EL POPULISMO, EL NEGACIONISMO Y LOS DISCURSOS DE ODIO
El diálogo, la comunicación y el escuchar al otro parece ser un progreso del ser humano es su larga evolución. Su existencia simbolizan la ausencia de violencia. En cambio, el populismo es una tendencia o afición a lo popular en todos los ámbitos de la vida, en especial en la política que dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo. Es un fenómeno transversal que es utilizado por todas las tendencias políticas, sean de derecha ( se acabó la fiesta de Piñera) o de izquierda (Con un lápiz y un papel resolvemos todo el problema de Ricardo Lagos). El negacionismo se refiere a la negación o minimización de eventos históricos o científicos ampliamente aceptados. En la película “Conspiración del silencio”, 2014, dirigida por Giulio Ricciarelli, y basada en eventos reales, se examina uno de los capítulos más oscuros de la historia: el encubrimiento masivo de crímenes nazis después de la Segunda Guerra Mundial, que es puesto en evidencia gracias a jóvenes fiscales que incluso desconocían que sus propios padres habían sido nazis. En Chile se ha manifestado el negacionismo en relación a los abusos a los derechos humanos cometidos durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, 1973 – 1990, y hasta el momento no toda la sociedad ni el Estado han sido lo suficientemente eficaces para resolverlo. De allí que la resolución del Presidente Gabriel Boric expresada en la cuenta pública en el Congreso Nacional el día de hoy es particularmente importante.
Si bien la mayoría de los chilenos reconoce y condena los abusos y violaciones a los derechos humanos ocurridos durante ese período, existen algunos grupos y personas que niegan o minimizan estas violaciones. Algunos argumentan que los informes de abusos fueron exagerados o que los responsables de los crímenes fueron solo unos pocos "manzanas podridas" dentro de las fuerzas armadas y que no representan la totalidad de la institución, lo que es un error ya que el propio Estado ha creado comisiones investigadoras y los tribunales han acreditado primero que era un sistema estructural de la dictadura y luego que el propio Pinochet estuvo involucrado en actos graves de corrupción e enriquecimiento ilícito. En efecto, existen numerosos informes, testimonios y evidencias documentales que respaldan la existencia de graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet. La Comisión Nacional sobre la Verdad y la Reconciliación (conocida como Informe Rettig) y la posterior Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (conocida como Informe Valech) recopilaron miles de testimonios de víctimas y establecieron la responsabilidad del Estado chileno en dichas violaciones y, entre otros, el caso Rigg demostró como Pinochet fue corrupto.
Hay un pequeño grupo que aun rinde pleitesía al dictador Pinochet a pesar que en los últimos años ha habido avances significativos en términos de justicia y memoria en Chile. Se han realizado juicios y condenas contra muchos perpetradores de violaciones a los derechos humanos, aunque aún falta justicia, y se han llevado a cabo acciones para preservar la memoria de las víctimas, como la creación de sitios de memoria y la educación sobre este período en las escuelas, lo que sin duda es insuficiente. De allí la importancia de un museo nacional de la memoria.
El negacionismo y los discursos de odio enferman el alma de país. Es necesario combatir los a través de la educación lo que es fundamental para establecer el dialogo verdadero, sin mentiras. El Estado y la sociedad deben aumentar la promoción de la alfabetización mediática y fomentar el pensamiento crítico. Es importante organizar charlas, talleres y debates para informar a las personas sobre los hechos históricos y científicos relevantes, y para promover la empatía y la comprensión entre diferentes grupos. También se puede promover la inclusión y la diversidad fomentando un entorno inclusivo y diverso donde todas las voces sean valoradas, trabajando para eliminar la discriminación y el prejuicio y promover la igualdad de oportunidades para todos. El Estado tiene un deber esencial en celebrar la diversidad cultural, étnica, religiosa y de género, y fomentar el respeto y la aceptación mutua.
En la sociedad civil los ciudadanos debiéramos estimular y participar en el diálogo constructivo: enfrentando los discursos de odio con argumentos racionales y basados en evidencias. Participando en debates y discusiones respetuosas para contrarrestar los puntos de vista negacionistas si caer en provocaciones o ataques personales, solo presentando hechos y datos confiables.
Por otra parte, ante el evidente cerco informativo los ciudadanos de buena fe debiéramos utilizar los medios de comunicación y las redes sociales creando una plataforma en línea, utilizándola para difundir información precisa y combatir el negacionismo. También se puede compartir artículos, estudios y recursos confiables que desafíen los discursos de odio y promuevan la tolerancia y el entendimiento.
Es necesario apoyar a las organizaciones y proyectos antidiscriminación que trabajen en contra del negacionismo y los discursos de odio, apoyándolas a través de donaciones, trabajo voluntario o difusión de sus actividades. Juntos, pueden tener un impacto más significativo en la lucha contra estos problemas y en la construcción de una sociedad sin violencia. El Estado tienen la obligación no solo moral o ética de legislar y promover políticas antidiscriminación que prohíban la incitación al odio y sancionen el negacionismo y fomentar la protección de los derechos humanos y la igualdad en la legislación, y colaborando con organizaciones y grupos que aboguen por estos cambios.
Sin duda que combatir el negacionismo y los discursos de odio es un esfuerzo a largo plazo. La paciencia, la constancia, la colaboración y el dialogo son fundamentales para lograr un cambio duradero en la sociedad.
IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO POLÍTICO
Tal vez puede aparecer aburrido tanto dialogo político, pero si examinamos la historia se puede apreciar que en aquellos Estados en los que ha predominado el dialogo, los diferentes actores políticos han podido discutir y resolver sus diferencias de manera pacífica. Es el diálogo el que permite abordar problemas y conflictos políticos sin recurrir a la violencia o a medidas autoritarias. El diálogo constructivo puede conducir a acuerdos y compromisos que ayuden a evitar tensiones y promover la estabilidad. Sin duda que en el dialogo es necesario que se renuncien a ciertas cuestiones. Por ejemplo, el desarrollo de un país requiere una distribución del ingreso equitativa, no como existe en nuestro país, que es regresiva. Si los actores políticos que se oponen a ello renuncian a sus prerrogativas que duda cabe que el país entero prosperara, y reduciría la violencia estructural de manera importante El dialogo permite la construcción de consensos: La política implica la toma de decisiones que afectan a toda una sociedad. El diálogo político permite a los diversos actores expresar sus puntos de vista, intereses y preocupaciones. Al escuchar diferentes perspectivas y buscar puntos en común, se pueden alcanzar consensos que reflejen los intereses y necesidades de la población en general. Y nadie podría arrogarse el éxito de tal medida si es el resultado de un consenso. Con ello se lograría el fortalecimiento de la democracia: El diálogo político es esencial para el funcionamiento de un sistema democrático. Permite el intercambio de ideas, el debate abierto y la participación ciudadana en la toma de decisiones. Al fomentar la inclusión y la participación de diferentes grupos y sectores de la sociedad, el diálogo político contribuye a fortalecer los valores democráticos y a evitar la concentración excesiva de poder. Desde luego que ello demanda una ley de prensa que lo permite, luego bien establecidos derechos a la salud y a la educación, de lo contrario seguiría siendo un discurso populista. Además, el dialogo politico da cuenta de la diversidad social integrada por individuos y grupos con diferentes perspectivas, intereses y necesidades. El diálogo político permite abordar esta diversidad y encontrar soluciones inclusivas que tengan en cuenta a todos los sectores de la sociedad. Ayuda a evitar la polarización y el conflicto social, fomentando la cohesión y la convivencia pacífica. Ese fue el aporte de la propuesta constitucional de la Convención Constitucional que fuera rechazada.
Cuando el diálogo político es abierto y transparente contribuye a la rendición de cuentas de los líderes políticos. Permite que los ciudadanos y los grupos de la sociedad civil expresen sus demandas, cuestionen las políticas y acciones gubernamentales, y exijan transparencia en la toma de decisiones. Esto ayuda a prevenir la corrupción y promueve una gobernanza más responsable y fortalece la democracia.
Por ello nos parece que el diálogo político es fundamental para construir sociedades más justas, inclusivas y democráticas. Promueve la resolución pacífica de conflictos, el consenso, la gestión de la diversidad, la transparencia y la rendición de cuentas. Es un mecanismo esencial para alcanzar acuerdos y tomar decisiones políticas que reflejen los intereses y necesidades de toda la sociedad, y requiere la buena fe.
SUPERAR LAS DISRUPCIONES
La comunicación tiene muchos aspectos o reviste variadas formas, pero lo que lo caracteriza es la no violencia ya que esta es una forma justamente de ruptura de la comunicación. La descalificación es una forma de violencia como lo es la violencia estructural silenciosa expresada por ejemplo en la distribución regresiva del ingreso o la justicia de clase, o el negacionismo, entre otras. El país ha avanzado en estos temas, de hecho, las descalificaciones por tendencias sexuales o políticas, por raza o cultura, reciben una condena moral unánime, desde luego que hay algunos que no entienden. Ahora respecto del negacionismo es necesaria una legislación penal que la sancione como lo han hecho muchos otros países, con lo que el ambiente politico y alma nacional, se supera para el bien de todos. Del mismo modo es necesario una ley de prensa que garantice la democracia dentro de los medios, el pluralismo y la transparencia. La violencia de la corrupción requiere un ataque frontal en todos los aspectos, desde el individuo, la familia, la comuna, los partidos políticos, la empresa, el gobierno y el Estado. De allí que lo anunciado por el presidente de la República, Gabriel Boric Font, en su cuenta pública al país el 1 de junio, debiera tener un apoyo transversal para que sea percibido por todos como una expresión del Chile profundo, que condena la corrupción no solo en los discursos sino también con acciones prácticas y sanciones penales de verdad, no solo con clases de ética, qué duda cabe su necesidad, sino con privación de libertad cuando corresponda. Es de esperar que una nueva constitución generada democráticamente recoja el deber del Estado de perseguir la corrupción hasta las últimas consecuencias.
Construir un sistema político sin violencia, es una tarea permanente de todos y lograrlo siempre será un éxito para el bien de todos, no solo para esta generación, sino también para las futuras, y necesario para enfrentar otros desafíos relacionados con la biodiversidad, la crisis climática, la supervivencia de la especie y del planeta.
1 de junio de 2023
(El autor es abogado, Dr. en ciencia política, Director de postgrado e Investigación de Universidad la República.)