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Las elecciones constituyentes adportas. Por Luis Osorio

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En la historia reciente, aquella que no tiene más de un año y medio, van quedando asuntos sin explicación, se aceptan, aunque no tengan fundamentos lógicos ni racionales. Pueden ser parte de una idiosincrasia país la actitud de pasar por alto.

¿Por qué el plebiscito de entrada a lo constituyente con voto voluntario y el plebiscito de salida con voto obligatorio? Tal vez con el correr del tiempo se sabrá la razón de fondo, o sencillamente pasará al olvido.

Sin embargo, con ese hecho, se abre una interesante opción que será vista más adelante, pudiendo llevar a una recomposición de lo social o a un grado de tensión mayor. Ambiente de incertidumbre que representa noticia en desarrollo.

Hasta el momento, y previo a la elección de constituyentes tenemos los resultados del plebiscito del 25 de octubre de 2020, en el cual alrededor del 80% de quienes sufragaron, lo hicieron por el Apruebo, con el alcance que siendo alrededor del 50% de los habilitados para votar los que fueron a las urnas, del universo de los inscritos de manera automática, así la opción ganadora tiene un 40% real a su haber y el rechazo un 10%.

El ejercicio matemático anterior, es pertinente, por ser el voto del plebiscito de salida obligatorio y queda alrededor del 50% del padrón electoral que no se ha pronunciado, y que en algún momento debe hacerlo.

Pero hay hechos políticos que están transcurriendo, que no provocan un ambiente de tranquilidad, algunos de estos ya claros desde el comienzo y otros provenientes de actitudes obstinadas de quienes nos gobiernan. Al día de hoy y por más de un año, la Constitución del 80 seguirá vigente, por tanto, la derecha por ese lado aún tiene poder, ligado a la dictadura. Los tiempos que corren por efecto del estallido social y la crisis sanitaria, no han sido fáciles para el gobierno. Siendo ambos episodios confluyentes en una demostración de las condiciones de vida precarias de tipo estructural para la vida de muchos chilenos y chilenas.

Luego del estallido social, es el propio Piñera quien pide perdón por las condiciones reclamadas que reflejan condiciones de vida alejadas de la dignidad. Pero sólo era un acto formal sin ningún signo de sinceridad. Con posterioridad al 18 de octubre de 2019, la derecha activa una estrategia denominada acuerdo por la paz, posterior obviamente a una declaración de guerra, y a partir de ese momento se va transformando en un gobierno al más puro estilo de derecha que ha ido dejando huellas en la historia, con fuertes transgresiones a los derechos humanos.

En ese contexto, puede resultar extraño que, sin tener las cosas bajo control, fueran parte de un llamado a iniciar un proceso constituyente. Pero la verdad, es que no causa ninguna extrañeza, capturaban a la concertación, con la claridad absoluta que, en lo sustancial en materia constitucional, la oposición concertacionista no constituye bloque con otras fuerzas políticas, y tienen una visión coincidente en temas tan sustanciales como los refuerzos al modelo que fueron incorporando desde el año 90 en adelante. Sólo por mencionar un punto, la entrega de recursos naturales a privados.

En esa desesperación y el estar entre la espada y la pared, trataron de ser envolventes con partidos más jóvenes, quienes actuaron con un impulso juvenil proveniente de una visión esperanzadora, sin tener la vivencia no de la historia, sino que de las prácticas de la vieja política conservadora y avasalladora. No obstante, situaciones de este tipo van decantando. Cada uno va tomando el posicionamiento del lugar donde debe estar. El gobierno frente a esto, cuando le queda exactamente un año en el poder, tendría dos alternativas, optar por una actitud de decencia sabiendo que en el país se vive por una etapa de posibles cambios, o irse por la línea de que se gobierna hasta el último día del mandato e imponiendo al máximo el poder del sector político y económico al cual representa. Claramente decidió por la última opción, ya que de paso subrepticiamente va ganando aliados entre aquellos que le administraron su modelo.

Si algunos proyectos de ley se caen en el camino, no les incomoda en absoluto. Su norte es una proyección hacia 50 años más, aunque pasen este tiempo haciendo zancadillas, obstaculizando, y asegurando más del tercio en la Convención Constituyente, complementado con otros constituyentes de sectores que están en el límite del conservadurismo y que de manera fácil pasan a ser sus incondicionales. No hay que olvidar que están en juego intereses que van más allá de militantes de derecha, se trata de familias muy entrelazadas entre sí.

En lo inmediato, y en pleno proceso constituyente, se instaló el tema de la votación de abril en 2 días, claramente con doble intencionalidad. Queda abierto un flanco que no tiene nada que ver con la voluntad por facilitar la participación del adulto mayor en las elecciones, como ha sido el argumento del gobierno.

El fondo es un tema muy sensible, que es la confianza versus desconfianza en la política y las instituciones. Resulta impresentable que los votos ya marcados con preferencia pernocten hasta el día siguiente en los locales de votación custodiados por militares, ellos son parte de la Constitución del 80.

Con lo anterior, instalan un tema que divide y sale a relucir la decisión de parlamentarios, sobre los cuales se podría pensar que serían contrarios a una medida de este tipo, pero que con el tiempo mutaron a criterios diferentes. Al dejarlos en evidencia, la desconfianza se agudiza hacia personas con nombre y apellido, junto a los sectores de los cuales son representantes. El efecto final que se persigue, si se llega a la aprobación de los 2 días, es restar electores y sumar una ganancia para el gobierno, además, los candidatos a constituyentes que están por los cambios de mayor profundidad se verán obligados a desviar su foco de atención, ocupando tiempo en convencer para ir a votar, dentro de un clima creado artificialmente, que resta el interés por participar.

No hay ninguna duda que había otras opciones para reprogramar el proceso electoral, pero en caso que la medida no prospere tal como lo plantea el gobierno, vendrá posteriormente la caza de responsables por no aprobar la demanda. Al cierre de la escritura de este artículo, está pendiente la decisión definitiva en el parlamento.

La doctrina, facilita la estrategia; la estrategia, lleva a la acción; y las acciones hacen alcanzar metas. Esta es la forma de actuar de la derecha. Si hay otro sector contrario a la derecha que pueda mostrar estos mismos elementos, significaría que tienen contrincantes que le hacen el peso. Dicho esto, para proyectarse a futuro, si alguien quiere puede tomar nota de la receta. Es el pensar y elaborar a largo plazo, detenerse a pensar no en el espacio público, sino que en un lugar tranquilo desde donde se pueda apoyar a la calle, al territorio y la organización. No es adecuado siempre asumir el rol de ser reactivo frente a lo que va imponiendo el contrario, se requiere invertir los roles.

Importantísimo, la democracia debe sustentarse en las mayorías efectivas. Cuando el poder radica en el 1% más rico, tenemos una distancia considerable de lo democrático.

Sin lugar a dudas, gracias al apoyo de los medios gráficos actuales, luego del 11 de abril, al día siguiente van a salir muchas infografías donde se mostrarán los escaños del lugar físico en el cual sesionarán los constituyentes, con colores muy representativos de las tendencias políticas que estarán allí sentadas, y distribuyendo de alguna forma con uso de una gama de colores, alcanzando también a los independientes, alguna tonalidad.

Ello será una señal del texto constitucional que podría salir de ese espacio. Haciendo otra vista más sofisticada, se podrá superponer en la gráfica, una vista de los grupos de poder que actuaran como buitres y reconocidos asesores, que sin lugar a dudas ya deben tener bastante del texto avanzado.

Pero se diferencia de una elección de otro tipo en que los candidatos deben irse en búsqueda de nuevos horizontes, y reservarse para el período electoral siguiente si lo desean. Todos los no electos siguen siendo parte del proceso, junto a toda la ciudadanía, incluyendo a quienes en esta ocasión por motivos diversos no se presenten a votar. Esto por ese pequeño y gran detalle, del voto obligatorio en el plebiscito de salida, que en una de esa podría ser parte de una estrategia no de sectores tradicionales.

Al tener la obligación de votar en el plebiscito del 2022, habrá que modificar la infografía y agregar a toda la ciudadanía que figura en los registros electorales, incluyendo al porcentaje de quienes no fueron a votar. Principalmente de estos últimos, habrá que seguir agregando escaños generados en forma espontánea, ubicados en las calles, en las organizaciones y al estilo actual, en el mundo virtual.

La lectura de un porcentaje mayor de no votantes, puede llegar a ser muy significativa. En tal caso la mitad de los no votantes, pueden ser más que cualquiera de los segmentos con representación en la Convención. Por la obligación contraída, sin quererlo, de tener que ir a votar sí o sí en el plebiscito de salida, el 12 de abril pueden partir los cabildos ciudadanos y desde fuera de la Convención, tirar líneas para un Chile verdaderamente mejor. Como esto no puede quedar sólo en palabras, será necesario incluso disponer de una hoja en blanco que se comienza escribir, y proveer mecanismos de respaldo para que nada se pierda. Al sumarse a los constituyentes que realmente están por los cambios, la presencia se puede tener por los dos lados y se estaría dando paso a una sinergia política sin precedente.

El gobierno quiere apostar a la desconfianza, pero al final la confianza se puede lograr por un camino alternativo, que a lo mejor no lo imaginábamos y la correlación de fuerzas se escapa de la formalidad de tantos años, donde mientras menos sufragaran, era mejor. Se avecina en algún momento la participación del 100% de los electores, que desde ya deben transformarse en activos y no pasivos.

El rol de los jóvenes es fundamental. En el plebiscito de salida, van a votar quienes al 11 de abril de 2021 no hayan cumplido 18 años pero que en el año alcancen esa edad. También, van a votar todos los jóvenes que a la fecha tengan 17 años y parte de los jóvenes que en la actualidad tienen 16 años. Así lo constitucional llega en propiedad al movimiento estudiantil, incluyendo la enseñanza media, incorporando de esta forma a quienes deben pensar en ser gestores de su futuro. De esta manera el tema constitucional ingresa a los colegios, sin poder ser evadido en la clase historia y/o educación cívica. Hay que iniciar el pensar el Chile que queremos, con temas separados y luego haciendo una integración de todos ellos.

Por último, y para no entrar en improvisaciones sobre hechos consumados, habrá que tener un criterio anticipado de algo que puede ser real. Si el nuevo texto no satisface en gran medida la expectativa de los ciudadanos, a la vez no se quiere seguir con la Constitución del 80, y en consecuencia es mayoritario el voto blanco y nulo. ¿qué se hace en ese caso?, son circunstancias en que no aplica el mal menor. El gobierno que viene ¿podrá propiciar de inmediato un nuevo proceso constituyente en el corto plazo?, considerando que está en juego algo tan importante como la convivencia en una nación y este escenario asimila a lo que se podría denominar vacío de poder. Es mejor tener previsto con antelación.

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