Más transparencia, más verdad, más investigación, más información, mayor claridad respecto de lo que pasa en el país…
El caso que vincula, con varias aristas a un ex presidenciable y líder de un partido de la derecha, es uno más de los escandalosos comportamientos en que la élite política ha sumergido y viene sumergiendo en un sombrío panorama a nuestra sociedad, a nuestra democracia, situación que afecta a la ciudadanía entera.
Víctima de ello, la ciudadanía debe organizarse, levantarse y generar instancias que le permitan ejercer su derecho a saber, a conocer, sin límites, sin reservas cada uno de los escandalosos sucesos en que hoy está involucrada la gran mayoría de la mal llamada “clase política”, pero también tenemos el deber como ciudadanos…
La sociedad está organizada para funcionar en la “normalidad”, existen normas, conductas y procedimientos éticos y legales a través de los cuales se puede y se debe presionar a la justicia y a los órganos del estado que abandonan sus deberes y no actúan en función de preservar dicha normalidad. Pero por otro lado, la nación tiene también una serie de instancias que le permiten a la ciudadanía, de hecho, exigir respuestas…
Una de ellas, es la presión social, manifestándose a través de los medios de comunicación, protestando en la calle, quitándole el apoyo, en próximas elecciones, a quienes se eligieron para hacer cumplir las normas de convivencia, generando leyes que condenen en malas prácticas.
Si la ciudadanía pasa de la acción individual a una acción colectiva, en la exigencia de sus derechos, obviamente, muchas de las verdades a medias que hoy sabemos, podrán despejarse completamente y la sanción judicial, ética y moral, caerá verdaderamente sobre muchos responsables que hoy, son develados a medias.
Sin lugar a dudas, la prensa, el periodismo investigativo, es otra de las herramientas de mayor valor para auscultar y develar la verdad de los hechos, sin reservas. Por ello, le cabe a la prensa, colaborar en la tarea de presionar a los órganos públicos a llevar las investigaciones, hasta que se sepa la verdad real.
Que pasa hoy con situaciones investigadas que involucran a parlamentarios, de distintas tendencias y que hoy aparecen sin resultados completos, o de personajes que han sido aludidos en reiteradas ocasiones por la prensa y por involucrados en situaciones ligadas a los casos de corrupción y que a pesar de ello, ni siquiera se les investiga.
Si queremos devolver la etiqueta a Chile de país menos corrupto… nos queda entonces, como sociedad y como ciudadanía, mucha tarea por delante y, nada de fácil.
