A propósito del artículo, “Dime con quién andas y te diré quién eres, el GADFA y su declaración de apoyo a Boric”, de Richard Kouyoumdjian Inglis.
El Mostrador el 12 de diciembre de 2021 https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2021/12/12/dime-con-quien-andas-y-te-dire-quien-eres-el-gadfa-y-su- declaracion-de-apoyo-a-boric/
La antojadiza interpretación de la historia, obviamente tiene que ver con la intención de confundir, primero y convencer, después a un electorado, si no indolente, al menos indeciso; esto bien podría explicarse en esa pregunta que se hace Umberto Eco en su libro “Entre mentira e ironía”, ¿cómo explicar que la revolución es un producto del ancien régime y no el resultado cinematográfico de la toma de la Bastilla?. El artículo que inspira, responde a través de un cinematográfico despliegue de lo que se ha dicho majaderamente en Chile desde la dictadura de Pinochet y compañía: la izquierda y el comunismo en particular, son los responsables de todos los males del mundo y de esta larga y angosta faja de tierra. Ya instalada a través de la propaganda, al más puro estilo Goebbels, se sigue creyendo que la toma de la “Bastilla” (comunismo, en este caso) es la causa de los males de Chile y no el deplorable modelo instalado a sangre y fuego en dictadura. Se sigue creyendo que las FF.AA han sido históricamente obedientes y no deliberantes, pero cuando se dice que la condición de no deliberantes de las FF.AA ha sido aceptada mayoritariamente, otro punto es que las mismas FF.AA. así lo entiendan. A través de la historia nacional, esa que se enseña todavía en los colegios, que no es otra cosa que una historia política y militar de difusos y confuso límites, podemos verificar cómo las FF.AA no han sido muy apegadas a la democracia cuando los intereses de los grupos de poder así lo han requerido, cualquiera sea la ideología que los ampare, aunque la verdad sea dicha, siempre o casi siempre de derecha. Y aquellos miembros que optaron por, efectivamente, ser obedientes y no deliberantes, fueron excluidos o asesinados: Schneider y Prat, por ejemplo. Si nos apegamos a la historia reciente, se puede apreciar claramente cómo las FF.AA fueron infiltradas, no precisamente por la izquierda (que también tiene sus pecados capitales), sino por fuerzas externas (Estados Unidos de Norteamérica) y por los ya mencionados grupos de poder, provenientes de la oligarquía y plutocracia nacional. Hechos que están claramente probados en nuestra historia, basta revisar los archivos desclasificados por el gobierno norteamericano. Señalar que en forma persistente la opinión pública nacional ha conferido los mejores niveles de apoyo y confianza a las instituciones de la defensa así concebidas, es jugar hábilmente con el lenguaje, pues siempre hay que contextualizar, teniendo en cuenta –claro está– que en momentos de catástrofes nacional, entiéndase terremotos, tsunamis, incendios, erupciones u otras advertencias de la madre naturaleza e incluso en las misiones de paz de la ONU, ellas han sido fundamentales; pero tratándose de política, corrupción y de las particulares guerras en las que han participado, v.g. pacificación de la Araucanía, guerra civil del 1891 y el golpe de Estado de 1973, su apego a la constitución ha sido más que dudosa, por decir lo menos. En la historia más reciente, esa del golpe de estado del ’73, las FF.AA. aunque divididas en parte, entre los que aceptaban la no deliberación y aquellos que desobedecieron la constitución, terminaron por inclinar la balanza los segundos, que además contradice el hecho de que los comunistas chilenos buscan infiltrarlas (cosa que nunca ha sucedido porque simplemente nunca lo han hecho y si trataron de hacerlo simplemente no les resultó, dado su escaso poder de maniobra dentro de las mismas FF.AA); hasta donde la historia nos enseña, fue precisamente la derecha quien infiltró las FF.AA., utilizándolas y abandonándolas cuando políticamente perdieron el poder (plebiscito del ’80); sería bueno saber cuántos de los civiles que participaron del golpe están cumpliendo condena en Punta Peuco. Parte de una estrategia algo añeja, es alegar que los males de la democracia provienen de los malvados de la izquierda (comunistas), que sólo quieren destruir nuestras sacrosantas instituciones republicanas, los valores del cristianismo (?) y unos cuantos eufemismos más. Hay una suerte de contradicción patológica de los grupos de poder (económicos, por estos días), defienden los valores y tradiciones de una república que nunca, hasta hoy, ha dejado a la ciudadanía desarrollar una constitución. En una visión tan sesgada se señala que en esta elección presidencial elegir a uno u otro candidato no da lo mismo. En el caso de que uno se incline por la izquierda dura se debe tener claro que uno de sus socios principales o derechamente su socio principal es el Partido Comunista, la pregunta –que se soslaya intencionadamente- se hace sola ¿y si la ciudadanía se inclina por la derecha, esa que representa Kast, las FF.AA. no serían infiltradas (si es que ya no lo están) por esa tendencia política? Afirma que en la doctrina comunista, existe una forma muy particular de tratar el monopolio del uso de la fuerza y que es muy distinta de la tradición chilena, esto denota una absoluta ausencia de lo histórico, para ello sólo basta recordar, por ejemplo, la Cofradía Náutica Austral, cuya membresía estaba (o está) conformada por la crema y nata del empresariado chileno y de influyentes hombres de derecha, los mismos que en connivencia con Estados Unidos de Norteamérica, fraguaron el golpe del ’73, huelgan los comentarios, a saber: Agustín Edwards Eastman, René Silva Espejo, Arturo Fontaine Aldunate, Sergio de Castro Spikula, Roberto Kelly y Hernán Cubillos (ex oficiales de la Armada, los dos últimos); obviamente hay que agregar al auto designado almirante J.T. Merino, Patricio Carvajal y Arturo Troncoso D, almirantes todos. De allí surgió “Bases de la política económica del gobierno militar chileno”, más conocido como El Ladrillo. En síntesis, el monopolio de las FF.AA. ha estado en manos de la derecha y de los grupos económicos, que son casi lo mismo. El partido comunista de Chile, difiere mucho de otros partidos comunistas en el mundo, al igual que la democracia cristiana chilena que poco y nada tiene que ver con la democracia cristiana alemana o incluso la derecha chilena que muy lejos está de la derecha tradicional francesa... más bien años luz; Jacques Chirac (ex presidente de Francia, representando a la derecha francesa), sería un hombre de izquierda de acuerdo a los cánones de la derecha chilena, esa que es huérfana de Sichel y que ahora se hizo urgentemente hija[astra] de Kast. Decir que en esta elección presidencial elegir a uno u otro candidato no da lo mismo, muy cierto, no da lo mismo y más adelante cita a GADFA, casi como que fueran un grupo subversivo, simplemente son académicos y como se los presenta deja mucho que desear. Las FF.AA. obviamente no están o no deberían estar para mantener el “orden interno”, sea a través de una constitución (mucho costó sacar ese resquicio de la constitución del ’80) o de un capricho político de algún gobierno de turno como lo hace el actual gobierno. Luego, vuelve al majadero argumento de comparar lo que pudiera pasar en Chile con situaciones como la de Cuba, Nicaragua y Venezuela, llegando al éxtasis patológico de nombrar a Pol Pot y la dinastía Kim (Camboya y Corea del norte, respectivamente), nefastos todos, por supuesto. Agrega que la otra alternativa [comunista] es anularlas,
intervenirlas o bien crear milicias alternativas, precisamente eso fue lo que hicieron las SA (Sturmabteilung), primero y las SS (Schutzstaffel), después en Alemania, modelos preclaros de la dictadura pinochetista y sus sicarios, además admirados por Kast, quien predica la idea de detener a sus “opositores” en lugares distintos a las cárceles o el estado de emergencia calificado. Ambas fueron una milicia alternativa al ejército regular alemán (Wehrmacht), esa alternativa fue la que defendió Michael Kast Schindele (padre de J.A. Kast) y que él tanto se esmeró en desmentir, mal hijo el que niega a su progenitor. También, señala que la dinámica de los partidarios de ideologías y de partidos políticos tienen la tendencia a generar lealtades personales..., como si la derecha o el mismo Partido Republicano no fueran tal y no tuvieran ideología, como si en Chile la derecha y el modelo neoliberal no tuvieran una ideología, una religión con dogma incluido, que al escuchar el nombre de Estado se santigua y busca la redención en los golpes de estado que tan bien sabe hacer. También sería bueno que supiera hacer la diferencia entre lo que es la Escuela de Frankfurt y el partido comunista; participar de la escuela nombrada no los hace comunistas (para su tranquilidad), de hecho, sus miembros fueron bien recibidos en USA (Universidad de Columbia), pues varios tuvieron que huir de la Alemania de Hitler, de Göering, Goebbels, Himmler y Kast (padre) por razones obvias. Si ganara J. A, Kast, no vaya a ser cosa que los colegas integrantes del GADFA tengan que ser recibidos también en USA, ¿qué ironía, no?
Gastón Tagle Orellana
Académico Universidad de Valparaíso