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El valor patrimonial del vino chileno: "Sueño de una noche de verano". Por Alex Ibarra Peña

Noche grata de Santiago, en una amplia casa de Vitacura, casi al borde del río Mapocho fue el escenario de esta feria de vinos que comenzó al ocaso del sol entregando el pie forzado para la degustación de vinos ligeros y destilados nacionales, acomàñados de música, pinturas y comida. Excelente organización de los destacados sommelieres Alan Grudsky y Camila Mosca, quienes ya tienen una reconocida trayectoria en el mundo del vino impulsando el intento de agregar contenido histórico y cultural al relato que poseemos sobre éste.

Quiero destacar que estos encuentros son siempre una buena oportunidad para probar vinos de grandes exponentes de la producción nacional que ya cuentan con reconocido prestigio junto a proyectos que son más nuevos o más pequeños y que producen vinos novedosos y de calidad. Quiero destacar algunos de los vinos que probé empezando por algunos blancos, un lujo un Chardonnay de dieciséis años de la viña De Martino descorchado por Cristián Villegas, otros destacables de esta cepa son el cota 700 de Andes Plateau proveniente del Maule precordillerano, sorprendente el de viña Erizo y destacable el de Clos Des Fous acompañado del impecable relato de César Lupo. De esta última viña mencionada merece ser mencionado su Riesling junto con el de Schwaderer wines presentado por Marianne. Otro blanco sorprendente es el Semillón de Garage.

Del Valle de Itata pude conocer a la enóloga Tibisay Baesler con sus Cinsault y Carignan que en esta época se pueden beber bien fríos. De este mismo valle se podía degustar los vinos de Masintin y un exquisito País de Bodega el Rescate. Lamentablemente, por prudencia, no pude probar varios otros vinos presentes en esta ocasión, haciendo caso a la recomendación de que podemos beber con moderación.

La experiencia de los organizadores permitió un grato encuentro para intercambiar opiniones con productores, sommelieres, comunicadores y amantes del vino, aportando un encuentro diferente a lo que son las ferias de vino más masivas, El vino chileno hay que seguir compartiéndolo dado ese misterio propio de los mostos por esa cualidad de que siempre nos pueden seguir sorprendiendo como una hermosa noche de verano. No son tantas las noches de verano como tampoco sobran oportunidades en que el goce por el vino coincide con el goce estético y el respeto por la palabra que contribuye a un relato nacional que sigue con la puerta abierta.

Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra

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