En la intensa producción de vinos en Chile poco a poco la valoración por los honestos y buenos vinos comienza a visualizarse y a ser estimada. Los viñedos Herrera Alvarado son parte de este relato que cuenta con un merecido respeto al trabajo que Carolina y Arturo desarrollan produciendo vinos de calidad que incluso han sido destacado por el New York Times mencionando su botella "Cuero de vaca" dentro de los mejores veinte vinos del mundo. Historias como éstas fortalecen nuestro relato e historias del fascinante mundo de los mostos.
El ánimo que impulsa a estos viñateros entregados a la creación de vinos es una desbordante pasión no ciega dado que promueven una visión filosófica a favor de una búsqueda profunda abierta a un credo libertario que promueve un espacio para el vino apartado de esos clichés elitistas. La convicción que los mueve es que el vino es un bien de consumo social de ahí la valoración que hacen por el trabajo colectivo, el precio justo y de entender la importancia de la sustentabilidad, aportando al entorno comunitario en Quilpué a orillas del Marga Marga en la Quinta Región.
Su compromiso los mueve a la utilización de métodos tradicionales como el uso de las zarandas de coligue para la extracción del jugo, que es fermentado en cuero de vaca, cubas de raulí o de roble francés con bastante uso, también poseen cubas de cemento. Estas prácticas las fueron conociendo junto a sus vecinos en esta zona que en tiempos pasados se estima tuvo alrededor de cincuenta bodegas de las cuales quedan sólo tres, las cuales trabajan con parras de más de cien años. Una de las motivaciones principales de está pasión conjunta de esta pareja es detener la desaparición vitivinicultora de esta zona geográfica.
Esta bodega ha estado especialmente preocupada de hacer un vino de "barrio" a partir del uso de cepas principalmente criollas entre las que destacan la País. San Francisco. Moscatel Negra, Cuyana, Cristal, Blanca Italia, Moscatel Amarilla y Pastilla del Belloto. También trabajan algunas cepas francesas como Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Una botella que ya puede ser considerada ícono es "Rojo Loco" que es una mezcla que puede contener entre cuatro a cinco cepas diferentes. Los vinos destacan por sus intensos aromas y colores, vinos que se les siente la fruta con variedades de notas exquisitas.
La historia del Viñedo Herrera Alvarado es una historia que se conforma desde un sano amor compartido por nuestro campo y por el arte de hacer vinos. Mi relato sin duda resulta pobre en relación al testimonio que sus protagonistas pueden aportar, sin embargo quiero ser testigo de que en ellos se aprecia una gran convicción que comprende al vino como un modo de expresión que reúne lo simple y lo complejo, lo humano y lo divino.