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La pérdida del norte, es no dejar una huella ni legado. Por Luis Osorio Olivares

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La representación de un país en una imagen no resulta en absoluto alentadora. Estamos frente a algo que en lo estructural se quedó intacto, pasó el tiempo, pero es lo mismo que si no hubiera pasado.

Se construyo lo recurrente, la observación continua de los problemas en salud, educación y previsionales, entre otros. Todos enraizados en un lugar común, el modelo económico proveniente del gobierno militar y que a su vez determinó una concepción de sociedad impuesta y un dominio de poder, promoviendo el individualismo alejado de una característica que pudiera haber sido un elemento de identidad país con centro en el desarrollo comunitario. Además, había un sello que se había consagrado en la Constitución del 80 y que ya en 1984, seis años antes del término del gobierno militar, Patricio Aylwin la había aceptado como base de la institucionalidad que comenzaba el año 1990.

Luego vienen las apreciaciones, que pretendían jugar a poner un cartel diciendo “hemos finalizado la transición hacia la democracia”, aunque en lo cierto ello nunca ocurrió, si se observa la imagen el año 73 con el uso de la violencia extrema, se impone un modelo que no ha desaparecido y los sucesivos gobernantes no desplegaron las acciones que hubieran permitido una transformación real, trasladando el modelo a una posición sustancialmente diferente. No sólo está en juego el modelo, sino que no se construye una sociedad de características diferentes, por supuesto en un plazo prudente el cual nunca existió. Más aún podría haberse otorgado una garantía de gradualidad, con espacio para el desarrollo del pensamiento, la articulación de ideas y la comprensión de muchos y muchas de las necesidades de cambio, pero ello también estuvo ausente.

Sin embargo, lo que sí se produjo y en forma sucesiva fue un acrecentamiento de desconfianzas, sin tratar de superarlas, ya que tenían el efecto de mantener distancias con una ciudadanía que no era de interés, salvo en las épocas de campañas y hasta el día mismo de las elecciones. Son muy pocos y tal vez un solo partido el que se salva de esa dinámica conductual, aunque los hechos en ocasiones provocan desviaciones en relación al largo historial que se tiene y por la forma en que el país se ha ido construyendo, el norte también se puede comenzar a perder ya que los puntos cardinales comienzan a rotar.

Un elemento muy enriquecedor, podría ser la política, por cuanto es un espacio en el cual debería comenzar en un ejercicio de racionalidad en que se vaya respondiendo a las características que debería tener una sociedad con una armonía en la forma de relacionarse, considerando las necesidades comunes del ser humano, y que fortalecen el sentido de comunidad. Sin embargo, esto queda opacado, ya que se continúa con la tendencia de operar en régimen de elite y que ha marcado la historia de Chile.

Se produce una captura de lo que es sistema político, y hay una marcada tendencia en primer lugar a la aspiración del privilegio que determina un cargo gubernamental y luego a mantener ese privilegio, de ahí en parte va surgiendo esa figura de la alianza público-privada, ya que, en la oscilación del péndulo entre un gobierno de un signo y otro, hay que mantener buenas relaciones con ambas partes.

No obstante, hay cuestiones de mayor trascendencia. Nuevamente recurriendo a la imagen, aparecen tres palabras que tienen profundidad para entender el momento actual: programa, proyecto y realidad.

Programa queda representado con ese documento que sirve para campaña, con un contenido que desde el día uno de la llegada del gobierno, se sabe tiene una componente más bien publicitaria, pero a la vez cuando se declara que no será posible lograrlo se produce una figura de irresponsabilidad al haber levantado promesas no posibles de lograr.

De inmediato, la declaración sigue y la mención pasa a ser la realidad cambió, el escenario ya no es igual al original, por lo tanto, se debe emprender rumbo hacia otro lado y de esa forma viene una liberación de responsabilidades. Sin embargo, aquí hay algo crucial, el ser humano en su accionar debe ser capaz de transformar y eso implica producir realidades diferentes, de lo contrario nos quedamos anclados en esa realidad que fue construida en el entorno del gobierno militar y que hace aparecer ese modelo con sus componentes estructurales, que se van perpetuando a medida que pasa el tiempo.

Lo medular pasa a ser el proyecto, que engloba todo un concepto acerca de cómo deber ser la sociedad y las relaciones consecuentes entre los habitantes de un país, partiendo por un sentido de identidad interna a nivel país. Es el elemento resultante del pensar, de una cuidadosa elaboración y el convencimiento de una convivencia justa en el cual muchos y muchas se sientan gratos del lugar donde viven. Pero eso no existe y a lo largo de los años ha ido dejando un vacío, una imposibilidad de llegar a una estructura nueva por carencia de la definición de un horizonte claro y con ello la explicación de hechos políticos que pudieran venir más adelante, consecuentes de que ni siquiera en algún momento se levantaron cimientos que sirvieran de base a la transformación.

Al no existir un proyecto sólido que se hubiera constituido como un eje del cambio en la sociedad, es preciso explayarse en temas que son trascendentes en el hoy y se entrelazan con esa realidad aceptada y bajo la cual se recibe el país en 1990.

En Educación durante estos días se ha reactivado uno de los contenidos del programa de gobierno que expresamente se refería a “la condonación universal de la deuda CAE”, sistema de financiamiento de la educación superior que parte el año 2005 y en la cual intervienen los bancos como entidades financieras, y el estado como aval. La lógica de esa forma de permitir el acceso a las universidades de sectores con desventajas socioeconómicas presenta otras aristas.

La primera tiene que ver con el modelo económico imperante, que promueve el endeudamiento como forma de abrirse oportunidades; la otra corresponde a un factor que más de alguna vez se verifica en las universidades respecto a lo mal preparados que llegan los estudiantes a las carreras de pregrado, avizorando de esa forma una probabilidad de fracaso académico en un corto tiempo y una deuda ya contraída; y por último un país que se rige por el mercado y ante lo inminente de profesiones ya saturadas, no planifica según las necesidades del país.

Un último alcance en relación a la Educación es si los estudiantes llegan mal preparados a las universidades, cuáles son los niveles previos que están presentando problemas. De esta forma el análisis en estas materias es mucho mayor, pero no se ha abordado en profundidad, es una de las consecuencias de la ausencia de un proyecto que englobe la sociedad en su conjunto con características de integral.

En materia de Salud, la tramitación reciente de la ley corta de ISAPRES con los resultados vistos deja entrever muchas contradicciones en el entorno del actual gobierno.

Cuando expresamente se afirma que los poderes son independientes no pudiéndose inmiscuir alguno sobre las decisiones de otro, ese criterio no se cumplió.

Fue el parlamento y el ejecutivo, quienes interfirieron en la resolución de la Corte Suprema, las ISAPRES y sus clientes, fallo que se debería haber cumplido en los términos establecidos por el dictamen, devolución de dineros en plazos breves.

Estas instituciones que son parte de la estructura ya mencionada tienen toda la responsabilidad de una mala gestión favorecedora de sus negocios. Es imposible que, en su trayectoria, condicionado a que tengan una buena reputación y les sea de importancia tenerla, no hayan sabido con antelación la deuda en la que se estaban comprometiendo en el momento preciso y en la cual se les tendió un puente de salvataje. La amenaza proveniente de ellas sobre su eventual quiebra, no se hizo esperar. Así las cosas, parlamento y ejecutivo le tendieron la mano, en tanto la Corte actuó como espectadora. Para este caso y al contrario de lo que sucede en lo previsional donde no hay alguna institución que pueda asumir un rol de administración de fondos previsionales, sí existe y a lo largo de muchos años, la institución llamada FONASA y que es de carácter público, por lo cual podría haber sido desde hace tiempo el pilar del desarrollo de la salud pública a nivel nacional y la prescindencia de las ISAPRES.

La previsión es un tema con larga data y no solo representa parte de lo estructural, sino la columna vertebral del sistema y poder económico, proyectado desde la dictadura hasta el presente.

No se trata sólo de las AFP y el monto bajo de pensiones que otorgan a muchas personas, sino que se manifiestan factores sociales de magnitud. Uno de ellos fue la situación en torno a la pandemia que coincidió con el período en que de forma insistente se mencionaba que el ahorro previsional de las personas era de propiedad individual y conformaba parte de un ahorro para la vejez.

Sin embargo, al presentarse una situación que llega a muchos hogares como una crisis y que deja sin trabajo a varias personas, sumado a que en lo habitual no existe la capacidad de ahorro para emergencias, el camino era inevitable y consistió en abrir paso a los retiros de fondos, el dinero proveniente de allí se necesitaba en el momento.

La explicación del empleo informal, sin reservar para el futuro a través de cotizaciones, resulta del todo entendible, hay una prioridad de que el sueldo alcance hasta fin de mes, y si no alcanza, no se estará en condiciones de ahorrar para varios años más. En la actualidad, el parlamento discute sobre la reforma previsional, pero nuevamente se observa una situación en que las AFP quieren sí o sí llevarse una tajada, lo cual se alinea con la defensa de los postulados de la derecha desde la creación estas entidades, en que se transformaron en instituciones símbolos que mueven grandes negocios en beneficio de sus dueños.

En estos días y desde hace mucho tiempo no se habla de la globalización, sin embargo, lo que se encuentra en el tapete es el crimen organizado y el narcotráfico, que va en expansión en distintos países, mientras otros están en guerra. Así las agendas gubernamentales se direccionan hacia la seguridad, lo cual es de bastante agrado de la derecha y el sistema país se va conformando de manera diferente, la violencia y los reactivos frente a ella se comienzan a instalar. Hay señales de que a algunos la violencia les ha dado resultado, lo cual está evidenciado en la imagen introductoria del presente análisis.

Producir un vacío por omisión es malo, ya que no permite saber hacia donde mirar. No se trata de confusión, sino observar lo que ha pasado y con argumento ser escéptico, la historia no está comenzando hoy y la supuesta virtud de seguir a quien en apariencia es bueno, va en extinción. El mal menor está desapareciendo y es la explicación más fehaciente de estos tiempos y el futuro, la inexistencia de huella y legado pasa la cuenta.

Pero en medio de reflexiones un tanto situadas en un realismo crítico objetivo, hay que destacar la propuesta de salario mínimo realizada por el presidente de la CUT, el cual asciende a $800.000, y también habló con claridad, se trata del salario mínimo en su monto bruto, ya que el valor líquido es de $630.000. De todos modos, como ya hay experiencias de un monto salarial propuesto hace años por un obispo y cuya propuesta se mantuvo por años sin variación, es conveniente indicar que la CUT ha propuesto un salario mínimo bruto de 21 UF y el salario mínimo líquido que asciende a 17 UF, esta es una forma de actuar sujeto a realismo y con el norte de tomar las medidas para que estas cifras no lleven a un escenario inflacionario, según las leyes de la economía inspiradas en el libre mercado.

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