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Humedal Batuco, un espacio para reflexionar un nuevo comienzo con el newen del wiñol tripantu. Por Arturo Castro Martínez y Jean Paul Retamal

Reflexiones de un nuevo wiñol tripantu 2021 de carácter intercultural, en el humedal de Batuco.

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Hablemos de orígenes, como sucede siempre. Todo tiene un comienzo, también un final. Esto ocurre con todo, con el ciclo del agua y de la vida, como parte de una renovación natural. Mientras se escriben estas palabras ocurre una transformación, un cambio de ciclo para nuestros pueblos originarios. Es la última semana de junio, fecha que marca un cambio de ciclo. Las noches se ponen algo más frías, los días se hacen más cortos. Coincide esto con un llamado abierto al trawün, necesario para enfrentar el futuro y reflexionar sobre lo que se viene. Así se vive el wiñol tripantu por parte de todas nuestras comunidades indígenas, las que desde tiempos precolombinos han sabido desarrollar, en base a la exploración y expresión de su cosmovisión. Este acto ceremonial se vivió a lo largo del país, siendo la Región Metropolitana un punto donde convergieron distintas formas de celebración. Nuestros pueblos originarios, pese a su desarraigo territorial y destrucción cultural demostraron nuevamente símbolos propios de su resistencia. Esto lo evidenciamos al visitar lugares donde se concentraron este lunes 21 de junio nuestros representantes indígenas de la warria (ciudad). Así lo vivimos en Lampa, lugar considerado una de las áreas verdes más grandes de la Región Metropolitana, gracias a la existencia del humedal de Batuco, donde toda la comunidad es víctima de las aberrantes intervenciones que dañan severamente su entorno natural. El impacto ambiental termina perjudicando al ecosistema (el cercar un espacio donde llegan un 30% de las aves de todo Chile, es un dato importante). Este es el motivo de la lucha incansable de la Fundación Humedal Batuco Sustentable, que busca el reconocimiento de las 597 hectáreas del Humedal, como parte de la reserva natural. Así lo expresó su presidente Eduardo Acuña. Esta jornada fue algo distinta a las vividas en años anteriores, primero por la pandemia, que limitó gran parte de la actividad, debido a los protocolos sanitarios impuestos por el Ministerio de Salud y segundo, debido a que por primera vez los jóvenes indígenas fueron los protagonistas de la ceremonia que se llevó a cabo en las cercanías del humedal de Batuco, la que incluyó la plantación de un canelo, símbolo de espiritualidad para el pueblo mapuche, en señal de la unidad existente entre nuestros diversos pueblos originarios y las autoridades presentes. Cabe destacar que la participación de los jóvenes no tuvo nunca una fundamentación política, sino más bien se describe como una instancia donde diversos actores manifestaron su cercanía, siempre en torno al pasado y presente de nuestros pueblos originarios. Esto se hizo notar desde un principio, la moderación de la actividad por Guillermo Cotal Ponce, quien realizó un claro llamado hacia el reconocimiento cultural indígena de la zona, instando a conocer 3 problemáticas en esta materia a Jonathan Opazo, quien asumirá en los próximos días la alcaldía de Lampa y, a los congresistas y la candidata presidencial del P.S. que se encontraban en el lugar. 1- “Que la Oficina Pueblos Originarios no desaparezca. Que se funcional, no sólo para la entrega de becas sino que un espacio que promueva su propia participación. 2- Crear un formato de educación intercultural que no sea excluyente. 3- Que respete la próxima ratificación del Convenio 169 de la OIT” Para dar inicio Cotal para presentó a Mariano Millaquén, profesor bastante conocido en la comuna, conocedor de la historia de los primeros habitantes de la zona, su presente y legado. Es desde ese conocimiento donde realizó un llamado al reconocimiento de nuestros pueblos originarios desde la institucionalidad, dejando claro en que esto debiese ser mucho más que un día festivo. Posteriormente las y los jóvenes dieron cátedra de sus orígenes ligados a sus culturas ancestrales, mediante rogativas y exposición de sus historias. Lo expuesto por Elisa Millaquén expone el escenario actual de nuestra población indígena, la que ha visto perecer su cultura producto de la existencia de muy pocas políticas públicas que han ido en su beneficio. Esta realidad fue también expuesta por el diputado Pablo Vidal (perteneciente hoy en día al Movimiento Nuevo Trato), asistente a esta jornada, quien definió al país como “un territorio cuya definición debiese ser plurinacional y multicultural”. Estos conceptos no son nuevos, y han sido parte fundamental en las discusiones que se han elaborado dentro del actual proceso constituyente, donde el reconocimiento de nuestros pueblos originarios ha sido una parte fundamental desde sus inicios. A propósito de esto mismo, el diputado fue enfático en señalar: “Chile debe renovar la suscripción del Convenio 169 de la OIT. En caso de que esto no ocurriese, podría ser perjudicial, considerando el carácter que ha adquirido el incipiente movimiento social en Chile”. Lo expuesto por Vidal refleja una realidad inminente: nos encontramos a pocos meses de la fecha en que se deberá realizar la renovación del convenio 169 de la OIT, consigo el reconocimiento de nuestros pueblos originarios, su cultura y cosmovisión, situación compleja si consideramos que dentro de estos conceptos aparece el de su territorialidad de origen, hoy por hoy en conflicto por la instalación de la industria forestal y minera, además de otros mecanismos de destrucción territorial, que han obligado a migrar hacia las ciudades a varias comunidades nativas, perdiendo en este viaje su cultura. Pablo Vidal no fue el único en señalar la necesidad de ratificar el mencionado convenio internacional. Paula Narváez, candidata presidencial del Partido Socialista de Chile, también fue invitada a la ceremonia, señalando su visión respecto a esto, comentó: “Estamos en deuda con lo que ha sido nuestro compromiso frente al Convenio 169 de la OIT, de adecuar nuestra legislación a lo que ahí se establece. Entonces la agenda que hoy tenemos es una agenda muy exigente que debemos establecer para el futuro, pero yo creo que con la nueva Constitución se abre una puerta de oportunidad para ello (…). Tiene que haber un reconocimiento de la multiculturalidad, al reconocimiento de la autonomía y de nuestra plurinacionalidad. Esos reconocimientos deben estar establecidos en nuestra legislación interna”. Si observamos la realidad indígena en la actualidad, notaremos la presencia de diferentes aristas que no permiten el desarrollo de nuestras comunidades, como lo son su reconocimiento. Esto fue expuesto una y otra vez en esta convocatoria por parte de los representantes de nuestros pueblos originarios, los que expresaron el olvido permanente en el que viven, siendo un sometimiento violento pro donde se le mire. Frente a esto hay cosas que mejorar, entre ellas la educación, hacerla realmente inclusiva, respondiendo al carácter multicultural que siempre debió tener. Esta es una característica vista en todo el territorio, motivo más que suficiente para la creación de políticas que vayan a salvaguardar las características culturales de nuestros pueblos nativos. A propósito de esto, tuvimos la suerte en la comuna de Lampa de poder conversar con la concejala Elisa Millaquén, representante y conocedora del trasfondo que existe en el conflicto que viven las comunidades de la zona. Cabe señalar que la población indígena en el lugar alcanza un 11%, siendo justamente este el motivo por el que Elisa ha intervenido en múltiples oportunidades, señalando que debe realizar un trabajo territorial en base a tres objetivos: 1. “Crear instancias para hablar sobre la instalación de un modelo educativo intercultural. 2. Promoción del desarrollo cultural, como ocurre con la artesanía, donde las personas tienden a quedar en el olvido junto su trabajo. 3. cambiar a profundidad el currículum nacional, para que sea realmente inclusivo”. Jonathan Opazo, alcalde electo de la comuna de Lampa es enfático en señalar que es viable una correcta inclusión de nuestros pueblos originarios, pensando en que no desaparezca su cultura, indica: “Además del fomento del diálogo y la creación conjunta de políticas públicas respecto a los pueblos originarios en nuestra comuna, considero que es de vital importancia abrir los espacios de participación para cada uno de los lampinos. Desde ahí la participación real de los pueblos originarios en los CESFAM y otros centros de salud comunales, y también las escuelas y liceos de la comuna, desde las áreas en las que ellos quieran participar, deben ser abiertas como espacios de inclusión e integración”.

Autores:
Arturo Castro Martínez, profesor y licenciado en Historia y Ciencias Sociales. Máster en Historia Contemporánea y Mundo Actual de la Universidad de Barcelona.
Jean Paul Retamal, profesor en Historia y Ciencias Sociales.

Link de transmisión: https://www.facebook.com/kaptarte/videos/1161303937709179/?extid=WA-UNK-UNK-UNK-AN_GK0T-GK1C

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