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Hijo de ladrón o las grandes familias coludidas y otros textos de Hans Schuster

Hijo de Ladrón (1951) la gran novela de Manuel Rojas (Premio Nacional de Literatura 1957) es una de la primeras narraciones que utiliza el racconto para recordar extensas situaciones vividas por el protagonista, Aniceto Hevia. Sus viajes, trabajos y pellejerías, desde el cruce de la cordillera, la salida de la cárcel de Valparaíso, y todo cuanto constituye su historia como hijo del Gallego, no es más que el testimonio tangible de una convicción: La literatura es algo más que un ensayo ante la vida, es la vida doble, en su ejercicio de escritura y la forma de contar la historia que da lugar a una ética escritural sin enunciarla.

Si bien, Hijo de Ladrón, es un ejercicio en donde todo se suma en la novela como parte de un momento en la historia de Chile, podemos desplazarnos por distintos territorios y ver esos relatos ocultos, esta vez por las propias familias que se hicieron dueñas de territorios y riquezas naturales, recordemos a Vicente Perez Rosales (miembro del clan de los ochocientos). Con la Ley de Colonización promulgada en 1845, en el gobierno de Manuel Bulnes, y en 1850 cuando el presidente Manuel Montt le nombra agente de colonización de Valdivia y Llanquihue, bajo la idea central de una restringida porción de hectáreas con títulos de dominio en territorios indígenas, alambre de púas, vaca con ternero, rifle y municiones, bueyes y carreta, entre otros. Y ya se sabe los aportes que realizaron, sólo que la historia oculta de crímenes y despojos que se mantienen ocultos hasta el día de hoy.

En los inicios del siglo pasado grandes familias en los territorios más australes contrataron cazadores de indígenas, entre los destacados: Julio Popper, Alexander McLennan “El Chancho colorado”, Mister Bond, Alexander A. Cameron, Samuel Hyslop, John McRae y Montt E. Wales. Cabe recordar El envenenamiento de Springhill, más de 500 indígenas por faenar una ballena varada preparada especialmente, o McLennan y la matanza realizada a más de 300 indígenas, en la denominada Masacre de la playa de Santo Domingo. Todo el genocidio fue parte de herencia de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, siempre intentando ocultar los hechos a la opinión pública, Mauricio Braun y su suegro José Menéndez Menéndez, fueron parte de los líderes genocidas.

Pero tal vez, en los territorios de la Araucanía, la situación de despojos, engaños, leyes hechas a medida, permiten hasta hoy actos criminales que se realizan impunemente con el apoyo de la policía, sus montajes y la complacencia de las autoridades chilenas, tierras que años antes, el propio Estado se las había reconocido a los mapuches en los llamados “Titulo de Merced”. De esta forma, el pueblo mapuche es despojado de las tierras en la que siempre habían vivido y que España se las había reconocido en una treintena de tratados internacionales. Basta ver el Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, editado por el Comisionado Presidencial para Asuntos Indígenas – Primera edición, Santiago de Chile, octubre de 2008.

De modo que el símil de Hijo de Ladrón queda corto, se imaginan que Aniceto Hevia (Personaje de 16 años) nos contara hoy su historia desde el SENAME, o alguno de los Larraín, no el que atropella y mata campesinos, nos hicieran una película para hablar de las grandes familias coludidas, sobre todo cuando el país comienza a recordar la voz de aquellos que nunca la tuvieron, y el poder del dinero compró la impunidad ante los jueces, ya llevamos siglos, para no recordar los tiempos de la dictadura en que la corte suprema con sus charloncitos rechazaba hasta los recursos de amparo, amparando el crimen organizado por el Estado de Chile, bajo la violación de los Derechos Humanos, mientras los cómplices pasivos, como les llamó el propio Piñera, y que hoy los tiene en su gabinete, no encontraron nada más glamoroso que hablar de responsabilidades individuales, lo mismo que aplican hoy por hoy a quienes se salieron del “protocolo” con violaciones sexuales, asesinatos, golpizas en carros y cuarteles, disparos en los ojos, balines de dudosa goma, para los gomas de verde o-paco que serán procesados, junto a miembros de la marina, ejército, PDI, que confían en la impunidad, porque hoy por hoy, no se trata si eres o no indígena, se trata de una relación histórica de las grandes familias coludidas con gobiernos que les pertenecen y que utilizan en sus beneficios los brazos armados, a sabiendas de la crueldad represiva con que son capaces de generar el terror de Estado y que, en estados de excepción, salen a matar.


ALTAZOR o LA POLÍTICA SIN PARACAIDAS

Hans Schuster

Altazor (1931) el gran poema de Vicente Huidobro, es un texto que anticipa el mundo devastado por el mercadeo y sus industrias, de allí la soledad humana frente a las leyes que manipulan su destino hasta dejarlo como autómata, precario e inconsciente de su propio devenir, que ya no tiene amparo ni en la fe, de modo que la vida es un descenso anclado en la amargura, en la decepción de todos los ideales altamente manipulados por el afán progresista que lo extermina, lo diluye, lo anula, lo droga de una realidad que azuza su dolor cargándolo con la metafísica de la congoja.

El inicio del Canto I “Altazor ¿Por qué perdiste tu serenidad? ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa con la espada en la mano? ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios? ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?”

La primera estrofa da cuenta de la profecía-poética, hoy en medio del saqueo con que la política neoliberal, ex binominal y de todos los males, entregó en concesión al país y a sus habitantes para la depredación de las grandes familias que florecieron bajo el vacío del estado que en pantalla era llamado República de Chile y que de pública no tenía nada de nada en salud, en educación, en pensiones, en dignidad.

Hoy, en medio de los escopetazos o-pacos, del ejército, la marina, la fuerza aérea y la PDI que salieron a defender “el orden” en medio de la angustia de quienes aún temen perder sus negociados, la turba con mando jerarquizado y de buenas pensiones salió azotando cuerpos, rostros y cadáveres, viralizados en redes como en el callejón de Valparaíso, mientras la televisión trataba de ocultar la grieta del precipicio con comentaristas ramplones y afuera las lágrimas de la vejez enarbolaba banderas chilenas y mapuches. Hoy, en medio de la insensatez y comentarios despiadados de ministros y del paladín de la república que declaró la guerra a sus ciudadanos mientras se encerraban en sus jaulas de codicia y ardía una que otra iglesia del neoliberalismo como si las farmacias y los bancos con el CAE que no cae nunca en la cuenta del abuso y marcha tras marcha, lo que arde son sólo plegarias muertas.

Hoy, en medio del insomnio generalizado por el calor de barricadas que vienen humeando un mes entero, pero en realidad son años y años de sombras en el torbellino de cuentas por pagar, con servicios básicos indecorosos, cuando los hay como el agua, o los remedios, las urgencias del hambre y todo para que los dueños del dinero con sus magníficos sistemas de subcontratación precaria, en la abundancia de su plenitud de dinero hicieran un gesto a lo Luksic que sonó como un parche constitucional o cositas así, que se pudieron hacer hace tiempo, pero no, había que esperar suspiros podridos por las leyes que siguieron cavando la fosa en los hospitales con listas de espera que te daban el cupo después de muerto y el gerentón del ministro sonriendo al decir que la salud pública está perfecta para que todos se mueran esperando que cambien el ministro y pongan al menos algún médico humanizado con el dolor.

Hoy, en medio de todas las trampas y la letra chica con que la desesperación petrificada en los ojos del pueblo que comenzaron a vaciar como antes saquearon el agua, los océanos, los bosques nativos, mientras los gerentones de la política como perros lamen dólares ensangrentados o balines y nadie pero nadie de los tantos políticos de estado pudo escuchar alguna marcha, algún aullido de las muchedumbres que hasta pedían permiso para marchar.

Hoy, en medio de tantas lágrimas hirviendo, los políticos de estado se acusan de haber aumentado la tarifa de sus coimas y que ocultaban las vísceras de la justicia en la tragedia de un país entero gritando en pancartas, en muros donde esa misma voz agonizaba pidiendo cuentas, pero todo se convirtió en rutina, en tragedia, en indiferencia, en humo.

Hoy, el texto de Vicente Huidobro es el mayor poema de Chile, ahora que los políticos de estado corretean sus argucias y se ven a sí mismos aullando como en el canto final de Altazor y esta vez caen al vacío, uno a uno, sin paracaídas.


VENUS EN EL PUDRIDERO, LA MUJER EN LAS AFPs o ISAPRES

Hans Schuster

Venus en el Pudridero (1967) del poeta Eduardo Anguita, (Premio Nacional de Literatura 1988) un gran poema que pone de manifiesto el tema amoroso, la mujer, la deidad, lo femenino que asiste a su descripción, desde lo patriarcal, de la filosofía griega en mixtura con el cristianismo del medioevo; ese cristianismo transfigurado por el erotismo que se mezcla en posesión de lo amado como en el Kama Sutra, el texto recuerda aires de Elliot, Rilke, Eluard, ciertos pasajes bíblicos, en una arquitectura de montaje de collage con Manrique, Quevedo, Góngora, por nombrar algunos guiños reconocibles, pero por sobre todo, el existencialismo del abismo ante lo personal de lo amado. El inicio del Poema “¿Escucháis madurar los duraznos a la hora del estío, / a la venida del sol, mientras un príncipe danza/ en vísperas de su coronación?/Yo pienso en el gusano.”

La primera estrofa y el texto íntegro, bien puede ser entendido bajo los nuevos códigos del cambio cultural de Chile, entendiendo que el despertar nacional de género viene desde el año pasado, de modo que el príncipe como modelo económico neoliberal, debe hacerse cargo del trato histórico a la mujer, desde la AFP: la mujer en igual cargo y función gana un 30% menos que el varón y ya sabemos qué le espera cuando se pensiones. Y si a eso se le suma la longevidad y los altos índices de desempleo, lo que implica lagunas previsionales, ya sea porque crió hijos o cuidó algún familiar mayor, se podría llegar a pensar que la AFP tal como está diseñada, atenta contra la familia, si hasta el año 2008 la mujer debía pensionarse a las 60 años, bajo el flagelo de no poder pensionarse por invalidez, de manera que pierde una y otra vez ante la permanente discriminación del modelo patriarcal, que la mantendrá en la miseria hasta agotar sus fondos, de modo que puede esperar migajas de 20, 15 ó 5 mil pesos hasta que se agoten sus fondos (magistralmente calculados, por –siguiendo el poema- los gusanos) y tal vez pueda intentar conseguir una pensión solidaria a cargo del Estado. Ése estado de situación pone a Venus, una y otra vez, en el pudridero.

Las premisas que sostienen las AFPs y las compañías de seguros (los únicos dueños del sistema privado de pensiones) es que todo se debe a las bajas remuneraciones, excluyendo de plano la absurda tasa de interés compuesto y además, las ganancias o pérdidas durante 45 años de vida activa (540 meses ) y lo que será aún más real, es que Venus jamás podrá superar el 30% de sus últimas remuneraciones, por lo que ella debe sacar sus cuentas (como todos, porque aquí sí todos somos Venus) como el sistema saca las suyas con el lucro. Pero lo mejor de todo, es la ironía con que el sistema dice que los fondos les pertenecen a Venus (Nuevamente, todos somos Venus) pero por ley no podrá tener una pensión digna a no ser que trabaje en las fuerzas armadas y de orden y que jubile con 20 años de servicio, ¿Dónde la viste Venus?- diría un poeta contemporáneo- ¿En qué circunstancias dejarás de estar en riesgo social? Si en Chile no se cumple con el artículo 25 de la Declaración de Derechos Humanos (El derecho a la seguridad social) y menos aún el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas (Artículo 9), Venus, entiende de una vez, mientras existan las AFPs no será posible esa vida digna porque el Estado te ha condenado al Pudridero.

Pero veamos cómo las ISAPRES tratan a Venus, y lo que sabemos gracias a la superintendencia es que el incremento sostenido de la cotización de ISAPRE ya viene bordeando el 50%, lo que implica que el mismo beneficio de hace 10 años, hoy tiene un copago mayor, en tanto que el patriarcado se ve favorecido levemente. Pero el detalle magnífico del sistema, va a encontrar a Venus en edad fértil y allí debe pagar un 179% más que cualquier varón, porque ser mujer en Chile según la propia industria “es un factor de riesgo” y los defensores de la familia hacen la vista gorda, porque así es el sistema de ISAPRES que no sólo castiga por ser mujer sino que castiga la maternidad y lo que es aún más aberrante es que si tienes, desde los 30 años, tus planes serán un 36% más caros que si eres menor, por lo que el factor sexo-edad multiplicado por el factor de riesgo no te permitirá Venus, salir del Pudridero. Otro botón familiar, Venus, dice relación con el hecho de que tu hijo o hija si supera los 24 meses de vida podría llegar a bajar el plan, sólo en relación a la carga, porque el resto se mantiene con el beneplácito de la Superintendencia de Salud, que brinda cada fin de semana con los gerentones, políticos de estado y gubernamentales varios que se oponen a las reformas, de modo que Venus deberás seguir en el Pudridero porque sólo allí tus huesos tendrán cobertura total.

Pero bueno, alguien dirá, si Venus en el Pudridero se trata sólo de un poema, y el escritor no fue José Piñera, aunque sí creo las AFPs para hacer ricos a los ministros de la dictadura (Que hasta hoy se mantienen en los directorios), será Sebastián quién se hará cargo de la maldad del modelo, o es cuestión de familia, (Para usar la analogía del general de carabineros) es allí donde se ha enquistado el cáncer del lucro o como lo dijo muy bien Cecilia Morel, perderán parte de los privilegios, pero son privilegios o maldad de la industria, entre tanto el colectivo “Las tesis 25 N” seguirá desarrollando performance, cuyos cánticos viralizados, entre otras cosas dice: “El estado opresor es un macho violador, …y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía”.

Venus, volvamos al primera estrofa, ya lo sabes, ni a la Ministra de la Mujer, que piensa como hombre, se le va ocurrir hacer algo, y algo similar pasa en el parlamento, senadoras y diputadas en su mayoría, por eso no se trata sólo de una condición de género, Venus, Venus ya sabes quiénes son los gusanos, en la plaza de la dignidad, una y otra vez, allí nos vemos.

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