Hace cuatro años las demandas estudiantiles en contra del sistema neoliberal se hacía masivas en los sectores populares y la clase media provocándose el "estallido" social que logró incomodar a toda la clase social privilegiada y por momentos intimidar a la clase política institucionalizada que sigue instalada en el poder. Esta lucha social logró llamar la atención fuera de nuestras fronteras con la ilusión de que era el inicio de un nuevo proceso político ciudadano en favor de la dignidad de las víctimas que padecen el orden político de la transición heredera de la dictadura.
Las calles florecieron como la primavera llenándose de brotes revolucionarios lleno de creatividad donándonos la belleza estética manifestada en el espacio público los murales, las comparsas, la poesía, las asambleas, a lo largo de Chile expresaban un valor significativo por la vida ya sin miedo al terror del Estado. La clase dominante siempre traidora logró que el Gobierno aumentara la violencia sistemática con nuevas muertes, mutilados, torturados, encarcelados.
Hoy no es una fecha de celebración, las demandas por mayor democracia fracasaron, incluso las ideologías neoonservadoras apoyadas por oportunistas políticos como los "amarillos" están dominando al Gobierno actual y siguen desconociendo las demandas ciudadanas que motivaron el "estallido". Políticamente hemos tenido una derrota en este tramo de la historia.
Derrotados por el poder de la clase dominante y por sus aliados que siguen atentando y traicionando al pueblo. Piñera y sus ministros entre ellos varios pinochetistas como Andrés Chadwick, Hernán Larraín, otras autoridades como Cristián Larroulet, Felipe Guevara, o los oficiales de Carabineros siguen impunes. Lo peor de esto es que no ven acciones que persigan las culpas de los criminales violadores de los Derechos Humanos que permitan la justicia. La violencia represiva dejó nefastos saldos a la ciudadanía y las víctimas siguen sin una retribución de justicia.
Toda la dignidad a las víctimas de la violencia que siguen sufriendo la injusticia. Los herederos de la dictadura siguen usurpando el poder atentando contra la democracia y el Gobierno junto a los otros poderes del Estado siguen prolongando la transición en beneficio de la ideología dominante que traba el fortalecimiento de la democracia. Que la memoria nos acompañe para que ninguna calle lleve el nombre de los que hasta hoy siguen gozando de la impunidad de sus crímenes.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.