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Hogar de Cristo despide a 380 trabajadores mientras se elegía el nuevo Papa: mayoría son mujeres jefas de hogar

En una medida que ha generado profundo rechazo, la Fundación de Beneficencia Hogar de Cristo anunció el cierre de 30 programas sociales a lo largo del país, lo que implica el despido masivo de 380 trabajadores y la afectación directa de más de 300 personas usuarias que recibían atención diaria en estos espacios.

La medida se enmarca en su denominada "estrategia social", impulsada por la actual administración de la Fundación, y ha sido calificada por el Sindicato Nacional de Trabajadores como “inhumana” y contraria a los principios fundacionales de San Alberto Hurtado.

La jornada elegida para ejecutar estos despidos ha sido motivo de especial indignación. Según denunció el sindicato, el 8 de mayo, apenas un día después de conmemorar su aniversario como organización, comenzaron a circular las notificaciones de desvinculación. Coincidentemente, ese mismo día, mientras el mundo católico celebraba la elección del nuevo Papa León XIV, Hogar de Cristo informaba el cierre de decenas de programas sociales y la salida de cientos de trabajadores, en su mayoría mujeres jefas de hogar.

“Resulta increíble la renuncia a los postulados mínimos del humanismo cristiano exhibido por la Fundación”, denunció Adela Alvarado Marimán, presidenta del Sindicato Nacional. “Mientras se celebraba una elección papal cargada de simbolismo social y religioso, esta institución notificaba despidos masivos. Una vez más, los costos de una mala administración recaen sobre las y los trabajadores, y sobre las personas más vulnerables”.

El sindicato acusa que la Fundación ha adoptado una lógica empresarial y rentista, que no solo precariza el trabajo sino que también abandona a personas mayores, en situación de calle, con discapacidad o dependencia, quienes quedarán sin atención y sin alternativas de apoyo.

“Esto no es caridad, es negocio con la pobreza”, enfatizó Alvarado. “Y es doblemente grave cuando se hace en nombre de una obra que alguna vez se dijo inspirada en el amor al prójimo”. Desde la organización acusan también el silencio cómplice del Estado, al que responsabilizan por el abandono sistemático del área social y por permitir que instituciones que reciben recursos públicos operen con total impunidad respecto a sus trabajadores y usuarios.

Frente a este escenario, el sindicato ha convocado a la unidad, la movilización y la solidaridad activa de toda la sociedad chilena para rechazar lo que consideran una abierta mercantilización de la pobreza.

“Nos movilizaremos no solo por nuestros derechos laborales, sino también por las personas a las que servimos. Porque esto no es un caso aislado: es parte de una ofensiva estructural que pone el negocio por encima de la dignidad humana. Y no lo vamos a permitir”, sentenciaron.

Santiago, 12 de mayo de 2025.

Comunicaciones Defensoría Popular de las y los Trabajadores

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