Entre el abandono estatal y la falta de seguridad de los espacios escolares
Con frecuencia, las autoridades estatales, diputados y legisladores de diversos colores políticos elogian la educación pública y reconocen su contribución a la sociedad nacional. Sin embargo, se sabe poco acerca de las condiciones diarias de trabajo, desafíos y frustraciones que enfrentan muchos docentes, asistentes de la educación y funcionarios mientras cumplen con su notable misión.
Aquí ponemos énfasis, en particular, en un problema recurrente, especialmente en las zonas periféricas del Gran Santiago, como lo son constantes robos asociados a círculos nocivos de drogadicción, alcoholismo y otras situaciones perjudiciales, convirtiendo a los espacios educativos en verdaderos oasis. Estos lugares ofrecen un refugio necesario para el desarrollo educativo y personal de los estudiantes.
No obstante, esta condición de oasis no está exenta de amenazas. Los robos recurrentes, alimentados por estos círculos nocivos, afectan no solo materialmente a las instituciones educativas, sino que también ponen en riesgo el ambiente seguro y propicio para el aprendizaje. La vulnerabilidad de estos espacios se magnifica al considerar la falta de control por parte del Ministerio de Educación, el Servicio Local de Educación y el mismo Municipio.
Como muestra de esta situación es casi irónico que los empleados lleguen a trabajar después de feriados prolongados y descubran con sorpresa robos, tanto menores como mayores, de material educativo, que en la mayoría de los casos es lo único que se entrega desde el Servicio Local de Barrancas en el año. Aquí es imperativo proteger la educación pública y de calidad, pero también es crucial implementar medidas para ayudar a los espacios altamente propensos a estos robos, que de manera cobarde arrebatan el futuro de nuestras niñas y niños.
Como miembro de la comunidad educativa y habitante de esta comuna, me desconcierta la falta de atención hacia la seguridad de los espacios educativos. Esta preocupación es aún más relevante al considerar que estos incidentes son recurrentes en varios puntos de nuestra comuna.
El concejal David Urbina Huerta ha denunciado sistemáticamente estos casos, alertando constantemente a la autoridad local. Por tanto, resulta fundamental que el Servicio Local de Barrancas tome medidas para resguardar estos lugares educativos en post del bien mayor que cumple socialmente.
Un ejemplo paradigmático que debería llamar la atención ante la inacción de las instituciones es la Escuela Profesor Manuel Guerrero Ceballos, ubicada frente al Parque Mapocho Río y contigua a la toma Macarena Valdés en la comuna de Cerro Navia. Ya que este establecimiento educativo, comprometido con un contexto altamente vulnerable, ha sido víctima de robos en más de dos ocasiones este año.
Esta situación es grave, ya que esta escuela tiene un compromiso institucional destacado, opera con doble jornada educativa y cuenta con un cuerpo de profesionales dedicados a proporcionar una educación centrada en la interculturalidad, implementando talleres de Cultura y Lengua Mapuche. A pesar de su importancia, ha sido objeto de una serie de robos que son una burla para la función social de esta escuela.
Desde nuestro quehacer educativo denunciamos a inoperancia del SERVICIO LOCAL DE BARRANCAS y además del nulo apoyo de seguridad policial que tarde mal y casi nuca se ve en estos espacios.
Debemos defender la educación de calidad, publica y laica. Generar espacios seguros para los profesionales que desarrollan su trabajo tenga la seguridad de que su oasis estará a resguardo y podrán seguir haciendo su trabajo con el mismo entusiasmo de todos los días del año.
Fabián Esteban Lizana Vásquez es profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magíster en Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Doctor(c) del Programa de Doctorado en Geografía del Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile. Financiamiento: ANID DOCTORADO NACIONAL 2022-661370. Correo: fslizana@uc.cl
