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Frente Social Cristiano: un peligro democrático. Por Alex Ibarra Peña

El Frente Social Cristiano es un partido político que representa las tendencias más conservadoras del pentecostalismo chileno fiel a una ideología proselitista decidida a ocupar espacios de poder. No es una novedad que las iglesias tengan interés en ocupar espacios de poder, históricamente lo han hecho. En el siglo pasado en América Latina el catolicismo organizado tuvo una clara participación que logró colocarse como una tercera opción política frente al binominalismo de la llamada Guerra Fría.

El crecimiento popular del mundo protestante en Chile y su penetración en clases sociales más formadas educativamente han provocado una mayor institucionalización religiosa y un deseo de mayor participación en el poder, apartándose de visiones más genuinas desde lo espiritual. Como es normal, cada proceso de institucionalización trae consigo transformaciones que contradicen lo más auténtico de las organizaciones de masas. Dentro de las explicaciones que se dieron en la reelección de Piñera, además de la baja participación política, se explicó desde el apoyo que recibió del mundo protestante. Algunos partidos de la derecha cedieron cupos a algunos líderes religiosos de estas iglesias que hoy están en el parlamento. La alianza con Piñera funcionó en algún sentido, sin embargo hubo profundas discrepancias en relación con la aprobación del matrimonio igualitario.

La pastora Antaris Varela le increpó a Piñera haber desobedecido la ley de Dios sentenciado su pecado. Esta pastora es la que aparece como presidenta del Partido Conservador Cristiano que son los principales aliados del Partido Conservador en el pacto Frente Social Cristiano. El nombre de este Frente Político Conservador puede resultar muy engañoso y además pueden constituirse en una peligro para la democracia, tienen bastantes ambiciones políticas con varios candidatos al parlamento. Esta lideresa política junto a otros están haciendo grandes esfuerzos por apoyar la candidatura del ultra derechista José Kast.

Si hacemos un poco de memoria en los sesenta hubo un importante movimiento cristiano que tuvo sensibilidad hacia los movimientos de transformación social. Cristianos que asumían el legado de Cristo de la opción preferencial por los pobres o las víctimas del sistema económico injusto oponiéndose a los poderosos, es decir sin hacer alianzas o pactos con ellos. Este movimiento de cristianos por el socialismo fueron protagonistas en ese anhelo utópico por un Chile más justo que fue apagado con la expresión más fuerte de la violencia que ejerció la dictadura. La historia sabe reconocer quienes son los violentos y nos permite visualizar su negacionismo.

Estas cuestiones sobre la memoria son relevantes sobre todo en este contexto de desinformación de los medios de comunicación que buscan con vehemencia socavar las posibilidades actuales de transformación política, en sus acciones sistemáticas de mantener el poder al que sirven estos medios.

El Frente Social Cristiano actúa como un Partido Político conservador y atenta frente a los procesos urgentes de cambio usando una retórica apartada de una de las fortalezas más importantes del cristianismo (la religión del amor). Lejos del cristianismo primitivo la intención de colaborar en la mantención de las ideologías conservadoras, Cristo fue imprudente enfrentándose a los poderes opresores. El mensaje del amor fue fiel a la liberación del ser humano frente a las condiciones opresoras y conservadoras. Por eso el cristianismo primitivo entrega una novedad histórica que interviene la dominación que oprime al ser humano.

Se suele decir que cada tiempo tendrá sus profetas, pero también hay que estar atento frente a los falsos profetas. Para ser profeta no basta un mensaje apegado a la ley sino que su principal rasgo distintivo está en su lectura de los nuevos tiempos. Los líderes religiosos que asumen una interesada posición en el engaño son un riesgo muy peligroso, no sólo para el mundo sino que principalmente para sus congregaciones. Un líder religioso que manipula la conciencia es un abusador de aquel que con genuina vocación espiritual busca construir el Reino o reinado de Dios.

Es preocupante que en el mundo cristiano de pretenda participar en política cuando no se ha contribuido a una buena lectura del mundo, un mundo que nunca ha dejado de transformarse y que seguirá incesantemente en ese movimiento. El orden legal, propio de las religiones, siempre puede ser interpelado por el cambio de las condiciones históricas que desafían nuevos órdenes morales.

Finalmente un recuerdo de aquel movimiento religioso taki ongoy que desde una conciencia espiritual fue capaz de asumir un proceso de liberación frente a la opresión. Lo que quiero señalar con esto es que los procesos de transformación política no están apartados de una sensibilidad espiritual, el problema es cuando lo espiritual es presentado desde una concepción engañosa propia de las visiones conservadoras que desde sus ideologías manipulan.

Alex Ibarra Peña.
Dr en Estudios Americanos.

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