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La revuelta de los escombros. Por Francisca Márquez

Siete de la mañana del día siguiente a la gran marcha que aglutinó 1.200.000 ciudadanos en Plaza Italia y sus alrededores. Desde mi ventana observo que un hombre y una mujer caminan en dirección a la plaza, escoba y pala en mano. No son los únicos, más adultos y jóvenes vestidos de blanco se les suman. Todos barren los escombros que ha dejado la revuelta tras de sí. Agarro mi cámara, la bitácora y bajo rauda las escaleras, antes que la plaza pierda todo rastro de la ira ciudadana, antes que los escombros sean retirados y las huellas se disuelvan bajo las escobas.

El suave sol de la mañana no alcanza para romper el gris monocromático de la plaza. Calles sembradas de peñascos extraídos de las veredas y de las tazas de los árboles hablan de la ira de la revuelta. La arqueología del escombro puede ser asombrosa en Plaza Italia, el inventario es interminable. Montañas de fierros retorcidos bloquean la puerta de la fuente de soda donde hace días tomé una cerveza. Acaricio esos fierros tibios que aun asemejan a sillas maltrechas, un suave polvo negro impregna mis dedos. En la esquina, un local sin ventanas ni puertas invita a entrar. Es la farmacia donde hace meses atrás increpé al vendedor por los precios exorbitantes de un remedio. Miro hacia adentro, no queda absolutamente nada. Un fuerte olor a orina impregna el lugar, a la entrada alguien escribió “baño de hombres”, retrocedo. A unos metros de la farmacia en ruinas, un paradero de micro, retorcido y con sus vidrios quebrados. Nadie espera.

Camino por Vicuña Mackenna y a pesar del paisaje desolador y gris, no puedo dejar de sonreir. Los escasos transeúntes se acercan a los muros que, a modo de pizarrón, ofrecen sus textos y dibujos. Sonrisas cómplices, comentarios al paso, fotos y breves conversaciones que se debaten entre el lamento del destrozo y la esperanza del cambio. Como un largo lienzo que invita a ser recorrido, me voy caminando junto a otros peatones por las amplias veredas de la avenida. A ratos me desvío por las bellas callejuelas cubiertas de escombros, todas las casas lucen rayados en sus muros, pero a diferencia de los indescifrables tag (firma graffiti), éstos se dejan comprender por el común de la gente. De ser una recolectora de imágenes de escombros, me voy convirtiendo poco a poco en una atenta coleccionista de mensajes que invitan al enojo y la imaginación: evade/ no estamos en guerra, estamos unidos / sin transar, sin temer, el pueblo va a vencer / Renuncia Piñera/ No + Abusos/ A.C.A.B./Siempre hay espacio pa´escribir/ A.O.A.B./ Carne es muerte, tortura y violación, hazte vegano/ Platón dijo: Ladrón que roba…/ 18 muertos/ Nueva Constitución / ¿Y José Huenante?/ Asamblea Constituyente/ 2.419 detenidos/ Q´Arda la banca/ Justicia para las víctimas de la represión/ Mata un Pako/ Muerte a la Yuta/ Wallmapu Libre/ / Alien/ -Democracia Representativa + Democracia Participativa/ Convocatoria Constitucional Ahora¡ / Chile Despertó/ Cuida al Piño/ La calle no calla, debate que estalla/ Somos el río volviendo a su cause/ La poesía construye el mundo/ Más weones que matar a su propia gente/ Los patipelaos explicarán a los niños que no estamos en guerra/ Mami si hoy no vuelvo, me mataron los pacos/ La comida viene de la tierra. No al TPP/ Eliminaron el ramo de historia, asi que tuvimos que escribir la historia de nuevo/ ¿Delincuencia? ¡Delincuencia es la vuestra! Asquerosos/ Democracia chilena. Dictadura del capital/ Sename evade niños y niñas/ Recuerda que somos + Cuídate, grita si te agarran: nombre y RUT/ Todas las balas que tiraron van a volver/ Sin transar y sin temer, el pueblo va a vencer. Grupo Acción Popular/ Maldición Gitana se marcha toda la semana/ No son 30 pesos/ Tu fascismo nos calla a balazos/ Si quieren esclavizarnos jamás lo podrán lograr/ Guerra de clases/ Pacto social digno. No violencia activa/ Ládrale a la autoridad/ Una evasión liceana puede despertar a un puma herido/ Repudio a la prensa evasora de la realidad/ No me asusta la amenaza, patrones de la miseria/ Si ves una detención graba con celular/ Ríos y montañas libres/ ¿Estaban buenas las pizzas mientras tu país ardía?/ ¡Traiga su cacerola!/ Soberanía de los recursos naturales/ Autodeterminación pueblos originarios/ Florecer.

Cerca de mediodía decido desandar mi camino y regresar a Plaza Italia. Para mi sorpresa, los jóvenes de blanco han barrido cada una de las veredas y sus escombros; pero también, han arrancado con sus manos y escobas cada uno de los rayados e impresos de los muros. Con brocha y pintura terminan la tarea. Ni los monumentos se salvan, los pañuelos y lienzos que arropaban las esculturas del presidente Balmaceda, del General Baquedano y Manuel Rodríguez han sido arrancados. Sus figuras nuevamente relucen. Sobre los jardines de tierra, cientos de coloridas flores de papel han sido plantadas. Un letrero advierte, “esto es arte”. Terminadas las faenas del aseo y el retiro de escombros, en el centro de Plaza Italia los jóvenes vestidos de blanco se arrodillan y oran por la paz. Una paz que no es la de Victor Jara.

Francisca Márquez es antropóloga y Doctora en Sociología. Académica titular Universidad Alberto Hurtado.

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