Reconstituyendo lo que significa un proceso eleccionario en tiempos aún de post dictadura, es posible distinguir factores que rondan el ambiente y elementos que se entrelazan como causa – efecto, que son de gran incidencia y que se repiten cada cuatro años, tomando como referencia el proceso que conduce a la elección de presidente(a).
Se pone en juego en forma íntegra para efectos de continuidad del sector que está en el gobierno del signo actual, fijándose en cada detalle desde el momento en que compite en primera vuelta, la manera en que se llega a la segunda vuelta si es que se alcanza esa etapa, y luego la observación imparcial del mérito, visto por la ciudadanía, el nivel autocrítico que se torna inevitable y los elementos que a partir de la forma de gobernar en su período que inciden en un mecanismo de evaluación expresado en el voto. Los sectores oponentes pueden sacarle partido a su favor y de mayor forma cuando los elementos en juegos son irrefutables y condicionado a que no sean parte de un cúmulo de mentiras. Lo descrito es una parte del proceso, sin constituir factor y que todo oficialismo lo enfrenta, en tanto la oposición podría transformarlo en arma a su favor, sabiendo que por años se le identifica con el poder y a un actuar doctrinario que les ha dado los resultados esperados, estén o no en el gobierno.
Enseguida, y esto en forma benevolente para el ejercicio del pensamiento humano, viene la importancia de la política que invita a tener una visión de la convivencia social que cada uno debe aspirar como necesidad para el desarrollo y eso llevarlo a ideas concretas alrededor de un proyecto de sociedad identificado como primer factor, en el cual la política debería señalar los caminos a seguir, relevando el bienestar efectivo de mayorías. En ese aspecto todos tienen importancia por igual, así aparece el primer elemento que otorga sentido a una democracia y éste se debe materializar en una variedad de propuestas de proyectos sociales, que en el entorno nacional no se ha tenido en cuenta, sino se ha seguido el ritmo de lo impuesto a través de décadas. Es claro que no puede haber una multitud de proyectos, y de ahí recién nace la necesidad de producir la unidad, segundo factor, no con enfoque en la elección que viene y tratar de ganarla, sino la necesidad imperiosa de un compromiso que muestre con precisión el corto, mediano y largo plazo, con la certeza que existirá la convicción para construir todos los pasos que demandan los cambios necesarios sin privilegiar intereses personales.
Intencionalmente no se ha hecho referencia aún a los partidos políticos, los cuales tienen importancia como organizaciones que hacen suyo ese proyecto social a la fecha inexistente, pero que debe desplegar en el imaginario las acciones para que se haga realidad: planificación, transparencia en las acciones, no constituirse en un nivel de élite o hegemónico, y generar una participación de mayorías. Así se puede volver a ese concepto de los años 60 e inicios de los 70, del militante comprometido y también la figura del simpatizante. Todo lo cual va rodeado de la unidad verdadera y duradera, no utilizada como un elemento débil e instrumental de corta duración. Lo descrito va más allá de una elección, si el día de la elección se pierde, la lección inmediata es que no hay que abandonar y se debe seguir, falló la meta del corto plazo, pero hay que seguir abriendo paso al mediano y largo plazo, orientado por un proyecto de convicción presente y futuro, la construcción debe continuar y sumar fuerza ciudadana.
No es lo mismo un programa de gobierno diseñado para encantar, que un proyecto de sociedad, en que los candidatos tengan la habilidad de explicarlo inextenso y no en un paso fugaz en una entrevista, en un programa radial o de televisión, donde lo único que se saca en limpio es el anhelo de la educación de calidad, la igualdad de oportunidades o la intención de un buen sistema de salud. Sin embargo, el tiempo se torna un bien escaso y no se llega al momento de profundizar, cayendo de inmediato en la figura de evadir u omitir, de manera preconcebida.
Tampoco se utilizan estrategias como fortalecer el trabajo en equipo de los aspirantes a ser gobierno, y que se desplieguen grupos específicos en diferentes materias, que exterioricen su visión de sociedad en la temática a su cargo en un estilo de explicación al detalle.
Así, lo más visible es el despliegue del slogan publicitario como destinado a captar el voto, pero distante de dar cumplimiento a su contenido.
Nos topamos mucho con lo pendiente, sin tener en cuenta de una estructura que se levantó a través de 17 años y que no se ha superado en 35 años representando la causa - efecto, algo sumamente preocupante, avances por el lado estructural generan satisfacción, sabiendo que son movimientos milimétricos en proporción al tiempo que se tuvo disponible para la transformación de magnitud. Llega atrasada con beneficio segmentado y acotado, que no alcanza ni siquiera a producir una fisura en lo estructural que tuvo puesta en marcha en el gobierno militar y un diseño prolijo en el cual sí se impuso el proyecto social del sector dominante con apoyo de la fuerza y el quebrantamiento de la democracia.
De manera concluyente aún estamos conviviendo en una postdictadura, e instrumentos que se ponen como símbolos de “creaciones democráticas”, no lo son. En tiempos de elecciones sucede eso con las primarias, acto de concurrencia con el voto de todo ciudadano perteneciente a algún partido político que van por la definición a través de este mecanismo de sus candidatos, pero también la mayoría de los electores no inscritos en partidos pueden sufragar en las primarias que lo deseen.
En un apego a la ética con la amplitud de opción no militante, se presenta un intervencionismo electoral imposible de controlar, expresado en dejarse caer en la primaria de un sector con el cual hay nula identificación, pero se actúa con el propósito de escoger la competencia, es algo sujeto a legalidad ante lo cual no hay nada que hacer, una “democracia permisiva”, que permite seleccionar al rival.
Hay alta probabilidad de seguir igual en un sistema político bajo la decisión de unos pocos, dejando de lado a los muchos que en política también deben ser parte activa, con derechos ciudadanos donde la participación en el día a día es fundamental, más allá que el día de la elección, saliendo a exigir, a proponer y a celebrar el logro.
17 de marzo de 2025