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La ofensiva general de Macron. Por Serge Halimi

La ofensiva general de Macron. Por Serge Halimi

Un ex ministro de economía socialista que, más tarde, crearía un partido liberal a su imagen una vez detalló el arte y la manera de crear una sociedad de mercado: “No intenten avanzar paso a paso. Definan de manera clara sus objetivos y acérquense a los mismos con saltos cualitativos hacia delante a fin de que los intereses sectoriales no tengan tiempo para movilizarse y entorpecerlos. La velocidad es esencial, nunca irán demasiado rápido. Una vez empezada la aplicación del programa de reformas, ya no se detengan hasta que esté concluida: el fuego de los adversarios pierde precisión cuando tiene que apuntar a un blanco que se mueve sin parar”. ¿Emmanuel Macron? No. Roger Douglas, en noviembre de 1989, en Nueva Zelanda. Exponía entonces las recetas de la contrarrevolución liberal que su país acababa de vivir (1).

Estrategia de shock

Casi treinta años más tarde, el presidente francés retoma todos los viejos mecanismos de esta “estrategia de shock”. SNCF (2), función pública, hospitales, escuelas, derecho al trabajo, sistema fiscal del capital, inmigración, sistema audiovisual público: ¿hacia dónde mirar y cómo resistir cuando, con el pretexto de la catástrofe que se acerca, de la deuda que explota, de la “vergüenza de la República”, el engranaje de las “reformas” funciona a toda máquina?

¿Los trenes? Un informe confiado a un compañero desempolvó el inventario de las plegarias liberales hasta ahora no satisfechas (fin del estatuto de los ferroviarios, transformación de la empresa en sociedad anónima, cierre de las líneas deficitarias). Cinco días después de su publicación, se inició una “negociación” para maquillar el dictado que se les quiere imponer a los sindicatos. Conviene, en efecto, aprovechar sin demoras el clima de desmovilización política, de división sindical, de exasperación de los usuarios ante las demoras, los accidentes, la vetustez de las líneas, el precio elevado de los pasajes. Porque la “urgencia de actuar” que invoca el ministro de Transporte está ahí. Cuando la ocasión se presenta, “nunca irán demasiado rápido” insistía ya entonces Douglas.

El gobierno francés también cuenta con las fake news de los grandes medios de comunicación para diseminar “elementos de lenguaje” favorables a sus proyectos. La idea −lanzada rápido, retomada enseguida− de que “la SNCF le cuesta 1.000 euros a cada francés, incluso a los que no toman el tren” además recuerda hasta volverse indistinguible al famoso “Cada francés pagaría 735 euros por la eliminación de la deuda griega” que, en 2015, contribuyó a la asfixia financiera de Atenas por parte de la Unión Europea. A veces la verdad estalla, pero demasiado tarde. Varias “reformas” de las jubilaciones fueron justificadas con la prolongación de la esperanza de vida. Un estudio oficial, sin embargo, acaba de concluir que “para las generaciones de 1951 en adelante”, es decir, el 80% de la población francesa, “la longevidad media esperada una vez jubilado debería bajar un poco en relación con la generación de 1950” (3). Lo mismo que decir que un progreso histórico acababa justo de invertirse. Este tipo de información no ha martirizado nuestros tímpanos. Y Macron no nos alertó acerca de que habría “urgencia de actuar” en este frente…

Notas:

1. Cf. Le Grand Bond en arrière. Comment l’ordre libéral s’est imposé au monde, Agone, Marsella, 2012 (1° ed. 2004).

2. N. de la R.: Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses.

3. “L’âge moyen de départ à la retraite a augmenté de 1 an et 4 mois depuis 2010”, Études et Résultats, Nº 1.052, Dirección de Investigación, Estudios, Evaluación y Estadísticas (DREES), Ministerio de Salud, París, febrero de 2018.

Serge Halimi es Director de Le Monde diplomatique.

Traducción: Aldo Giacometti

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