De acuerdo con la ley N°21.282 se proclama el 19 de diciembre como el día nacional contra el femicidio, lo anterior, debido al asesinato de la niña de 6 años Javiera Neira Oportus por su padre y femicidio frustrado a su madre.
Las cifras son preocupantes, y más que quedar en el asombro debemos activarnos, pues no son solo cifras, son vidas truncadas por la desigualdad de poder que opera desde el paradigma del patriarcado. Solo en este año, SERNAMEG (2023) informa 39 femicidios consumados y 209 femicidios frustrados. El Femicidio N°39 de María Cristina Rodríguez Álvarez perpetrado el 18 de diciembre de 2023 en la comuna de Loncoche, región de la Araucanía es tan reciente, y sin embargo pareciera ser que nuestra sociedad ya ha naturalizado tanto este flagelo, que no se conmueve, ni se moviliza. Del mismo modo, la Red chilena contra la violencia hacia las mujeres (2023), informa que a la fecha 19 de diciembre se han registrado 39 femicidios y 1 suicidio femicida y 1 transfemicidio.
Las cifras hablan por sí solas, por lo general en Chile el año se cierra con 40 femicidio, cifra que no baja desde el año 2017; a su vez, llama la atención que el número de femicidios frustrados perpetrados este 2023 es el más alto registrado en los últimos diez años, siendo primera vez que supera la barrera de los doscientos anuales. Estos datos cuantitativos debiéramos convertirlos en voces que no acallen las atrocidades cometidas es por este motivo que este día cobra relevancia en la agenda país para seguir avanzando en la tramitación de la ley integral por el Derecho de las Mujeres a Vidas Libres de Violencia que se viene tramitando desde el año 2017.
De esta manera, referirse al femicidio en el debate público como la instancia más grave de violencia contra la mujer, implica la posibilidad de abrir los ojos y comprender que la perpetración del femicidio no solo opera en la acción consumatoria directa del femicida sobre la víctima. Hay intersticios complicados que muchas veces quedan fuera de nuestro alcance de análisis, para ser develados solo cuando ocurren los lamentables hechos. Es necesario mencionar que la Ley Antonia del 2022, incorpora el suicidio femicida, en tanto que se sanciona al sujeto que por ejercer violencia de género cause que la víctima se quite la vida (Ministerio de justicia y derechos humanos, 2022). El caso de Antonia permitió comprender que el femicidio puede producirse no necesariamente por contacto directo entre quien lo perpetra y su víctima, al momento de fallecer. La partida de Antonia, y las de muchas otras que quedan en nuestras vivencias, sin duda nos han hecho avanzar. Es así como se ha logrado la dictación de la Ley de Reparación para víctimas de femicidio aprobada en abril de 2023, con la consecuencia de que hoy en el sistema de Garantías Explícitas de Salud (GES), sean consideradas las agresiones sexuales agudas a partir de octubre de 2023. Con esta Ley 21565 (Ministerio de la mujer y la equidad de género, 2023),
Se dignifica y se coloca como resonancia social la memoria de tantas mujeres asesinadas por femicidio como una reparación y desagravio póstumo. Este avance legislativo, junto a la ley 21.212 de femicidio es relevante puesto que ha sido fruto de las reclamaciones y demandas de la sociedad civil, organizaciones sociales, colectivos y movimientos sociales que han levantado la voz para denunciar estos delitos como una expresión extrema, terrorista y deleznable de lesa humanidad contra las mujeres. (Brito, Basualto, Posada, 2021, p. 1).
El femicidio se considera como la forma más desmedida de violencia de genero que vivenciamos las mujeres. La prevención para la protección de las mujeres y niñas es un imperativo y debe desplegarse siempre, por tanto, las instituciones de Estado, publicas privadas, el gobierno local, las escuelas, las universidades, entre otras, deben velar para frenar cualquier tipo de manifestación que discrimine por acción u omisión, material o simbólica, a ninguna persona, del mismo modo, los espacios laborales, académicos y estudiantiles deben prevenir que no exista discriminación por género y que se rompa el techo de cristal.
En ese sentido, junto con las leyes, normativas y protocolos se debe educar para relaciones respetuosas y justas. El llamado es a formar para construir relaciones y resolución de problemas no violentos. Esto debe operar de manera integral e impregnarse en todos los espacios sociales, ya que el patriarcado se filtra sigilosamente y opera en cualquier espacio y tiempo, de formas a veces atroces, pero novedosas. No debemos perder la alerta, debemos seguir avanzando en una sociedad justa, igualitaria y con permanente apuesta por la paz.
En sintonía con lo anterior, es necesario seguir levantando protocolos y mecanismos de reparación, a través de políticas y acciones contundentes, pero por sobre todo es urgente seguir avanzando en la tramitación de la ley integral por el Derecho de las Mujeres a Vidas Libres de Violencia. La Ley tiene por objetivo:
• Establecer una ley integral que incorpore los diversos tipos de violencia a los cuales se puede ver expuesta una mujer de cualquier edad, en los distintos ámbitos del desarrollo de su vida.
• Robustecer las respuestas institucionales que hoy se ofrecen a las mujeres víctimas de violencia, mejorando los deberes de los órganos del Estado en la prevención, protección, atención y reparación de las mujeres frente a la violencia.
• Proveer las ofertas programáticas adecuadas para el acompañamiento psicosocial y jurídico tanto de las mujeres víctimas de violencia, como de los niños y las niñas que son víctimas directas de la violencia que se ejerce en contra de sus madres y cuidadoras. (Ministerio de la mujer y la equidad de género, 2023)
Su tramitación y aplicación no puede quedar situada en un solo espacio institucional, debe necesariamente desplegarse intersectorialmente, para que realmente pueda tener los alcances esperados. Para estas instancias no debe faltar ninguna de nosotras. Eso significa que el saber experto es insuficiente, se debe transitar hacia los territorios, escuchar a las mujeres organizadas en redes, colectivas, asociaciones y demases, de tal modo de lograr acuerpar a las mujeres en el sentido de alcanzar respuestas necesarias y situadas de esta ley integral, para que sea aceptada y comprendida por la ciudadanía.
De ese modo cobra relevancia y presencia, lo que año a año las mujeres venimos repitiendo incesantemente: “Ni una menos”, “Si tocan a una tocan a todas”, “No estamos todas”, y principalmente “Nunca más sin nosotras”.
Referencias
Brito, S., Basualto, L., y Posada, M. (20 diciembre de 2021). 19 de diciembre: Día nacional contra el femicidio. Recuperado de https://www.lemondediplomatique.cl/19-de-diciembre-dia-nacional-contra-el-femicidio-por-sonia-brito-lorena.html
Ministerio de justicia y derechos humanos (19 de diciembre, 2022). Ley 21523. Modifica diversos cuerpos legales para mejorar las garantías procesales, proteger los derechos de las víctimas de los delitos sexuales, y evitar su revictimización. Recuperado de https://bcn.cl/3axwo
Ministerio de la mujer y la equidad de género (19 de abril, 2023). Establece un régimen de protección y reparación integral en favor de las víctimas de femicidio y suicidio femicida y sus familias. Recuperado de https://bcn.cl/3d2bb
Ministerio de la mujer y la equidad de género (2023). Proyecto de ley por el derecho a una vida libre de violencia. Boletín N°11.077-07. Recuperado de https://minmujeryeg.gob.cl/?page_id=49408
SERNAMEG. (19 de diciembre 2023). Femicidios. Recuperado de https://www.sernameg.gob.cl/?page_id=27084
Dra. Sonia Brito Rodríguez Académica- Investigadora. Departamento Trabajo Social. Universidad Alberto Hurtado.
Dra. ©. Andrea Comelin Fornés Universidad de Tarapacá. Sede Iquique
Dra. ©. Lorena Basualto Porra Académica Universidad Católica Silva Henríquez