La calidad de los vinos chilenos es innegable, hemos sido privilegiados por nuestra geografía para la producción de vinos exquisitos y con carácter propio. Uno de los principales aprendizajes adquiridos con el encierro pandémico tiene que haber sido un crecimiento más sofisticado que contribuye a la selección referida a qué vino nos llevamos al paladar. Esto independiente a una norma general de que casi todos nuestros vinos son buenos vinos, dado que en materia de vinos tenemos la posibilidad de disfrutar variados vinos. Distintas cepas, distintos suelos, distintos climas, aportan una variedad notable en los tipos de vinos de nuestra producción nacional. Entendiendo producción nacional, en este caso, de manera restrictiva para denominar el vino que se produce con las uvas de nuestra curiosa geografía, aunque esta producción no siempre es realizada por chilenos, además que las cepas siempre fueron traídas de otros lugares desde la Colonia hasta nuestros días.
El origen de los vinos chilenos ha sido español, francés, italiano y alemán. La variedad que tenemos hoy ha demorado bastantes siglos en ir estableciéndose. La oligarquía propietaria de la tierra ha sido conservadora en varios aspectos, la apertura de los mercados más globalizados sólo ha tenido influjo en lo económico y en una cultura superficial que a veces sólo influye en la opinión pública por los medios de comunicación de masas que transmiten información cultural hegemonizada.
Para el aumento de la vinocultura es fundamental el conocimiento que han aportado distintos vinocultores, enólogos, sommelieres, pero para fortalecer la vinocultura es importante sobrepasar el criterio de lo técnico. Es en este sentido que me parece relevante el aporte de distintos proyectos editoriales que van siendo indispensable para la formación de los consumidores de vino aportando a lo cultural.
En las redes sociales hoy encontramos la circulación de información relacionada al vino, es fácil encontrar publicidad y algo de información instantánea. Por ejemplo, hoy hay varias personas calificadas como Loreto Ruíz mostrándonos lo que está sucediendo en la Fiesta de la Vendimia en Curicó, una de las ferias de vino más grandes que tenemos en el país. En el caso de que no nos conformemos sólo con esta información del momento, hay algunos proyectos editoriales a los que podemos acceder.
Por ejemplo, el programa audiovisual Hablemos de Vino de Francisca Marzá el cual puede ser seguido por redes sociales, antes que éste recuerdo un programa sobre viñas chilenas que dirigió el cineasta Silvio Caiozzi y que se puede ver en youtube. Los distintos aportes de Mariana Martínez, consolidados en su sitio de internet wip.cl y en el diccionario titulado "El vino de la A a la Z" que aporta 1.400 entradas terminológicas abordando un espectro desde la tierra, pasando por la bodega y llegando a la mesa.
En cuanto a historia de nuestro vino, sin duda hay que destacar el aporte investigativo que viene realizando Alvaro Tello que nos ha entregado consistentes investigaciones de nuestra historia local sobre el vino con testimonios desde La Colonia relacionados a la historia de la iglesia y de las mujeres, por mencionar un par de temas. Hago una detención especial en el libro "Vinos de Nicho de Chile" de Nadia Parra que desde un enfoque patrimonial crea una imagen que rompe varios mitos sobre la producción del vino en Chile extendiendo la imagen del Chile vino cultor desde El Huasco al Sur Austral. Esta cuidadosa y amplia investigación resalta el valor de nuestros terroirs, por esta razón es que es indispensable la lectura del prólogo realizado por Pedro Parra que nos entrega una magistral conferencia escrita sobre geología, geografía, historia y cultura.
Finalmente, vuelvo a destacar el trabajo de calidad que vienen realizando distintos sommelieres desde sus diferentes proyectos, entre algunos, Descorchados con Patricio Tapia, El Mundo del Vino con Héctor Vergara, Vinolia con Andrés Villaseca y Brayan Ruano, las catas lúdicas de Sol Aguilera desde La Nieta de Dionisio o Carla Urrunaga desde La Academia del vino, etc. Otro aporte significativo es la circulación del boletín "Histories de Vins" editado por el vino cultor Francoise Lurton. La generación de espacios en los cuales el vino no sólo tiene que ver con el buen beber sino que también con una expresión humana, son importantes aportes a la vinocultura, en este sentido destaco también la Vitácora para catas personales editada por Luis Vera Díaz que nos invita a desarrollar nuestras experiencias de catas.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra