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La enfermedad que nos corroe. Por Carlos López Dawson

CONSTANTES HISTÓRICAS

En la historia de Chile hay dos constantes: las masacres de trabajadores y la corrupción, siendo el capitalismo popular una de las caras de esto último. Recordemos que durante la dictadura cívico militar se anuncia una política que consistía en “democratizar” las empresas haciendo participar a los trabajadores como accionistas, pero era un pretexto vulgar para privatizar las empresas del Estado, en beneficio de cercanos al poder, que se convirtieron en grupos económicos y de grupos económicos preexistentes ligados al régimen, pero haciéndolo de manera fraudulenta al venderlas a un precio vil en beneficio de los que obtuvieron las empresas, que por lo demás estaban ligados familiar y socialmente con los detentadores del poder estatal de la época . La comisión investigadora de la Cámara de Diputados recibió denuncias referidas a la falta de transparencia de la familia de Pinochet con el aparato público, pero, extrañamente no terminaron el trabajo.

Ahora bien, para pésimo consuelo la corrupción es un mal universal, de hecho, hay registros antiguos que la denuncian. Baltasar Garzón, en el prólogo a la Breve historia de la corrupción de Carlo Alberto Brioschi (Madrid, 2010), se pregunta si escribir la historia de la política no equivale acaso a escribir también la de la corrupción. En efecto, en la antigua Grevia, siglo VII AC, un poeta escribió denunciándola.

Se dirige a su hermano Perses y lo exhorta a vivir una vida honesta basada en el trabajo, por cuanto este sobornó a los jueces de la ciudad para que le adjudicaran la parte de una herencia que le correspondía a Hesíodo, Se entiende que el poema no solo denunciaba a su hermano sino a los jueces corruptos sobre el poder omnímodo del dios, recordando a Perses que el poder de Zeus, que todo lo ve y ampara a la justicia, es superior al del más poderoso de los reyes, y que éstos tarde o temprano serán alcanzados por su rayo. Un siglo después Solón de Atenas escribió algo similar, al advertir a los ciudadanos de que lo que puede perder a la ciudad no es precisamente la voluntad de los dioses, pues por el contrario son ellos los que cuidan a Atenas y la protegen de los peligros, sino más bien el mal obrar de sus propios ciudadanos. La dolorosa vivencia de ambos poetas, Hesíodo y Solón, no solo denuncian a los poderosos que corrompen, sino además las injusticias sociales y los desequilibrios políticos que posibilitaron la corrupción. En Roma todo podía comprarse y venderse: de cargos a sentencias judiciales, de votos a contratos de obras públicas. Es casi asombroso que el sistema pudiese funcionar.(La corrupción en Roma. De JULIÁN ELLIOT, 19/10/2018 07:15 Actualizado a 07/02/2020 09:58). Las prácticas corruptas más habituales en la antigua Roma eran: 1 Comprar votos y cargos. 2 Amañar elecciones. 3 Apropiación indebida. 4 Cobro de comisiones. 6 Estafa. 7 Extorsión. 8 Concusión, y 9 Sobornos y cohechos (https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20181004/47313096552/la-corrupcion-en-la-antigua-roma.html, artículo publicado en el número 583 de la revista Historia y Vida).

Probablemente, si alguno de nuestros políticos corruptos hubiera vivido en esa época habrían sido exonerados por jueces igual de corruptos.

NUESTRA HISTORIA ÍNTIMA

Durante el periodo oligárquico (1833-1925) la corrupción era un hecho normal . Los parlamentarios muchos de ellos eran además abogados de empresas, sin que se cuestionara. Hoy en día hay normas anticorrupción muy severas, pero a todas luces insuficientes. (Dr. J. Valdés Canje, Sinceridad. Chile Íntimo en 1910. Santiago de Chile: Cámara Chilena de la Construcción, 2009). Es cierto que los seres humanos hemos ido construyendo instituciones para superar los desajustes políticos y sociales y uno de ellos es el Estado que constituye una forma de organización social relativamente reciente en la historia de la humanidad, que se ha caracterizado por convertirse en un mecanismo que facilita de la vida de la gente y, que, para los ilustrados fue el espacio donde era posible ejercer la libertad, por contraposición a su inexistencia donde predominaba la ley del más fuerte. Desde un punto vista técnico lo anterior implica la creación de mecanismos y políticas públicas destinadas a mejorar la calidad de vida de todos, que debiera incluir la persecución de la corrupción.

Resolver los problemas sociales que se origina en el modo de producción económico, constituye un imperativo para el Estado Social y Democrático de Derecho o Estado de Derecho Solidario y es la base sobre la cual se construye una sociedad verdaderamente democrática y fundada en los derechos humanos y libre de corrupción. Así lo sostiene la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su tercer considerando al señalar que los derechos humanos sean protegidos por el Estado de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión. Todo indica que es necesario educar incluso a los supuestamente cultos, muchos de los cuales han demostrado en muchas partes su egoísmo e incapacidad de empatizar con la tragedia que afecta a la mayoría de los habitantes de este planeta y sobre todo tolerantes con la corrupción que corroe la democracia ya imperfecta.

LOS EQUILIBRIOS NECESARIOS

La sanción severa a la corrupción, la educación para todos, la búsqueda de la libertad de conciencia y de expresión, el derecho a la seguridad frente al abuso y la arbitrariedad del poder, en la protección de propiedad privada y en la promoción de la libertad de asociación, cuyo fin es construir un modelo social basado en la representación ciudadana y una distribución racional y justa del producto, son principios y valores que están plenamente vigentes en el modelo de derechos humanos y que continúan siendo objeto de estudio, de controversia, de lucha y el ideal a alcanzar de la mayoría de los hombres y mujeres de nuestros tiempos, que no es otro que construir el Estado Derecho Solidario y los equilibrios necesarios para una buena vida en sociedad.

COMO COMBATIR LA CORRUPCIÓN

Sin duda que el desprestigio de la denominada clase política y en particular del parlamento, requiere un cambio que permita a los ciudadanos recuperar su soberanía. Y ese cambio solo parece posible con una asamblea constituyente. Pero, mientras ello no suceda, a pesar de ser una demanda con un apoyo enorme, será necesario ver como aramos con lo que hay. En ese sentido la ciudadanía debería elegir a los candidatos de partidos políticos impolutos que han promovido de verdad una nueva constitución.

La Convención Constitucional en su propuesta de nueva constitución trató el tema señalando que “La corrupción es contraria al bien común y atenta contra el sistema democrático. El Estado tomará las medidas necesarias para su estudio, prevención, investigación, persecución y sanción”. Agregó además que “Es deber del Estado promover la integridad de la función pública y erradicar la corrupción en todas sus formas, tanto en el sector público como privado. En cumplimiento de lo anterior, deberá adoptar medidas eficaces para prevenir, detectar y sancionar los actos de corrupción”. También establecía sanciones adicionales como inhabilitar a los condenados para cargos públicos o de elección popular. Como muchos de los corruptores son empresarios o jefes de empresas también debiera prohibírseles volver a ejercer cargos de esa naturaleza.

La legislación nacional contiene muchas normas que sancionan la corrupción, en especial la Ley N° 21.121, que ha modificado varios artículos del Código Penal y de la ley No. 20.393 sobre responsabilidad penal de la persona jurídica, tipificando y sancionando los delitos de corrupción entre particulares y de administración desleal. Pero todo indica que las leyes vigentes son insuficientes y que se requiere aún más rigor.

Los nuevos tipos penales establecidos por esta ley y las modificaciones que aplica al Código Penal permiten que delitos como la corrupción entre particulares y administración desleal serán ahora un “foco de vigilancia específico para los gobiernos corporativos dado que las malas prácticas o delitos contenidos en esta ley conllevan sanciones penales que pueden repercutir no sólo en sus empleados sino también en la persona jurídica” (https://www.pwc.com/cl/es/Publicaciones/Chile-continua-su-avance-en-materias-de-anticorrupcion.html

ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Los obstáculos para tener una verdadera democracia son múltiples y una forma de superarlos es con educación cívica. Pero ello requerirá de tiempo, porque, primero, hay que sembrar de verdad para luego cultivar calidad. Mientras los actores políticos logren asumir esa responsabilidad parece conveniente participar en el proceso constitucional actual, eligiendo al candidato que mejor represente la idea de una nueva constitución, aun cuando esta será posiblemente transitoria, pero si son elegidos consejeros personas que ya se manifestaron contarios a una nueva constitución se corre el riesgo que agraven la situación constitucional en perjuicio de todos. Es cierto lo que denuncia el senador Bianchi que este proceso es en realidad una forma de financiar a los partidos y no realmente un procese constituyente, denuncia a la que se suman parlamentarios independientes y destacados políticos como Hugo Gutiérrez, historiadores como Felipe Portales y -Sergio Grez, o educadores como Carlos Moya, quienes llaman a votar nul,o. Sin embargo, la llegada que tienen es limitada y tampoco han hecho campaña para lograr convencer a los ciudadanos, de manera que poco acogida se puede prever. Por eso anular será una manifestación romántica que causará más pesares que beneficios, ya que igual se habrán elegido consejeros quienes aprobarán una constitución sí o sí. Como sea el proceso esta cuestionado y la ética política llama a devolver el poder a los ciudadanos para que resuelvan la crisis actual, mediante una asamblea constituyente, como fue el compromiso politico de los partidos que lograron terminar con la dictadura, y que fue parte del nuevo pacto de entonces.

(El autor es Dr. en ciencia política y Director de Postgrado e Investigación de la Universidad la República)

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