Un chequeo muy rápido permite visualizar que en el 2017 se ordenó lanzar Misiles Tomahawk hacia Shayrat, por parte del Gobierno de EEUU, pues habrían existido armas químicas por el régimen de Bashar al Asad. Pero también estuvo la acción militar de enero del mismo año, contra Al Qaeda, en Yemen y, por estos días en el Mar Caribe contra carteles de narcotráfico provenientes desde Venezuela. Todo ello recurriendo a AUMF (Ley de autorización del uso de fuerza miliar), así como los poderes presidenciales para el uso de la fuerza.
Leyes que tienen un origen en las acciones terroristas que ha vivido el pueblo de Estados Unidos, pero que en sus consecuencias de acción también han dejado una estela de civiles y militares fallecidos.
No es que sea merecedor Barack Obama en el 2009 de obtener en Novel de la Paz[i], “por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”, considerando que en el caso de la categoría “Paz”, se busca no solo reconocer los aportes sobresalientes de una persona o grupo de personas, al bienestar de la humanidad, sino que, además, ello se logre con enfoque ético, político y humanitario virtuoso.
Para mostrar mérito virtuoso, veamos a algunas personas que han alcanzado el reconocimiento como Mandela, un luchador pacifista contra el sistema de segregación racial, quien con su ejemplo de vida movilizó a su país, para muestra una frase: “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”; Rigoberta Menchú, activista por los derechos indígenas y promotora de la paz, la justicia social; o bien, la Madre Teresa de Calcuta, cuyo servicio a los desfavorecidos, se expresa en “el amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio”. Estos casos ponen una vara alta para alcanzar el reconocimiento. En el caso de organizaciones como Prohibición de Minas Terrestres (1997), Médicos sin fronteras (1999), Expertos sobre cambio climático (2007), o la Organización para la prohibición de las armas químicas (2013), representan enfoques éticos y humanitarios virtuosos.
Es esperable que el gobierno noruego y su parlamento, particularmente (Comité Nobel del Parlamento Noruego), tengan una mirada en favor de quienes realizan aportes considerables y virtuosos en el bienestar de la humanidad. De toda la humanidad. Esa ha sido la tradición.
Es decir, no debería ser alguien que tenga acusaciones de falsificación de registros empresariales, declaraciones falsas, conspiración para obstruir a la justicia, fraude, interferir en los resultados de las elecciones 2020 en EEUU, vinculaciones con abuso sexual (algunos de estos casos resueltos, cerrados o en apelación)[ii]. Tampoco alguien que fue promovido a tal galardón por quien lidera prácticas genocidas sobre la población de Gaza, refrendado desde la Organización de Naciones Unidas[iii] y, menos, quien exige ser galardonado tras afirmar que ha resuelto siete conflictos desde que llegó al poder[iv] y, menos quien, cual emperador, antepone a todo el pueblo norteamericano como ofendido, si es que no se le entrega el galardón.
De mantener esta direccionalidad y presión, con toda su cobertura de medios, podría significar que, en representación de la humanidad, premiarían las prácticas gubernamentales y personales más discriminadoras de los últimos años: redadas migratorias, muros, cercos divisorios, minado de una frontera (escudo fronterizo) carente de toda humanidad. O siendo más amplio todavía, privar de derechos a adultos mayores.
El pueblo noruego representado en su parlamento y comisión ad hoc debería mantener la coherencia acostumbrada (sin perjuicio de alguna crítica en sus nominaciones en este premio. en específico), para mostrar la nobleza de los valores de igualdad, la solidaridad y tolerancia (más otros), pues priorizan el bienestar colectivo y la cooperación. No hacerlo es relativizar la esencia que tiene el premio Nobel.
La prensa muestra más de 300 postulaciones[v], varias de ellas por acciones humanitarias acotadas (país o región), ante conflictos puntuales que ayudan a la humanidad de esos lugares pero que irradian humanismo y dignidad hacia el mundo.
Por su parte, Donald Trump será vociferante y descalificador, contra el Nobel y las organizaciones internacionales, si es que se le negase el reconocimiento, dado que lo quiere en virtud de la admiración que busca alcanzar. Para el narciso, su objetivo es, sin importar el cómo, solo obtener la meta obviando las consideraciones de formas y fondos. Lo que mostrará después, si lo obtiene, serán los antivalores que el Parlamento Noruego, no busca promover. ¿Es este un debate espurio e indeseable, propio de las tensiones internacionales vigentes, que sin perjuicio que se logre avanzar en una solución en Gaza desde el personalismo de Donald Trump, igualmente, sigue siendo espurio?
[i] Ver en Todos los Premios Nobel de la Paz - NobelPrize.org
[ii] Ver en https://time.com/6301112/trump-criminal-cases-status/
[iii] Ver en Israel ha cometido genocidio en la Franja de Gaza https://news.un.org/es/story/2025/09/1540443
[iv] Ver en https://www.nytimes.com/es/2025/09/23/espanol/mundo/trump-siete-guerras-onu.html
[v] Ver en Premio Nobel de la Paz 2025: La lista de los famosos nominados
Hernán García Moresco, Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Integrante del Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.
