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La llegada de los militares a la Araucanía; nueva fase de implementación del plan de despojo territorial de la clase empresarial. Por Marco Silva Cornejo

A Pablo Silva y el inicio de la toma por asalto de sus sueños…

Sorprende que la nación entera este impávida y en silencio (incluida la veintena de diputados del Frente Amplio), frente a la militarización descarada e indignante con el que el gobierno empresarial protege los intereses del capital en las forestales del Wallmapu. Bajo la burda señal de protección a los incendios forestales, la administración de los tiempos mejores ha instalado una avanzada de guerra que realiza controles carreteros, allanamientos junto a carabineros en blindados y genera la natural intimidación que produce ver instalaciones y personal preparado para la guerra en nuestra región. Todo ello mientras el empresario presidente, reclama internacionales desgarros por los derechos humanos en otras latitudes, mientras somete a la violencia y la militarización a una región entera.

La evidencia de la instalación de una avanzada militar en la región, solo refuerza la alianza histórica que han tenido los últimos cincuenta años la tropa golpista con la derecha política y económica. La lucha de clases se expresa de manera dramática en medio de las ruka y mediaguas de nuestras comunidades invadidas por el despilfarro opulento y prepotente de la tropa militar que actúa con servilismo extremo para resguardar los intereses del capital transnacionalizado y criollo.

En medio de los recortes presupuestarios a un conjunto de avances en garantías y derechos sociales. En medio de la entrega en concesión de la Patagonia a la explotación de mineras extranjeras (que también se incendia), en medio de los “suicidios” de los dirigentes sociales que se levantan en el país y que mueren sospechosamente, en medio del burdo espectáculo presidencial en Colombia. La nación entera duerme aletargada por el placebo somnoliente Venezolano y el Festivalero, sin darse cuenta que la avanzada militar y política solo viene a consagrar el despojo sobre todo aquello que a la derecha y la clase dominante le faltaba tener.

La estrategia de la burguesía y sus dispositivos de control social y comunicacional han logrado poner en marcha un plan que termina precarizando aún más la existencia de todos los chilenos y chilenas en los espacios cotidianos: años de indemnización, reducción de gratuidad, corte presupuestario a medicamentos AUGE, entre otros. De manera complementaria se comienzan a entregar concesiones de parte del territorio a mineras transnacionales para su explotación irracional, todo ello bajo la tutela activa de la tropa militar.

El silencio cómplice de la clase política frente a la ofensiva patronal y empresarial tutelada por la tropa heredera del dictador no tendrá resistencia a no ser que el conjunto del campo popular y las miinorias activas asuman posiciones ofensivas frente al intento de despojo global que implementa la actual administración. En este contexto la resistencia y el sabotaje junto a la movilización social, parecen ser legítimas formas de defensa de aquellos espacios vitales que aun conservamos. Nuestra lucha en el actual escenario político no solo está relacionado con las reivindicaciones, sino que tiene sentidos de sobrevivencia.

Marco Silva Cornejo
Mg. En Ciencias Sociales Aplicadas UFRO

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