Este mes de marzo nos ha permitido alargar las posibilidades celebrativas con clima veraniego y no tan inclemente. Darse un paseo por la ciudad es siempre un buen panorama, algunos barrios de Santiago siguen siendo un atractivo para revisitarlos o descubrirlos, parte de la inseguridad que sufren las grandes ciudadades se puede contrarrestar habitándolas y conviviéndolas, de ahí que es importante el encuentro de los ciudadanos en los espacios públicos o en esos lugares que se convierten en lugares de culto para los encuentros.
Mencionar al Bar Liguria nos puede generar una representación conocida a propósito de sus preparaciones gastronómicas es un lugar que cuenta con un amplio reconocimiento al respecto. Uno de sus locales es el que está a pasos de la salida de la estación de metro Manuel Montt, el cual manitiene una ambientación de bar, ese lugar privilegiado para sentarse a que el tiempo transcurra. Este fue el espacio propicio para la realización de un nuevo Tiny Tastings que es una de las experiencias de desarrollo de la cultura del vino que se ha consolidado como un evento que siempre garantiza la calidad de los vinos y un lugar de encuentro para los productores con aquellas personas que el vino representa un valor cultural.
Probablemente ha sido la fecha más hermosa y contundente de nuestro querido Tiny Tastings, al que a estas alturas es condiderado un encuentro con representantes emblemáticos de la cultura del vino. Se alinearon elementos fundamentales para lograr algo que va mucho más allá de una feria. Productores de distintas zonas de Chile, representando la diversidad de territorios que tenemos. Vinocultura y su bella colección de botellas antiguas, descorchando historia y generando emociones que no había visto nunca antes. La literatura y obra de Di Vin Sang. La fuerza cultural y gastronómica de Liguria Manuel Montt. Su gente. Y la gente. Rostros que se repiten y que gozan del aprender. Nuevas personas que se suman a la cadena de valor del vino, la cual debemos seguir forjando cada vez más para que permanezca eternamente en el tiempo. En esta ocasión no se puede dejar de mencionar la presencia de los vinos Lois-Antoine Luyt con su clásico El Mismo País; Los Pet Nat de La Joda con uno bastate novedoso a basde Cabernet Franc; de Viña Marty unos exquisitos Chardonnay y un destacable Sauvignon Blanc en el cual se usan levaduras de sake; de la patrimonial cepa Pedro Jiménez los vinos de Colectivo Mutante impresionan con un notable Rosé; Javiera Ortúzar con sus impecables vinos esta vez nos sorprendió con un vino naranja de cepas Semillón y Sauvignon Vert.
Una nota un poco más elaborada podemos dedicar a este par de vinos. Ana María Cumsille, Águlia, Vino de Parcela, País 2022, Valle del Itata. Un vino impecable, firme, delicioso, jugoso y que rompe, una vez más, el mito de que la País es una variedad rústica. Por el contrario, es una uva que absorbe y muestra el terruá. Tremendo vino. Otro a destacar Vigneron, Tinto de La Reina, Malbec 2021, Valle del Maipo. Un vino puro, fino, elegante, con una textura sedosa pero con energía. Los hermanos De Martino trabajando con libertad muestran una cara del Maipo poco conocida.
Eventos como éste son necesarios para el fortalecimiento de nuestro relato en torno al vino, la posibilidad de intercambiar experiencias junto a aquellos que están aportando con conciencia a la novedad y calidad sin desmedro de las tradiciones es beneficioso para comprender que el mundo del vino es parte de nuestra historia patrimonial que nos ofrece una utopía común.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra
Alan Grudsky Palma.
Sommelier
@alangrudsky
