato más crítico.

4.- Epílogo en Lisboa

Bajo caminando por el Parque Forestal, oscuro y secreto, después de asistir al estreno de “El Locker”, y esa bruma profunda como una sala de teatro oscura, escucha solo mis pisadas. Cierro los ojos e imagino mis paseos nocturnos por Lisboa, donde, cual Ricardo Reis (heterónimo de Fernando Pessoa), se encuentra con el espíritu del poeta portugués y su creador, en aquel maravilloso libro y homenaje de José Saramago: “El año de la muerte de Ricardo Reis” (publicado en España en el año 1985). Cual metáfora de la trascendencia de la palabra más allá del anonimato de la muerte y del olvido, tal como lo logra “Locker” respecto de sus personajes. Respiro el frío aire de un Santiago que fallece cada noche y recito ese encuentro poético en palabras de Saramago: “Va Ricardo Reis bajando por la Rua dos Sapateiros cuando ve a Fernando Pessoa. Está parado en al esquina de la Rua de Santa Justa, mirándolo como quien espera, pero no impaciente. Lleva el mismo traje negro, la cabeza descubierta y, detalle en el que Ricardo Reis no había reparado la primera vez, no lleva gafas. Cree comprender por qué, sería absurdo y de mal gusto enterrar a alguien con las gafas puestas, pero la razón es otra, no llegaron a dárselas cuando, en el momento de morir, las pidió. Dame las gafa dijo, y se quedó sin ver, que no siempre se está a tiempo de satisfacer las últimas voluntades. Fernando Pessoa sonríe y da las buenas tardes, responde Ricardo Reis de la misma manera y siguen ambos en dirección al Terreiro do Paco. Un poco más allá empieza a llover, el paraguas los cubre a los dos, aunque a Fernando Pessoa no lo pueda mojar esta agua, fue el movimiento de alguien que aún no ha olvidado por completo la vida, o quizá sólo el gesto confortante de recurrir a un mismo y próximo techo” (cit, páginas 114 y 115).

Es precisamente la búsqueda de un “próximo techo” el cobijo que le entrega la obra a esa trabajadora que sale del anonimato gracias a la tragedia de su muerte, donde son los artistas los responsables por develar esa dignidad construida de silencio y lágrimas, más allá del bullicio de la urbe que desprecia a la pobreza. Una obra que ciertamente cumple con creces su cometido y nos enfrenta con la revalorización de la palabra y el gesto, cuando éstos están llenos de contenido. Aquella existencia que nos da el consuelo: que la existencia de Margarita Ancacoy pervive a través de la palabra, aquellas que, según el enorme poeta Raúl Zurita: “son el único puente para salvar en parte la maldición de la distancia que nos separa”.

FICHA ARTÍSTICA
Compañía: Teatrografía
Dirección: Nibaldo Maturana - Daniela Contreras Bocic
Dramaturgia: Daniela Contreras Bocic
Diseño Escenográfico: Kristian Orellana
Diseño de Vestuario: Joska Valenzuela
Diseño Iluminación: Kristian Orellana y Joska Valenzuela
Composición y arreglos: Karla Schuller
Producción: Tamara Zapata
Elenco: Ricardo Contreras, Beatriz Doizi, Nibaldo Maturana, Tiki Luz Morgado, Daniela Rodríguez

Rony Núñez Mesquida, escritor.

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