Tras ganar las elecciones presidenciales, Gabriel Boric en su discurso citó a Salvador Allende en reiteradas ocasiones, lo cual, por cierto, cobraba un doble sentido. En primer lugar, Boric desde sus inicios en el año 2009, siempre había defendido la obra del líder socialista. En segundo término, se quiso hacer una vinculación histórica con la figura del expresidente y el aplastante triunfo de Boric sobre el candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, con un resultado histórico marcado por la mayor participación de electores y el presidente con más cantidad de votos en la historia reciente de nuestro país, quien además llega al gobierno con una propuesta de gobierno que también se proyectaba como la más radical desde el retorno a la democracia, de ahí el nexo con Allende. En este contexto, Apruebo Dignidad (AD) compuesto por el PC y el FA, asumirían por primera vez como pacto político con la empresa de sacar a Chile de una crisis institucional, económica, política y social. El llamado “primer tiempo” del gobierno fue asumido con un gabinete donde AD tuvo protagonismo en el comité político y en el equipo de asesores cercanos al mandatario.
El primer tiempo del gobierno acabaría el 4 de septiembre del año 2022, con una derrota histórica para las fuerzas progresistas, la constitución rechazada no sólo terminó con la expectativa de un proyecto político de profundas transformaciones sociales, sino también cambió el tablero político de los próximos años. El segundo tiempo necesitaba cambios importantes, el socialismo democrático entró al comité político y otros importantes ámbitos del gobierno y el cambio de rumbo en la política de la coalición gobernante dejó de ser un simple discurso. En estos momentos, el gobierno de los antiguos lideres universitarios que en 2011 marchaban por las grandes alamedas exigiendo derecho a la educación y que luego desde el parlamente daban “cátedras” de cómo se debe gobernar con duras críticas a la izquierda de la concentración por haber sido demasiado dialogantes y blandos con la derecha en la mantención del sistema neoliberal, hoy día a tan solo un año del inicio de su gobierno, Boric y Apruebo Dignidad, parecen asumir la misma estrategia concertacionista de negociación, porque parece que por ahora, es la única forma de gobernar.
Este segundo año del gobierno con el eslogan “dialogando hasta que duela” se parece mucho a “Justicia en la medida de lo posible” ¿estamos ante la “concertanizacion” del gobierno de la ex bancada estudiantil?, ¿acudimos a una hibridación entre PS-PPD y FA, donde la ex concertación parece ganarle en peso político y capacidad de gestión a un presidente cada vez más opacado por ministros que tienen mayor trayectoria e influencia en el mundo político?
Así la nueva generación de políticos terminó mezclándose con los mismos con quienes antagonizaban y a quienes interpelaban desde las calles durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010). Hoy asistimos de mano de esta nueva generación de políticos a la resurrección de la Concertación y a un giro en el proyecto de la coalición de gobierno que alguna vez lideró Apruebo Dignidad, hacia una política de transformaciones en la medida de lo posible. Las citas y referencias a Allende siguen como parte de la retórica de los discursos presidenciales, pero su nexo con el actual gobierno es cada vez más débil.
Thomas Marambio,
Observatorio de Historia Reciente de Chile y América Latina, UDP.