En kioscos: Diciembre 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Inmoralidad, indignidad e impunidad. Por Carlos López Dawson

LIDERAZGOS DECADENTES

Desde hace años la corrupción de agentes del Estado llena las páginas periodísticas, no solo por los criminales de lesa humanidad, los torturadores, los generales de FF. AA y directores de instituciones policiales políticos y otros funcionarios que se prestan para defraudar al fisco, sino por empresarios que se coluden para defraudar al fisco y a los consumidores. Se suman a ellos una cohorte de leguleyos que llenan sus bolsillos con tales servicios. Aun cuando este sea un fenómeno universal que atraviesa la historia de la humanidad, igual da vergüenza ajena. Con la caída del Director de la PDI, así como de los Comandantes en Jefe del Ejército, Genérales de Carabineros, parlamentarios, alcaldes y otros lideres, comienza en un proceso judicial y administrativo que puede desembocar en el término o disminución importante de la impunidad. En ello, tanto el Poder Judicial como el Ministerio Público, podrán demostrar que el buque del Estado puede o no ser enderezado. Esta situación de corrupción generalizada es un síntoma cultural grave y que sin duda tiene relación con los altos índices de delitos que se cometen en el pais. Se han afectado valores esenciales de convivencia tales como la moral, la ética y la dignidad.

La Dignidad

Históricamente la dignidad era un reconocimiento del soberano a una persona para recibir premios o títulos o prebendas. La dignidad o «cualidad de digno» (del latín dignĭtas, que se traduce por «excelencia, grandeza». Hoy hace referencia al valor inherente a cada ser humano concreto por el simple hecho de serlo. En el reconocimiento universal que todos los seres humanos son iguales ante la ley, la dignidad no se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano. No depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo. Esta puede ser la dignidad ontológica, diferente a la dignidad adquirida, y este último concepto es similar al del honor. El humanismo llegó a explicar filosóficamente el concepto de dignidad con argumentos racionales. Fundamentó la idea de dignidad en la ley natural., así pasa a ocupar un lugar central en el pensamiento universal. Cuando alguien atenta contra la moral y la ética, no cumple con su palabra o no se comporta de acuerdo con el cargo que inviste, entonces podemos decir que es un individuo inmoral que carece de ética que ha perdido la dignidad.

Respecto del significado de la moral y la ética, reproduzco parte de articulo de mi autoría publicado en Le Monde Diplomatique ( https://www.lemondediplomatique.cl/la-doble-moral-por-carlos-lopez-dawson.html ). En efecto, escribí, entonces, “La palabra “ética” tiene su origen en el término “éthos” (hábito o costumbre) su significado se referiría a un “modo de ser” o “el carácter de una persona” el “éthos” (como moral). Según el Filósofo Aristóteles la ética o èthos son similares, ya que en base a los hábitos y costumbres que desarrollan las personas, se puede determinar el carácter o personalidad de la misma. Sin embargo, Aristóteles hace una distinción refiriéndose a las virtudes y separa la Moral como una verdadera rama de la filosofía y en su obra titulada “Ética a Nicómaco” nos enseña que la virtud del “entendimiento” nace de la doctrina (enseñanza/educación) y crece con la doctrina, por lo cual tiene necesidad de tiempo y experiencia; pero la moral procede de la “costumbre”, donde la palabra griega “ethos” significará precisamente costumbre. Ninguna de las virtudes éticas se produce en nosotros por naturaleza, y ninguna cosa que existe por naturaleza se modifica por la costumbre. La ética entonces es un concepto más amplio que la palabra moral y entendido de este modo moral será cualquier conjunto de normas, reglas, valores, costumbres etc. que tiene su origen y proceden desde la parte externa del ser, pueden ser inculcados por otros hombres, grupos, religiones, o ideologías (actualmente se señala que existiría una carga genética en los individuos de una determinada moral). por su parte la ética implica una reflexión interna, teórica, sobre cualquier tipo de moral, un análisis racional criticando la moral que se observa.”

La ruptura de estos valores se expresan en la corrupción. En el citado artículo agregué: “El ser humano generalmente se halla determinado por los valores de la sociedad en donde vive, y por eso el influjo que ejerce la sociedad sobre sus miembros siempre es mayor que el esfuerzo por educar a cada nueva generación de acuerdo con su propio y verdadero sentido” Por ello “cuando surge la corrupción en los niveles públicos, la política, la religión, organizaciones de la sociedad civil y desde luego en el Estado, es un problema que nos afecta a todos”.

ESTAMOS CONDENADOS:

Tal vez podría creerse que el ser humano actúa como lo hace no por que así lo quiera o decide, sino porque los seres humanos y todos los seres vivos están predeterminados. En efecto, Según Robert Sapolsky, biólogo y neurocientífico de la Universidad Stanford, sostiene que el libre albedrío no existe. Afirma que la biología está detrás de nuestros mejores y peores comportamientos (Ver El mono enamorado y otros ensayos sobre nuestra vida animal). Es una afirmación audaz que tiene muchos detractores, pero cuya ventaja es que se fundamenta en estudios científicos, no en dogmas. Podría ser entonces también un azar por cuanto algunos logran sus malvados propósitos y solo algunos son sancionados. Sancionar al que se portó mal es parte también de la educación, no solo del sancionado sino de toda la sociedad. Si no se hiciera viviríamos en la ley de la selva.

PONER FIN A LA IMPUNIDAD

Cuando la impunidad predomina en una sociedad, entonces todos aprenden que es rentable cometer delitos. La impunidad es un problema masivo que afecta a muchas sociedades. Lo recomendable puede ser atacar problemáticas estructurales, tales como fortalecer el sistema de justicia para reducir la desconfianza en las instituciones públicas., establecer mayor participación democrática impulsando prácticas de gobierno abierto, transparencia total en los actos del estado, la función pública y en las empresas. Permitir la acción pública para todo tipo de acto corrupto, mejorar el acceso a la justicia, facilitando el acceso a recursos legales y judiciales. Si hay algo que hace dudar a los delincuentes es cuando además de sanciones carcelarias se le apliquen sanciones monetarias, de esa manera se garantiza, además, que las víctimas sean realmente reparadas.

Erradicar la impunidad no es solo un deber del Estado y de la comunidad internacional, sino un esfuerzo conjunto de todos para avanzar hacia una sociedad más justa y responsable.

Compartir este artículo