"Cuando el roto sepa de libros,
nadie lo igualará".
(Antonio Acevedo Hernández)
La obra de Acevedo Hernández ha sido reconocida como el origen del teatro social chileno. Sus obras como Joaquín Murieta y Chañarcillo son obras que han sido vistas obteniendo una excelente crítica. La Canción Rota (1936) es una obra que ha contado con la misma suerte que las anteriormente mencionadas con un diagnóstico certero sobre la sociedad chilena marcada por la brecha económica generada por una clase dominante que concentra la generación de la riqueza desde la posesión de los bienes proveniente de un sistema social que avala la explotación de aquellos que han sido destinados a ser pobres por una ideología de la dominación "justificada" en esa errada tesis del "orden natural" que invisibiliza la cuestión histórica.
Este texto teatral nos permite recordar emblemáticos ensayos de distintos autores que con su escritura con motivo del Centenario de la Nación aportaron una visión crítica honesta sobre el régimen político y económico injusto, entre ellos Alejandro Venegas con "Sinceridad. Chile íntimo", Tancredo Pinochet con "Los Inquilinos en la Hacienda" y "Ricos y pobres" de Luis Emilio Recabarren de quien este año se conmemora el centenario de su muerte. Todos estos con una condena unánime al orden político opresivo que llama a la movilización social como fuerza transformadora para posibilitar una mejor estructura moral que la impuesta por la ideología del poder.
En este montaje presentado en el GAM por la compañía La Dramática Nacional se luce el elenco en una sólida representación dramática que entre los diálogos propios del teatro clásico va presentando un excelente espectáculo musical a modo de cantata junto a imágenes visuales más propias del cine chileno. La dirección es un trabajo colectivo de Nelda Muray, Carola Rebolledo y Carolina Araya; con un elenco compuesto Hugo Medina, Carolina Araya, Carolina Rebolledo, Jorge Rodríguez, Nicolás Camus, Nelda Muray, Roberto Vallejos, Leonardo De Luca, Laura Hernández, Carmen Demarta, César Ramírez, Pablo San Martín, Alejandra Pérez, Bruno Chelsi, Pablo Suárez, Francisco Cuevas, Jaime Ahumada, Karen Wilson, Camilo Leiva, Javier Carrasco, Alexandra Cavieres y Bastián Ovando.
Esta puesta en escena es una buena oportunidad para reflexionar en estas fechas en que ciertas visiones del patriotismo legitiman visiones de mundo que no siempre deberían ser consideradas como valóricas puesto que son parte del colonialismo, nacionalismo y patriarcalismo que fomenta al terrible necropoder causante de tantas víctimas que sólo podremos recuperar en la memoria que determina nuestro presente y nuestro porvenir.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra