"Fue mi obsesión el tango de aquel día
en que mi alma con ansia se rindió,
pues al bailar sentí en mi corazón
_que una dulce ilusión nació".
(Maldito Tango)
Existe un abierto debate en torno al origen del tango, este baile que ya pasó su centenario y que actualmente puede considerarse como patrimonio universal. Una de las definiciones más populares es aquella que señala que "es un sentimiento triste que se baila". Frase que tampoco ha estado de exenta de polémicas, lo de sentimiento proviene de una respuesta que le da Jorge Luis Borges a Ernesto Sabato que había afirmado que el tango "es un pensamiento triste que se baila" replicando esta expresión de una de las máximas autoridades en la historia del tango argentino Enrique Santos Discèpolo. Este tipo de legendarias historias tiene esta música trasandina que cautiva por todo el mundo.
Dentro de la importante historia del tango argentino, también aparece un nombre de compositor chileno bastante olvidado que fue el autor de la popular canción chilena "Ay, ay, ay" (1913) interpretada por múltiples artistas en el tiempo. Osmán Pérez Freire hijo de chilenos, nacido en España, fue parte de la migración de chilenos para la guerra civil en el siglo XIX, su familia se trasladó a Mendoza, más tarde el compositor hará carrera musical en Buenos Aires. Estando en esta ciudad tuvo un alto reconocimiento llegando a ser el presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores. Lo menciono en esta nota dado que ocupa un lugar importante en la historia del tango escribió varios, quizá los más destacados sean "Maldito Tango" (1916) que con letra de Luis Roldán interpretó LIbertad Lamarque, otro es "Probá que te va a gustar" y "El beso de muerte" que fueron parte de la banda sonora de la película de cine mudo titulada "El Conde Orsini" (1917).
Este año he sido testigo de el cultivo del tango chileno en Chile, tuve la suerte de asistir a distintos espectáculos de gran nivel. Destaco la presentación "De Troilo a Piazzola" de la Orquesta Félix Verdi que se realizó el mes de agosto en la Universidad de Los Andes con la codirección del bandoneonista argentino Daniel Lewin y el pianista chileno Cristián González junto a las voces de Paquita Rivera (ex Fulano) y el cantante peruano radicado en nuestro país Víctor Mesarina. Por otra parte, en el mítico Mesón Nerudiano en distintos momentos del año se presentó con éxito el trío "Barrio de Tango" con Paquita Rivera (piano y voz), la argentina Jimena Rey (contrabajo) y Jorge Prado (bandoneón).
El miércoles recién pasado en el GAM se presentó un notable concierto/performance resultado de una residencia en este centro cultural en la que participó el Quinteto del Revés y el dibujante Pablo de la Fuente (Diablo Rojo). Una propuesta estilística de música fusión y tango progresivo magistralmente interpretada por los músicos de la agrupación conformada por Rodrigo Ugarte, Bruno Simonetti, Felipe Múñoz, Paula Rosales, Rodolfo Jorquera y las voces de Genaro Prieto y Hugo Cruz. El quinteto tenía como precedente su trabajo titulado "Tango de Porfía" (2018) y ahora nos presentaron parte del disco "De Tango y otras cicatrices" (2023). La carga emotiva de este trabajo lleno de distintos matices y juegos rítmicos, con una expresión abierta a la experimentación sonora, y en esta caso visual, les va dando el paso a convertirse en uno de los referentes del tango contemporáneo.
El tango rioplatense con su identidad portuaria navegó hacia la universalización que sigue encontrando formas de interpretación más locales que nos llevan a sus relatos clásicos que se van fragmentando con nuevas historias que nacen de la multiplicidad de lenguajes que genera este baile que suele ser símbolo de la tristeza, aunque para no contrariar a Borges, también de la alegría. El tango sin duda logra expresar ese ritmo vital que es propio de nuestra condición humana.
Alex Ibarra Peña. _Dr. En Estudios Americanos.