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La “Obertura Festiva” de Juan Orrego Salas resuena en la inauguración de la Gran Sala Sinfónica Nacional de la Universidad de Chile. Por Carlos Salazar




El legado neoclásico de Juan Orrego Salas, “Obertura Festiva”, reconocida pieza compuesta en 1947 resuena nuevamente como parte central del programa inaugural de la Gran Sala Sinfónica Nacional de la Universidad de Chile que se inaugura el jueves 10 de julio. Orrego Salas fue una figura monumental en la cultura chilena que y trascendió las fronteras de Chile para dejar una profunda huella en la música moderna como prolífico compositor, musicólogo, profesor, redactor especializado y cofundador de la Escuela Moderna de Música y Danza. También en Chile recibió el Premio Nacional de las Artes Musicales en 1992.

Fue director del Instituto de Extensión Musical y del Departamento de Música de la Universidad Católica y docente de la Universidad de Indiana en Estados Unidos dada su formación en Columbia y Princeton, junto a maestros como Randall Thompson, Aaron Copland y Paul Henry Lang. El centenario genio de Orrego Salas enriqueció el repertorio nacional y abrió caminos a nuevas generaciones de músicos chilenos con obras como “El Alba del Alhelí, diez canciones”, sobre poesías de Rafael Alberti (1950)​ o la cantata “América, no en Vano invocamos tu Nombre” (1965) inspirada en textos de Pablo Neruda. La Obertura Festiva podrá escucharse en vivo como un recordatorio del valor del musicólogo y arquitecto que fundió ambas pasiones en una obra robusta e influyente.

Este estilo, al que el compositor chileno consagrado internacionalmente adscribió en diversas etapas de su obra se manifiesta según sus pares en la búsqueda de claridad formal, equilibrio y una estructura bien definida fácil de abarcar por todas las audiencias. En tal sentido, la pieza se distingue por su carácter celebratorio y enérgico, con una orquestación que privilegia la transparencia y la articulación de las líneas melódicas, evitando la densidad excesiva, creen compositores locales como Gonzalo Poblete que aplauden la posibilidad de retornar a su orquestación en vivo .

“La Obertura Festiva de Juan Orrego Salas es una obra tremendamente representativa de los grandes compositores chilenos. En ese sentido, creo que el hecho de que la nueva Sala Sinfónica Nacional se inaugure con esta pieza no es solo un gesto simbólico, sino una afirmación del quehacer musical chileno como proyecto cultural serio y con historia”, estima el músico autor de la obra sinfónica “Diez, cuatro animales” inspirada en la obra literaria del escritor chileno Juan Emar estrenada el 2024.

María José Jiménez, coordinadora de la Orquesta Sinfónica UNIACC y presidenta de la Corporación Cultural Eufonía, destaca la capacidad de transmitir que tiene la pieza de Orrego Salas pese a tener un origen neoclásico. “Sencilla y directa aunque haya sido escrita durante el siglo XX, la obra brinda una sensación de construcción de los temas a partir de algunos bloques sonoros donde predominan especialmente las maderas y los bronces en la melodía”, estima. Así la obra genera un contraste dinámico a través de la intercalación de secciones rítmicas que se oponen a los pasajes más líricos y melódicos, creando un equilibrio entre estos elementos. Este manejo de contrastes entre lo lírico y lo rítmico, junto con la importancia dada a las melodías en los instrumentos de viento-madera y metal, define su estilo musical, agrega.

Poblete agrega que la obra sintetiza muchas de las búsquedas propias de la música del siglo XX y en especial de la obra de Orrego en torno a la claridad formal, la vitalidad rítmica y un profundo sentido de identidad. “Es música que dialoga con la tradición, pero desde una perspectiva latinoamericana, comprometida y lúcida. Juan Orrego-Salas no solo fue un compositor notable, sino una figura estructural en la construcción institucional de la música chilena. Recordarlo hoy es un acto de responsabilidad. Mantener vivo su legado es también mantener viva la posibilidad de pensarnos musicalmente desde lo propio, con ambición y con rigor”, explica sobre la elección de esta obertura como parte del hito inaugural de la Gran Sala Sinfónica Nacional, ubicada en el Complejo Universitario VM20, a pocos metros de Plaza Baquedano.

Una festiva inauguración 
Con 1.200 butacas, este espacio acogerá a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, el ballet, coro sinfónico y camerata vocal de la Universidad de Chile en una arquitectura que privilegia la acústica natural de la madera y un formato inmersivo 360° que posiciona a la orquesta en el centro del auditorio.


Bajo la dirección del maestro invitado Maximiano Valdés, junto a la “Obertura Festiva” se interpretará la Novena Sinfonía de Beethoven, otra obra de alcance universal con las voces de las solistas Carolina García-Valentin, soprano; María Luisa Merino, mezzosoprano; Gonzalo Quinchahual, tenor; y Cristian Lorca, barítono.

El programa de la imponente nueva sala sinfónica incluyen para los próximos meses conciertos con la obra de Mussorgsky, Rachmaninoff, Strauss, Wagner y Debussy, entre otros. Asimismo, presentaciones de solistas invitados como el violinista británico Daniel Rowland (en el estreno en Chile del Concierto para violín en re mayor, op. 35, de Erich Wolfgang Korngold) y la trompetista española Ana Romero (en el Concierto para trompeta en mi b mayor de Johann Nepomuk Hummel). Por su parte, la nueva generación de compositores chilenos estará presente a través de las obras de Nicolás Ahumada y Tomás Brantmayer.

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