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La investigación científica es clave para afrontar la crisis climática. Por Ricardo Pineda y Kelly Wanser

Los líderes de Latinoamérica se reúnen esta semana (feb 28 – marzo 2) en Punta del Este, Uruguay para participar en la VIII Plataforma Regional de la UNDRR (Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres). Este foro es clave para abordar los desafíos de la gestión de riesgos de desastres en la región, fortalecer la capacidad de las naciones para responder y prevenir desastres mediante la promoción de políticas eficaces y la cooperación regional. Este evento es crítico en un momento coyuntural para la seguridad climática de los pueblos latinoamericanos.

 

Lejos de ser ajena a los desastres naturales como huracanes, sequías e inundaciones, Latinoamérica ha sufrido de manera desproporcionada los impactos devastadores de estos trágicos eventos. Estos se han visto reflejados en la economía local y en el bienestar social. Según la CEPAL, los desastres naturales cuestan a la región más de 7 mil millones de dólares al año en promedio[1]. En los próximos años estos costos se incrementarán de manera exponencial por el cambio climático.

 

Hace meses, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático anunció que la meta de mantener el calentamiento global en 1.5°C es “casi inalcanzable”[2]. La reducción agresiva de emisiones es crítica, pero ningún nivel de reducción de emisiones puede contrarrestar los efectos de calentamiento de los gases de efecto invernadero que ya están en la atmósfera. En todos los escenarios del cambio climático, la Tierra seguirá calentándose durante los próximos 30 a 40 años. Este es un enorme riesgo de desastre para el que no estamos preparados, lo que representa una gran amenaza para las personas más vulnerables de la región.

 

Dado este escenario desolador, ¿qué alternativas tenemos? Aquí es donde entran los avances más recientes en la ciencia y la tecnología. En los últimos años, los científicos han revisado enfoques tecnológicos derivados de procesos observados en la naturaleza, también conocidos como “intervenciones climáticas”, como posibilidades para reducir rápidamente los gases de efecto invernadero o el calentamiento de la atmósfera.

 

Uno de estos enfoques es la modificación de la radiación solar (SRM, por sus siglas en inglés) que ha mostrado potencial para reducir el riesgo de desastres naturales a nivel global. Las técnicas más prometedoras de SRM involucran la dispersión de partículas en la estratosfera para reflejar la luz solar directamente (Stratospheric Aerosol Injection), o la dispersión de partículas en las nubes marinas para hacerlas más brillantes (Marine Cloud Brightening). Estas son variaciones de fenómenos que ya vemos en la naturaleza. Por ejemplo, ocurre cuando los volcanes entran en erupción y las partículas que emiten logran reducir la temperatura global, o como sucede ahora cuando las partículas de la contaminación hacen las nubes más brillantes y crean un efecto de enfriamiento a nivel global. La idea es emular estos efectos de maneras más limpias y controladas para mantener estables los sistemas naturales mientras la sociedad reduce sus emisiones y logra transitar a un futuro más sostenible.

 

El uso de la ciencia y la tecnología es uno de los principales temas de discusión en la Plataforma de la Región de la UNDRR. En consecuencia, el uso potencial de SRM para la reducción de riesgos a desastres climáticos es un área emergente de interés. Un número significativo de expertos cree que esta tecnología puede ser una herramienta eficaz para mitigar los efectos del cambio climático, especialmente en las zonas más vulnerables. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre los posibles impactos negativos en el medio ambiente y la biodiversidad, muchos de ellos difíciles de predecir por la falta de investigación actual. También hay preocupación por cuestiones relacionadas a la transparencia y a la toma de decisiones equitativa, particularmente en el sur global. La mejor manera de entender si los métodos de SRM son una opción viable y segura es mediante la investigación científica. La manera más equitativa de tomar decisiones es con información accesible y participación incluyente en investigación científica. En realidad, no hay otra manera de tener éxito.

 

Es importante que los países Latinoamericanos tengan múltiples opciones para reducir el riesgo de desastre provocado por el cambio climático. También es importante que puedan abordar de manera efectiva y transparente los desafíos y oportunidades que ofrece la tecnología de SRM. La Plataforma Regional de la UNDRR debe ser un espacio valioso para fomentar el diálogo, la cooperación y la toma de decisiones informadas sobre las intervenciones climáticas.

 

Es de crítica importancia resaltar que la tecnología SRM no debe ser vista como una solución única para el manejo de riesgos de desastres en Latinoamérica. Es vital que se siga invirtiendo en medidas de prevención y mitigación de desastres, como la construcción de infraestructura resistente y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, que son fundamentales para reducir el riesgo de desastres. La única manera en que tendremos éxito en mantener a la población y a los ecosistemas seguros es con una visión holística y una variedad de opciones a la altura del desafío que enfrentamos.  


[1] https://www.cepal.org/notas/62/titular02

[2] https://grist.org/climate/the-worlds-most-ambitious-climate-goal-is-essentially-out-of-reach/

Ricardo Pineda – Fundador de Sustenta Honduras, la primera ONG liderada por jóvenes enfocada al cambio climático en Honduras

Kelly Wanser – Directora Ejecutiva de SilverLining, una ONG que busca avanzar la investigación e innovación científica a nivel global para proteger a las personas y ecosistemas más vulnerables del planeta de los impactos a corto plazo del cambio climático.

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Crédito fotografía: Alejandro Tagliafico/Universidad Southern Cross

Prueba de abrillantamiento de nubes con agua de mar por la universidad Southern Cross de Australia

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