La mantención de las formas tradicionales en la elaboración de vinos es una costumbre que aparece vinculada al trabajo campesino. Nuestro territorio está lleno de pueblos pequeños en los cuales se han mantenido el cultivo de la vid respetando los ciclos de la tierra y los métodos que utilizan escasa intervención hasta el milagro en que el jugo fermentado nos alimenta el espíritu.
Viña Raíces del Chintú es un testimonio que preserva el rito de elaborar la bebida con genuina pasión amorosa manteniendo el respeto a las prácticas campesinas que siguen siendo parte del cotidiano de nuestros valles que con paciencia esperan los frutos que prodiga la tierra. José Sepúlveda junto a su esposa han tomado plena conciencia de la importancia y responsabilidad que portan en la mantención que representa el vino campesino como manifestación de nuestra cultura.
Los vinos de Raíces del Chintú que podemos disfrutar son su exquisito Pavo Real que contiene la cepa País, un destacable Moscatel de Alejandría de la cual se embotellan menos de trescientas botellas y también la escasa cepa San Francisco. Todos estos vinos son muy originales y genuinos, por cierto vale la pena probarlos para experimentar la variedad en la calidad patrimonial de nuestros mostos.
La experiencia que aporta esta viña es la honra a la cultura campesina y un compromiso con el legado que constituye herencia para generaciones futuras que requieren de vivencias sociales más propias a un "buen vivir" humano que respira y habita en medio de la naturaleza que sigue siendo esa bondad misteriosa con valor sagrado. El vino chileno no sólo es parte de una industria a nivel mundial sino que es parte esencial de nuestra historia, por lo tanto constitutiva de formas de ser que aún podemos ser.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra