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Francisca Sandoval, un grito de democracia desde la TV comunitaria. Por Florentino Valenzuela Durán y José Orellana Yáñez

Con tristeza y rabia se asumió el disparo contra Francisca Sandoval el 1° de mayo del 2022 cuando cubría las movilizaciones de trabajadora/es en un lugar de la Ciudad de Santiago (barrio Meiggs), para Señal 3, La Victoria, TV comunitaria. El mismo sentimiento se repitió cuando se constató su muerte este 12 de mayo, agregándose el referido a la necesidad urgente de hacer justicia para que no quede impune el acto ni el perpetrador del mismo, el cual, en un contexto de violencia y relaciones sociales degradadas permitieron que un civil, apagara una vida que, además, en ese instante estaba contribuyendo a la democratización de la información, como tanta veces lo hizo Francisca, y cómo lo hacen tantos y tantas que se encuentran en la cobertura comunitaria de los medios de prensa.

Este fatídico hecho, se llena de un simbolismo inusitado, impensado e interpelador, a propósito de estos dos pares situaciones contradictorias pero reales, como son, en un primer lugar, encontrar en la práctica comunitaria de la TV o la Radio una importancia siempre reconocida y siempre olvidada, o bien, en un segundo lugar, una práctica siempre valorada y siempre vaciada de apoyos de política pública suficiente para su fortalecimiento y justa incidencia en el mejoramiento de la democracia desde abajo, desde los territorios, desde lo popular, que es donde se encuentran estas expresiones de comunicación. Este fatídico hecho invita a reflexionar, además, en cómo la red de TVs comunitarias nucleadas en la Asociación Nacional de Canales Comunitarios de Chile (o no), se emplazan en debilidad material y soporte técnico para ejecutar el acto político y social de comunicar más allá de los grandes consorcios de TVs y radios nacionales (con capitales internacionales).

También, cómo la partida de Francisca, inspira a articular una condición en cuanto principio ordenador de “Democracia Solidaria” que emane desde los territorios cualesquiera sean (urbanos o rurales y populares), relevando las particularidades identitarias en una perspectiva del conflicto social inmanente propio del territorio o logrado (el conflicto) por la acción de algunos y algunas que permiten el abuso desde fuera, instalándose la necesidad de la denuncia asertiva y más cercana a la realidad en tiempo y espacio, pero también relevando la perspectiva del encuentro, la tradición, el rito comunitario en cuanto semillas de lo colectivo, lo solidario, de lo tolerante y de lo fraterno, posibilitadores estos, de una “Otra Democracia”, una Democracia Solidaria, centrada en la persona humana.

Es desde esta ‘reflexión/discernimiento’ que, junto con el logro de la urgente y necesaria justicia, el grito y compromiso de democracia de Francisca, haga eco en las definiciones del programa de gestión del gobierno vigente, para que el diseño de política pública de fortalecimiento y protección de las TVs comunitarias se haga realidad, permitiéndoles en la libertad de sus definiciones acercarse más o menos a tales instrumentos y así contribuir a esa “Otra Democracia”. El principio democrático debe impregnar el Estado.

Por otra parte, algo similar se espera de lo que, finalmente, contiene el Proyecto de Constitución que evacuó la Convención Constitucional en estas materias, por medio de la Comisión de “Conocimientos, Culturas…” con su informe y artículo N° 1, en lo referido al “Derecho a la Comunicación Social” donde se pretenden asegurar que “Toda persona, individual o colectivamente, tiene derecho a producir información y a participar equitativamente en la comunicación social. Se reconoce el derecho a fundar y mantener medios de comunicación e información”, complementado por el artículo 4° que, a propósito de la “Promoción de medios de comunicación e información”, consigna que “El Estado fomenta la creación de medios de comunicación e información y su desarrollo a nivel regional, local y comunitario”.

Así, el grito de democracia proveniente desde la TV comunitaria, en este momento trágico, triste y fatídico, invita a proyectarse hacia un horizonte esperanzador, no sólo para los cultores de la TV comunitaria, sino que también para los territorios que precisan de esa otra información, donde los principios democráticos articulados en un Estado Social que asegura Derechos, se anclen a la comunidad, a la participación y a la identidad territorial en un marco de cohesión social.

Florentino Valenzuela Durán, Comunicador Social, Profesor de enseñanza media en la comuna de Talagante, integrante del canal comunitario UNETV – Oveja TV

José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano

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