En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

La articulación del COFOMAP desde la memoria colectiva y las resistencias del presente. Por Nastassja Mancilla Ivaca

La zona cordillerana de la región de Los Ríos se caracterizó por un sistema de latifundio forestal (Bize, 2017) en la organización del territorio y el control de la población más pobre a principios del siglo XX. Esta dinámica se constituyó por medio de la explotación de los y las trabajadoras, violencia y la desarticulación de la soberanía mapuche sobre el territorio (Mancilla Ivaca et al., 2012). Los procesos de movilización campesina que se comienzan a erigir a mediados de dicho centenario y las reformas agrarias que los acompañarían, subvierten está dinámica y demandan la dignidad del trabajador agrícola, campesino y mapuche hasta la anulación del sistema de hacienda en la zona durante la Unidad Popular[1].

En este periodo destaca en el centro sur de Chile una vasta experiencia de acción colectiva de los diferentes actores que poblaron el territorio para modificar las relaciones con y el Estado (Le Bonniec, 2013). Este contexto posibilitó en 1971 la creación del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP) que se convirtió en referencia a nivel nacional de co-manejo obrero estatal de la empresa forestal más grande del país. La cual se constituyó por la expropiación de 21 fundos forestales que abarcaron más de 400 mil hectáreas (Barrena et al., 2016; Bize, 2017) y donde al año 1972 la población alcanzó los 20 mil habitantes (Alfaro, 2016).

En el COFOMAP existieron 21 pueblos que se ubicaron entre lagos, montañas, ríos y volcanes donde se dispusieron postas, escuelas, canales de radio difusión, entre otros, cuya infraestructura dio vida a los asentamientos donde residían trabajadores/ras, familias, personal técnico de instituciones estatales, entre otros. Por otra parte, existió una red de caminos públicos que conectaba estos poblados, lo cual potenció el tejido comunitario practicándose intercambios entre localidades de todo tipo; un conocimiento sobre el uso y control del territorio que se reflejó en prácticas de soberanía colectiva. 

Sin embargo, el Golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973 dio paso a un proceso de violencia política y armada para desarticular los avances del proyecto popular, a través de casi 20 años de dictadura cívico militar en el país. Este hecho, determinó una oleada de terrorismo estatal en la precordillera que involucró procesos de movilidad forzada, torturas, desapariciones, asesinatos de dirigentes, trabajadores/ras y vejámenes sexuales de los que fueron objeto hombres, mujeres, niños y niñas[2].

La violencia en la zona fue tal, que a mediados de la década del 80 la población descendió a 5 mil habitantes (Alfaro, 2016), las personas huyeron del territorio o fueron obligadas a salir por medio de diferentes prácticas del terror y la violencia. En paralelo, se desarrolló la enajenación de la entidad estatal a través de ventas y licitaciones de las propiedades que articularon esta empresa forestal. Esta etapa, finalizó con la desaparición de casi la totalidad de los poblados que existieron en el COFOMAP, la venta de los fundos y el desalojo de sus últimas/mos habitantes.

Este período de contra reforma agraria determinó en la devolución de propiedades en un menor número y otras vendidas a nuevos actores. Entre los últimos, destacan Andrónico Luksic, Víctor Petermann y Horst Paulmann -por nombrar algunos- quienes forman parte de los grandes grupos empresariales que adquirieron propiedades estatales en dictadura. Los involucrados se apropian de estos terrenos por un valor de entre los 40 a 300[3] dólares la hectárea de bosque nativo en la década del 80, según datos revisados en documentos de compra venta de los conservadores de Bienes Raíces de Panguipulli, Los Lagos, Río Bueno y Valdivia[4]. Además, del despojo de las tierras, se bloquean los caminos de acceso al territorio para la población.

Estos procesos han instalado discursos que dan cuenta de un vaciamiento de sentidos en la construcción del territorio en el pasado reciente, que conllevó la fragmentación de los sujetos colectivos. Lo que se explica por las lógicas del olvido que el mismo Estado ha instalado posterior a la dictadura y el bloqueo explícito de los usos del espacio para las personas de la precordillera. Sin embargo, la violencia institucionalizada es resistida por diferentes formas que buscan instalar procesos de memoria y justicia en el presente.

Entre esas iniciativas, destaca la declaración de Patrimonio Histórico de 2019 de un conjunto de 14 bienes y espacios pertenecientes al COFOMAP por el Consejo de Monumentos Nacionales en Chile. Reconocimiento que fue solicitado por el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume. En paralelo, personas de diferentes generaciones que fueron pobladoras/res y trabajadoras/res del Complejo se han organizado en agrupaciones con personalidad jurídica para comenzar procesos para exigir el reconocimiento del Estado por los crímenes de lesa humanidad de los cuales fueron víctimas, como fue el caso del desplazamiento forzado interno.

Los discursos que estos actores y actoras levantan vienen a tensionar los silencios institucionalizados y abren el campo de investigación sobre el horror estatal y sus impactos. El Complejo emerge como espacio y marco de producción de las memorias colectivas, a partir de las fisuras del pasado que persisten en el presente y las cuales se comienzan a tensionar para quebrar el orden territorial existente como posibilidad de justicia y reivindicación.

En esta breve reflexión, me parece relevante cuestionarnos sobre ¿Cómo se ha configurado el territorio rural y mapuche para el centro sur de Chile a partir de la dictadura cívico militar y las prácticas del terror? ¿Qué posibilidades político-sociales se presentan en el tejido social que se vuelve a enhebrar en la memoria colectiva del COFOMAP? Estas cuestiones nos desafían a reflexiones urgentes en un país donde los procesos de memorias son un campo de estudio abierto a medida que las resistencias sociales (Nieto, 2011) se van articulando en los distintos territorios. Así, más allá de la figura de la víctima o el fracaso, siguiendo a Piper & Montenegro (2017), las violencias nos interpelan a colocar la mirada y la escucha crítica en las persistencias y emergencias en el presente de las luchas territoriales y proyectos colectivos que intentó silenciar la dictadura cívico militar en la ruralidad chilena. 

La autora, Nastassja Mancilla Ivaca, es periodista y Dra. © en Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. GT Memorias Colectivas y Prácticas de Resistencias CLACSO.


[1] Este breve texto se escribe ad portas de cumplirse 50 años desde la Unidad Popular en Chile.

[2] A las prácticas de terrorismo estatal, se les enfrentaron formas de resistencia directa que se corporizaron en la denominada Guerrilla de Neltume u Operación Retorno, protagonizada por el Destacamento Toqui Lautaro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en 1981. Esta acción desplegó diferentes tácticas militares que determinaron un período de cacería de los guerrilleros por comandos militares.

 

[3] Calculando el valor de la hectárea según precio del dólar en pesos a mayo de 2020.

[4] Estos datos corresponden a la investigación doctoral en curso realizada por la autora de este artículo denominada Las memorias del territorio en disputa: recuperación de tierras por ex pobladores/ras del COFOMAP en el lago Riñihue y Panguipulli, región de Los Ríos, dirigida la por la Dra. Isabel Piper.

Referencias

Alfaro, K. (2016). Acumulación pos desposesión en Chile: El caso del Complejo Forestal y Mederero Panguipulli en el Sur de Chile (1973-1990). Historia 396, 6(2), 229-255.

Barrena, J., Hernando, M., & Rojas, F. (2016). Antecedentes históricos sobre el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, provincia de Valdivia, Centro-sur de Chile. Bosque, 37(3). https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-92002016000300004&script=sci_arttext

Bize, C. (2017). El otoño de los raulíes. Poder popular en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli. Tiempo Robado Editoras.

Le Bonniec, F. (2013). La participación de las comunidades mapuche-huilliche en el proceso de la Reforma Agraria en la Provincia de Valdivia (1970-1973). Revista Austral de Ciencias Sociales, 24, 27-49. https://doi.org/10.4206/rev.austral.cienc.soc.2013.n24-02

Mancilla Ivaca, N., Aguilar, C. Y., & Sepúlveda, V. H. V. (2012). Reconstrucción de Wampo: El reflote de los significados mapuche como práctica resistente. Perspectivas de la Comunicación - ISSN 0718-4867, 5(2), 23-36.

Nieto, J. R. (2011). Resistencia social en Colombia. Revista OSAL, 30, 125-142.

Piper Shafir, I., & Montenegro, M. (2017). Ni víctimas, ni héroes, ni arrepentido/as. Reflexiones en torno a la categoría “víctima” desde el activismo político. Revista de Estudios Sociales, 59, 98-109.

Compartir este artículo