"Anterior al mundo está el pueblo,
anterior al ser está la realidad del otro,
anterior a toda anterioridad está
la responsabilidad por el débil...".
(Filosofía de la Liberación)
Desde la década del sesenta hubo una intensa actividad filosófica reclamando la liberación de los pueblos dependientes en América del Sur, en varios de nuestros países destacados y conocidos filósofos como Augusto Salazar Bondy en Perú, Juan Rivano en Chile, y un grupo heterogéneo en Argentina, formulaban planteamientos cuestionadores a las bases epistemológicas y éticas de las academias fieles al eurocentrismo y a los intereses de las élites. Sus planteamientos liberadores se fueron convirtiendo en un eco que se hacía parte del sufrimiento de "los condenados de la tierra".
Ya entrando la década de los setenta el movimiento argentino iba adoptando el rótulo de la filosofía de la liberación. Desde varias fuentes bibliográficas podríamos ir comprendiendo las diferencias existentes al interior de este grupo principalmente desde lo ideológico. Al fragor de esos intensos debates distintas versiones de la filosofía de la liberación argentina se fueron fortaleciendo. La que alcanzó mayor popularidad es la de Enrique Dussel.
En los últimos años el pensamiento de Dussel se fue globalizando y masificando, cuestión que le permitió convertirse en el actual filósofo latinoamericano más conocido en el mundo. Su obra cuenta incluso con la valoración de jóvenes lectores que se han ido cautivando con la filosofía y con una práctica descolonizadora. A mi modo de ver la retórica del maestro Dussel es meritoria, en cuanto se ha convertido en un motor que reactualiza la cuestión sobre nuestros procesos de liberación truncados que han buscado una mayor justicia social.
En varios textos he sido crítico con las ideas de Dussel, tuve la suerte de compartir estas cuestiones con él en distintas oportunidades, algunas de carácter informal en Buenos Aires y en Santiago, otras más de carácter académico principalmente por unas lecturas críticas a su obra que convocamos junto al colega chileno Cristián Valdés cuando este connotado filósofo argentino cumplía ochenta años.
Vuelvo a insistir el legado de Dussel no sólo está en sus obras, mucho mérito tiene su carisma de orador con el cual logró comunicarse a audiencias multitudinarias, así lo ví en la Universidad de las Madres de la Plaza Mayo, en la Universidad Nacional de General Sarmiento y en la Universidad de Chile. Ya en los años de encierro pandémico aceptó mi invitación a participar en el Ciclo "A 50 años de la filosofía de la liberación Argentina" (https://youtu.be/HA2XZreu8Og?si=0dT-fqVb-7hlaEFe) y estuvimos en un panel organizado por la Asociación de Filosofía Peruana y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima organizado por Rubén Quiróz y Víctor Hugo Lozada. Entre los filósofos e intelectuales chilenos hay varios que conocieron su obra y que lograron también conocerlo en espacios más cotidianos, entre estos, principalmente Ricardo Salas, Pablo Salvat y Patricia González.
El testimonio de Dussel es relevante en cuanto a que logra instalar con sus reiteraciones un reclamo que pretende motivar a la tarea de la descolonización, sin pretensiones de debate aunque buscando un diálogo con las conciencia sobre todo de los jóvenes. Otro aspecto importante es que fue atendiendo siempre a la ética que reclama como urgente una atención urgente por los más necesitados. En este sentido, Dussel es un filósofo para nuestra época que desde las instituciones del poder sigue alineada a las retóricas de la clase privilegiada defensora del orden político que atenta contra la dignidad de la mayoría que es el explotado pueblo.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra