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Hacia el ayllu universal: la demanda del pensamiento amaútico. Por Alex Ibarra Peña y Rubén Maquera.

Hoy es tiempo de los reclamos de los Pueblos Originarios, aquellos violentados e invisibilizados por la Colonia y por el Estado-Nación, pero que siguen “fuera” de la historia debido a que están en y por la vida. No hay otra mayor autenticidad en el ser humano que aquella forma de vida en la cual se ha logrado la aceptación de ser quien se es y estar feliz con ello, en otras palabras, ser feliz. La felicidad del sujeto es el mayor beneficio que puede recibir la comunidad que alcanza altos niveles de desarrollo: vitales, artísticos, intelectuales, éticos y espirituales. En esto es en lo que se manifiesta el suma qamaña. Ni la forma de vida colonial/capitalista ni la forma de vida moderna/capitalista alcanzan el cumplimiento de nuestra felicidad. Quien diga lo contrario lo hace desde un discurso impostural, eficiente, pero fracasado.

El suma qamaña representa una forma de vida alternativa a la dominación capitalista, que además de explotar, tortura y asesina. Es urgente el cambio de paradigma liberador de la bestialidad, aparentemente homogenizada del ser humano. Es evidente que hay lógicas y formas de vida en las cuales el ser humano sigue habitando con la dignidad que le es propia.

La filosofía amaútica es un sistema de pensamiento que exige transformaciones radicales a nuestro modo de ser colonizado que van más allá de lo intelectual e ideológico, ya que el sustento de lo vital es lo espiritual. No es vano conocer el "alma" de nuestros pueblos silenciada y negada sistemáticamente por las instituciones, siempre prestas al servilismo en favor de la clase dominadora. Cuando no conocemos la riqueza de estas culturas originarias, no logramos entender problemas tan graves como la militarización del wallmapu o las persecuciones y encarcelamientos de líderes de las comunidades mapuche.

Bajo el imperio de esta insensibilidad es lícito el reclamo permanente que nos llama a la solidaridad a favor de las demandas convocadas en busca de una reivindicación justa, ya sea por el reconocimiento o por la autonomía. La invitación de los dirigentes de los Pueblos Originarios es a la unificación de los movimientos sociales en torno a una oposición al capitalismo salvaje. No es trivial asumir esta causa con la orientación de las sabidurías ancestrales que reclaman la urgencia de una concientización planetaria en defensa de la vida, que permita la construcción hacia el ayllu universal. No necesitamos más habilidades para la competencia, sino más bien deberíamos recuperar la solidaridad que exige el reconocimiento del principio de la complementariedad, exigencia básica para la vida justa.

Poco sabemos de los valores de las culturas originarias, por lo cual es relevante el estudio de su lengua para comprender su filosofía o más bien, su visión de mundo. El estudio de la lengua como ha dicho nuestra madre intelectual, Gabriela Mistral, es la llave para el alma. Conocer el "alma" del otro nos abre a su cosmovisión. Es de importancia una relación no sólo epistemológica o ideológica, sino que también espiritual en el ámbito de las relaciones humanas.

No son muchas las actividades que nos permitan recuperar las sabidurías ancestrales, pero es relevante destacar el trabajo permanente de los dirigentes y representantes de los Pueblos Originarios. Además de algunos hitos como la Escuela de Idiomas Indígenas (Quechua, Aymara, Rapa-Nui y Mapuche) que se viene realizando desde hace algún tiempo y que este año incluye artes y oficios ancestrales, cuyas clases se realizan los días sábados en la Universidad Católica Silva Henríquez, apoyadas por el Ministerio de las Culturas.

En estos días en que comienza a crecer la necesidad de un cambio Constitucional, es importante acudir al concepto de lo plurinacional. Pero, es un riesgo cuando se usa este concepto de forma vacía. Faltan años de maduración de nuestra conciencia por el reconocimiento de las culturas de la tierra y de la vida. Las instituciones gubernamentales hoy exigidas de tener departamentos de Pueblos Originarios, deben mejorar bastante su labor. Es necesario que este trabajo de recuperación cultural no sea hecho sólo por algunas universidades, hay comunas que requieren contar con Centros Culturales, de ahí que un buen proyecto es la creación de las casas andinas que sean reflejo de las sabidurías propias del buen vivir. Es una posibilidad política el encuentro de las clases populares con parte de su identidad más originaria en busca de vínculos para la resistencia.

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Autor de la obra: Santiago "zaguanalsur" Vilas.

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