Hace pocos días, el principal vocero y/o representantes en los medios de comunicación del candidato Kast, (Cristian Valenzuela) ha expresado que en el estado los funcionarios públicos son “parásitos que viven de él, lo drenan y se reparten sus restos como si fuera un botín”. Si buen ha salido en los mismos, a rectificar y/o “recular”, de sus desafortunadas palabras, pues una parte de los funcionarios en el presente son personas de Derecha y al parecer conocidos de él.
Pero sus expresiones son una muestra de la erosión ideológica, como también lo son los comentarios del propio Kast (al estilo Milei) y ahora con más fuerza, pues también de sus discípulos (Ruth Hurtado) , que han ido provocando incongruencias entre lo real y lo difundido por el entorno Republicano. Prueba de ello, es el “perdonazo” que Matthei realiza con Kast por los bot que la catalogaron injustamente de padecer Alzheimer, pero poco después Hurtado genera otro altercado y el “malestar" en la UDI.
El propio Kast respondió, ante el actuar de los bot, que no entrará en “polémicas artificiales”, a propósito de los reclamos de Matthei. Pero luego, la verdad salió a la luz y conocimos a Góngora (Patitoo_Verde), siendo parte de los articuladores de una red de bots asociados a sectores Republicanos.
Así las cosas, acto seguido hemos asistido a la nula decantación por parte de Kast respecto de sus afirmaciones en relación a obtener una rebaja en los gastos del estado en orden a US$ 6 mil millones en los primeros 18 de 48 meses. En la búsqueda furibunda de responder desde dónde se produciría la rebaja, decantó en la afirmación de que lo obtendría al despedir a 100 mil funcionarios públicos. Atribuyendo al actual gobierno de Gabriel Boric, un aumento excesivo en la dotación del estado. Se sabe ahora[1], que la magnitud de crecimiento en la dotación del gobierno central llegó a 9.400 personas.
Es decir, se aprecia la construcción de noticias falsas o de afirmaciones sin sustento, gatilladas por la necesidad de marcar presencia en la fase electoral y que decante en los ciudadanos una sensación de molestia o desaprobación. Algunos hechos no requieren de noticias falsas, son en esencia, malas noticias.
Por ello, en el mundo tecnológico, se está utilizando la teoría de la disonancia cognitiva (León Festinger, 1957), que tiene su origen en la psicología social, y apunta a la aversión humana a lo falso, lo artificial o lo no real, a propósito del uso, a ratos indiscriminado en redes sociales de la AI, donde ésta bordea lo que podríamos llamar, lo hiperreal.
Estamos hablando de situaciones desde donde nos “documentamos”, de donde obtenemos nuestras noticias, reportajes o donde buscamos información, ya sea en redes sociales, medios de comunicación, personas y/o bot incluidos. Estos traen mensajes de interés social, que nos permiten generar una cierta verdad. La acción siguiente, es que comparamos ese contenido con valores propios o conocimientos previos y de forma natural construimos una posverdad. La credibilidad que alcanza el resultado de este ejercicio, casi automático de racionalidad, permite darle valor o descartar el mensaje recibido, materializando un apruebo con difusión incluida o un rechazo.
Si están difundiendo constantemente un mensaje cual sea éste, pero particularmente de agravio, enlodamiento, descalificación o crítica hacia una persona u organización; la reiteración del mensaje tiende parecer familiar, y por ende cercano, pues los radioescucha, lectores o televidentes, les agrada más aquello que ven o escuchan como algo conocido, incluso, si al principio les era indiferente. Vean ustedes, como son reiterados los mensajes de publicidad en la televisión abierta. La misma publicidad, una y otra vez.
Entonces el esfuerzo por difundir no dice relación con la verdad, simplemente con expresar un mismo mensaje, muchas veces, en reiteradas ocasiones y en distintos espacios. Luego es aceptable que quien difunde (mensajero) tiene la libertad de transmitir, sin cuestionar. Sin asumir, responsabilidad alguna.
Hace pocos días, se ha informado oficialmente que existe un error de calculo en la tarifa eléctrica de todos los hogares, cuyo origen lleva varias administraciones, autoridades y gobiernos, sin haberlo detectado. Pero el mensaje es: “Comisión Nacional de Energía detecta error de cálculo que provocaría baja en cuentas de luz”[2]. Luego se genera una consecuencia política, como resultado del mal manejo de la situación por parte del ministro, quien finalmente renuncia a su cargo.
El problema ante la ciudadanía está en la forma y oportunidad en la devolución los cobros erróneamente realizados, cuya responsabilidad está diluida en varios otros. Por ello el Ministro García, ha informado que[3]: “la compensación se concretará mediante un descuento en las tarifas”. Es decir, el problema ya no es problema. Se ha resuelto rápidamente y se ha entregado tranquilidad y confianza, a la ciudadanía.
Por ende, que los responsables desde la perspectiva política (poder) y técnica, asuman su condición, debe ser valorable. Eso es una verdad, muy distinta a denostar, lo que propio Sr. Valenzuela ejerce y ha ejercido. Será capaz entonces, ante el error cometido, por sus declaraciones, dejar el (los) cargos que ejerce en el estado hoy.
En el caso de las declaraciones difamatorias, el tiempo de silencio, las borra. En el caso de los errores políticos, como es el caso reciente de la electricidad, serán tergiversados, enlodarán nuevamente a los funcionarios públicos. Pero los beneficiarios directos (empresas) nunca digieron que estaban recibiendo más ingresos.
Por ello la construcción de noticias falsas, se basan en situaciones no claras, en hechos reñidos con la ley o producto de filtraciones mal intencionadas que dan espacio a la construcción reiterada de mensajes. Con el tiempo la verdad es cuestionable, pero lo falso tendrá que pagar el costo, por el uso indiscriminado de sus mensajes.
Si no se hubiera resuelto rápidamente el caso de los cobros excesivos de electricidad, podríamos haber terminado el año agradeciendo a Valenzuela, alzado como un profeta de su propia tierra, pero esta vez, ha quedado sin brillo el disonante provocador.
Hernán García Moresco, Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH
