La otra resistencia, Antología Territorial de Escritores Mapuche-Williche, Sandra Villanueva-Gallardo/James Park (Compiladores) Pehuén Editores S.A. Santiago de Chile, 2020. 100 páginas.
Las Antologías suelen ser un buen recurso para compilar el trabajo literario de diversos autores, como ya habíamos comentado, el término que proviene del griego "anthologia", y que a su vez deriva de "anthos" (flor) y "legein" (recoger, seleccionar). Originalmente, en griego, "anthologia" se refería a una colección de poemas escogidos, como si fuera un "ramo de flores”, esa metáfora, dice relación a lo bello de lo escrito en versos, aquello que, siendo agradable a los sentidos, contagia el espíritu permitiéndonos explorar y examinar cómo percibimos lo que percibimos, ya sea objetos físicos o conceptos abstractos, y esa sensación de placer que posee claves culturales. La belleza no sólo tiene grados y distintas dimensiones dependiendo de la cultura, es decir, todo aquello que incluye el lenguaje, las costumbres y las creencias acerca de las funciones que desempeñan las personas y sus relaciones, tanto entre ellas, como con el mundo objetual, lo cual implica una experiencia de grandeza y asombro, a menudo ligada a la naturaleza o a lo infinito, y eso permite distinguir lo bello de lo sublime. Desde la Grecia Clásica hasta la época moderna ambos conceptos siguen siendo cosas disputadas (desde la estética principalmente) Platón veía la belleza como una idea trascendente de la que las cosas bellas participan. Kant, en cambio, distingue entre lo bello y lo sublime, señalando que lo bello surge de la armonía y la forma, mientras que lo sublime se relaciona con la grandeza y la inmensidad. La estética contemporánea ha explorado la belleza en el arte abstracto y conceptual, donde lo bello puede no ser evidente a través de formas tradicionales. Lo bello es sólo una experiencia estética, un placer o satisfacción que surge al percibir algo hermoso, pero también algo grotesco, algo oscuro: en la estética de lo oscuro y feo hay una valoración artística de lo que tradicionalmente se considera repulsivo, deforme o desagradable, explorada en profundidad por el teórico Karl Rosenkranz en su obra “Estética de lo Feo”, allí busca analizar y encontrar valor en elementos como lo grotesco, lo tenebroso y lo macabro, que se contraponen a las nociones convencionales de belleza. El feísmo es una tendencia artística que pone énfasis en la presentación de lo repugnante, mientras que la estética de lo oscuro abarca aspectos como la melancolía, el misterio o la atrocidad del mundo que se hacen presente en el arte.
Por otra parte la belleza (en/de) la oscuridad se vio influenciada por el psicoanálisis al conceptualizar el cuerpo como fragmentado y doloroso, ofreciendo un marco para la estética de lo feo, al permitir la representación de lo caricaturesco, grotesco y lo fragmentado del cuerpo, un acercamiento de mediados del siglo pasado dice relación con la performatividad que describe la capacidad de ciertas acciones o expresiones para transformar la realidad, la identidad o el entorno, y no se refiere solo a un acto único, sino a una serie de repeticiones y rituales que producen a través del arte, efectos significativos. Hoy en día están presentes en diversos campos como la política y los estudios de género, porque la performatividad se refiere a la construcción de identidades y a la utilización de elementos escénicos para influir en el público. De allí la importancia del lenguaje, y en especial el poético, en cuyos actos repetitivos va implícita la construcción de una nueva realidad. Recordemos a Judith Butler quien aplica junto a la performatividad el concepto de identidad de género, argumentando que el ser "mujer" no es una esencia, sino que se llega a serlo a través de la repetición de actos, gestos, procedimientos y conductas que construyen esa identidad de forma cultural y social, de modo tal que es una acción política que incluye discursos, apariciones públicas y el uso de símbolos para generar simpatía, demostrar poder o movilizar adhesiones.
Pero vamos a la antología, en “La otra Resistencia”, aquí están presentes; Cristian Antillanca Antillanca, Sonia Caicheo Gallardo, Bernardo Colipán Figueria, Jaime Huenun Villa, Graciela Huinao Alarcón, Faumelisa Manquepillán Calfuleo, Roxana Miranda Rupailaf, Miriam Torres Millán. En el imaginario de la academia fuertemente representado por Villanueva-Gallardo, se nos insta a considerar, entre otras cosas la noción de la no antología, a fin de rescatar preferentemente imaginarios y discursos territoriales, bajo una perspectiva de descripción hermenéutica, en el marco investigativo de los territorios discursivos. Fernando Pairican, recoge las ideas de Villanueva-Gallardo, al considerar también que se ha generado una “narrativa antihegemónica”, desde 1598 cuando Curalaf pone fin a las siete ciudades fundadas por los españoles, luego vendrá un tiempo de parlamento en las relaciones de frontera (Parlamento de Quilin -Bío-Bío 1641 y de Canoas 1793) hasta que los fusiles de la república de Chile a “Sangre y Fuego” en 1881 con el recién elegido presidente, Domingo Santa María, en el año crucial de la Guerra del Pacífico se produce la ocupación de Lima por parte de las tropas chilenas. Se firma el Tratado de Límites con Argentina, que definió la frontera en la Patagonia y se resolvieron las disputas territoriales, ese mismo año se produce el levantamiento mapuche en la zona de Malleco, sofocado por las bayonetas y el fuego de las ruka del ejército chileno que incorpora la Araucanía al territorio nacional, marcado por las guerras (Del Pacifico y Araucanía), la política interna y la redefinición de sus fronteras. No obstante, lo gris del cielo ensangrentado trajo su copiosa tempestad humedeciendo los silencios porque son años de sangre, en la garganta de lenguajes prohibidos, sangre en cada salida del sol durante siglos, y hasta ahora, el territorio imaginado todavía no existe; sólo sangre como en Gaza con niños mutilados, y la hambruna y el despojo y es hora de escribir otros poemas, porque la estética de lo oscuro es otra balacera narco y la droga del poder no cambia de mano, la siguen aspirando los mismos y se la inyectan con aranceles, o la tragan en tabletitas de colores, con un mercado oscuro por el precio de las armas que mantiene la economía de unos pocos mientras los demás reciben los balazos, las bombas que todavía caen con la estrella de David y se estrellan en la realidad mientras Trump y Putin negocian las fronteras de Ucrania y la Unión Europea no sabe qué hacer más allá de tener que pagar por las armas. Y la ingenuidad o la maldad que esconde todo decoro, y que sigue hablando del encuentro entre dos mundos, de ser así el 12 de octubre, debería establecer los límites del mundo de la avaricia y el crimen organizado con la república y sus republicanos con todo por codiciar y usurpar de lo ajeno, mientras al otro lado está el desamparo y los organismos internacionales se dedican a medir la desnutrición en brazos de niños que forman parte de los números envenenados de arsénico y otros metales pesados y contaminantes de las industrias mineras, forestales, los negacionistas del cambio climático, y las salmoneras que recientemente en Puerto Montt, impidieron la aplicación de la ley de 46 votos, 41 a favor del rechazo y 5 abstenciones. Se impusieron en contra de la ley Lafkenche, sin olvidar que según Emol.com del 18 de junio, el expresidente Frei quien es el embajador extraordinario y plenipotenciario para el Asía-Pacífico, en la cumbre Chile-Japón organizada por la CPC, dijo: "Lo primero que tenemos que hacer es matar la ley Lafkenche", y con ello desea la muerte de las comunidades indígenas costeras, al igual que lo desean las salmoneras, las forestales y las mineras. Sin duda que la poesía es la otra resistencia, pero, aunque se mantiene viva, se requiere de la re-existencia, para ampliar la conciencia ante los excesivos abusos con sangre derramada por la avaricia. Y la pregunta sigue resonando a lo largo de Chile: ¿Dónde está Julia Chuñil?
Hans Schuster, escritor
