
Estas décimas de homenaje a doña Violeta, escritas para su centenario (2017), las reproducimos al celebrar los 105 años de su nacimiento. El encabezado corresponde a una edición de 2017 y es resultado de la colaboración de cuatro amigos grafistas.
Créditos:
Encabezado diseñado por Vicente Larrea + Óscar Bau, con tipografías de Francisco Gálvez e ilustración de Luis Albornoz.
Audio: Jorge Lillo Godoy, locutor y actor de doblajes.
INFANCIA
- Hija de Chile, chiquilla
- buscadora de cuncunas,
- compiladora de lunas
- que platean las gavillas.
- La luz de las candelillas
- viene alumbrando sus sueños;
- golondrinilla sin dueño,
- corre, canta y se desvela.
- No la amarrará la escuela
- y a ser libre va su empeño.
- Hija de Chile, pequeña,
- no hay juguetes en su infancia:
- le basta con la fragancia
- de la violeta que sueña.
- Entre mieses se despeña
- la contadora de nubes;
- junto a ellas, su alma sube
- a reinos de fantasía
- y entre jilgueros se cría
- imaginando querubes.
- ADOLESCENCIA
- Hija de Chile es la moza
- que trajo la primavera;
- su corazón se acelera
- con alas de mariposa
- y se despierta gozosa
- embrujada de esplendor.
- Adivina en el temblor
- de su piel, aquel misterio
- y sigue ese magisterio
- en las alas del amor.
- Hija de Chile, una falda
- la viste de mujer
- y comienza a florecer
- con el rocío del alba.
- Con sencilleces de malva
- va encandilada de vida
- y en su alma sorprendida
- vuelan pájaros tejidos
- en telar de amor, cautivos
- en su canción preferida.
- JUVENTUD
- Hija de Chile, mujer,
- recoge sola y callada
- las semillas olvidadas
- del canto y su menester.
- Es largo su recorrer
- navegando los trigales,
- tomando de los zorzales
- hebras de valle y montaña,
- que bordarán la maraña
- de sus cardos y rosales.
- Hija de Chile, señora,
- no hay verso que se le esconda
- cuando lo invoca a la ronda
- de su alma creadora.
- La vida, que la enamora,
- deja en su puerta una amarra:
- con fecundidad de parra,
- que de la tierra hace vino,
- ilumina los caminos
- desvelando las guitarras.
- MADUREZ
- Hija de Chile, afanosa,
- norte y sur la fortalecen
- y en amores languidece
- como si fuera una rosa.
- Más la fuerza poderosa
- que de la tierra le llega
- en tradiciones que entregan
- su corriente secular,
- la convierten en juglar
- con que a su pueblo se apega.
- Hija de Chile, Violeta,
- no hay descanso en su quehacer:
- si el canto le da placer,
- la vida le da tristezas;
- pero siempre la endereza
- la maravilla del mundo,
- hasta que un río profundo
- la hechiza con su fragancia
- y le da a su itinerancia
- el descanso en un segundo.
- DESPEDIDA-BIENVENIDA
- Se ordena la bienvenida
- a su recuerdo, que vivo,
- le da razón y motivo
- al festejo de la vida.
- La palabra redimida
- del pueblo, en su propio canto,
- nos dice que no hay quebranto
- porque nunca estuvo ausente
- y estará siempre presente,
- Violeta de nuestro encanto.
JORGE LILLO / 26 de mayo de 2017
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