El tema del graffiti es complejo y abarca diversas prácticas históricas que pueden ser identificadas y categorizadas. Para comprender su mensaje icónico y visual se requiere un enfoque más profundo, ya que su práctica territorial tiene diferentes formas de expresión que convergen y se manifiestan en la calle, donde adquiere valor, sentido y, en cierta medida, cumple con una función social.
Es importante comprender que no existe "graffiti sin transgresión", ya que, en su amplio sentido, es una manifestación que utiliza la calle como lienzo y crea una nueva simbología alejada del monopolio impuesto por la planificación urbana y los modelos estéticos predominantes (De Ganges-López y Cruz-Salazar, 2014). A través del graffiti, es posible reconocer territorios y entender los mensajes ideográficos e ideológicos de los diferentes autores, así como comprender los vínculos y nuevas dinámicas establecidas en estos nuevos territorios codificados (Kozak, 2004). Por lo tanto, a través del graffiti, se transforma el espacio público y privado.
Esta transformación ocurre mediante una nueva forma y significado concreto, creando una amalgama que transmite un mensaje codificado en un espacio que ya tenía un sentido previo. Lo anterior altera la relación estética imperante, nutriendo e imprimiendo un mensaje codificado que enmaraña valores y entrega elementos de pertenencia, arraigo y apropiación interesantes de rastrear (Tuan, 2003; Kozak, 2008).
Según lo expuesto por Armando Silva (1994), la ciudad cuenta con un imaginario social-ciudadano definido, el cual está determinado por la razón estatal; es decir, cargado de una amplia gama de imaginarios institucionales, prácticas y performances de uso del espacio público y privado (Silva, 1994). De esta manera, se entiende que la ciudad es un escenario de lucha, pugna, discordancia y tensión, en el cual existen múltiples formas de uso y significados diferenciados determinados por la experiencia territorial (Tuan, 2003).
Es importante hacer una distinción entre el arte urbano y el graffiti vandálico, ya que son elementos que corren por veredas separadas. El arte urbano establece un diálogo y refuerza las instancias de participación, adaptándose a los espacios permitidos, mientras que el graffiti vandálico usa el territorio como medio de expresión directa, sin intermediarios y sin permiso, lo cual transgrede visual, social y legalmente el orden espacial y público (Salazar, 2004).
Podríamos inferir que la vertiente vandálica genera una praxis de apropiación del espacio público y privado. Continuamente está invadiendo y recomponiendo sus piezas para establecer una nueva estructura visual que perturba el orden estético urbano, la unicidad de su configuración y produce un mensaje directo que está codificado en forma de tag, consigna, figura pictográfica u otra técnica afín. Además, debemos tener presente que el graffiti utiliza un sinfín de elementos para conseguir la masificación del mensaje pictórico (Ferraresi y Randrup, 2012).
Es importante mencionar que no se hace una apología del uso y poder del graffiti vandálico, sino que se advierte sobre su profundo mensaje de cambio y transformación en relación con el espacio público y privado. El graffiti tiene un mensaje codificado que debe ser entendido, observado e identificado, ya que su práctica no se borra por más pintura que se utilice para tratar de esconder su mensaje encriptado. Por lo tanto, es fundamental mirar aquellos elementos representativos que se exponen en las calles y comprender vandalización por medio del graffiti, es un llamado de atención contra el orden urbano impuesto por el planeamiento urbano de turno que monopoliza el uso del espacio urbano.
Bibliografía
• De Ganges-López F. y Alexis Cruz-Salazar, T. (2014), Las pieles que vestimos, corporeidad y prácticas de belleza en jóvenes chiapanecas. México, CESMECA-UNICACH/El Colegio de la Frontera Sur. LiminaR. Estudios Sociales y Humanísticos.
• Kozak C. (2004)."Contra la pared: sobre graffiti, pintadas y otras intervenciones urbanas". Libros del Rojas. Buenos Aires. • Kozak C. (2008)."No me resigno a ser pared". Revista Artefacto. Buenos Aires.
• Silva, A. (1994). Imaginarios urbanos: cultura y comunicación urbana. Bogotá: Tercer Mundo Editores.
• Ferraresi, F. y Randrup, M. (2012). El Graffiti Tiene La Palabra. Editorial Academia Española, ISBN 10: 3659029254I.
• Tuan, Y. (2003) Escapismo. Formas de evasión en el mundo actual. Barcelona, Península. 2003. 301 p. ISBN 9788483075692.
Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magíster en Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Doctor(c) del Programa de Doctorado en Geografía del Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile. Financiamiento: ANID DOCTORADO NACIONAL 2022-661370. Correo: fslizana@uc.cl