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Las mentiras del gobierno saliente en la licitación del litio. Por Luis Osorio

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El ministro Jobet, al parecer está un tanto equivocado y el gobierno representado en su jefe máximo, asume un rol de mentiroso.

Cuando ya hay un presidente electo, un proceso constituyente en marcha y temas muy trascendentes que marcan los tiempos más recientes del país, esa idea de que los presidentes gobiernan hasta el último día de su mandato, deben asumirla con cuidado y prudencia, los tiempos de amarre eran otros.

Los intereses comerciales que a veces son muy apetecidos, aprovechan hasta el máximo la cuota de poder, sin importar los intereses máximos de la nación, y la necesidad de hacer caso que en el país algo está ocurriendo y de manera clara, el segundo gobierno de Piñera no representa el genuino interés de transformación expresado en lo social.

El ministro quiere hacer aparecer, que, en atención a la proximidad de un nuevo gobierno, entran a considerar algunos aspectos de tal manera que no haya “temor”, en los resultados de la licitación del litio, más aún se apresuran en una de las partes finales del proceso, representado en la adjudicación.

Lo anterior, puede y constituye un engaño, dado que los procesos de licitación, son actos administrativos “muy claros”, que en una de las primeras etapas se estipulan las bases de la licitación, documento que debe contener sin ambigüedad, las condiciones a las que se deben atener los oferentes y que en función de ellas se presentan las ofertas y son sometidas a la evaluación correspondiente, sin agregados posteriores. De por medio está la aceptación de las bases como uno de los momentos preliminares de la licitación.

En ese proceso de los dos puntos señalados, no hay cabida para ninguna modificación, todo ya se encuentra debidamente estipulado. Salvo que exista alguna causal argumentada, que incluso podría derivar en una licitación desierta.

El llegar a los plazos finales de la apertura de las propuestas, implica el cumplimiento de plazos estrictos de recepción de las ofertas, con día y hora. No existiendo espacio de tiempo de última hora, ni siquiera para insinuar cambios de intencionalidad, se trata de procedimientos claros y objetivos. Compromisos posteriores no tienen cabida, todo debe ser concordante de principio a fin, lo que no quedo estipulado a tiempo, no es parte de la licitación.

No veo que el gobierno o un ministerio tenga la potestad, de atender observaciones de última hora. Lo que sí ejerce la potestad, de no observar un grado de decencia con la nación y sus habitantes, siempre la sensación de negocios del tiempo de los descuentos.

Más adelante la historia hablará de este período de amarre mal intencionado, de un gobierno que ha sido malo. La única acción de Estado y del gobierno a su cargo, en este momento, debería centrarse en las variantes del COVID, el fortalecimiento ante lo contingente de la atención de salud y completar las dosis de vacunación. Eso es suficiente. Cualquier otra cosa no aporta al país urgente de futuro, hasta las giras de despedida, constituyen gastos fuera de lugar, no aportan a un país diferente.

14 de enero de 2022

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