La cuarta revolución tecnológica denominada 4.0 está modificando fundamentalmente la forma en que vivimos y trabajamos. Inevitablemente, en Latinoamérica está teniendo un fuerte impacto en el mercado laboral, los procesos de producción y el consumo. En este contexto podría aumentar la brecha entre los países latinoamericanos y las naciones desarrollados, al igual que las desigualdades de ingresos, de derechos y de oportunidades en la región. “Hay una sociedad segmentada y de dualidad productiva que muestra brechas sociales importantes, lo que es complicado frente a esta revolución 4.0, por lo tanto, es muy importante considerar todos estos aspectos y reaccionar rápidamente para facilitar que estas brechas se vayan acortando”.
Es la opinión de Juan Jacobo Velasco, de la Oficina de Información Laboral para el Cono Sur de la OIT, Organización Internacional del Trabajo, que participó como panelista en el coloquio “Industria 4.0 en la Pyme: ¿Cómo nos subimos a esta revolución?” organizado por el Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP) de la Universidad Alberto Hurtado (UAH).
El experto explicó que en el continente existen economías duales donde hay un sector que usa tecnología de punta y que se vincula y comercia con el resto del mundo y, por otro lado, hay sectores enfocados en los mercados locales que tienen menores niveles de ingresos con graves dificultades estructurales. “Hay problemas de base en muchas áreas que requieren replantearse, entre ellas, el sistema educacional que debe permitir que las personas desarrollen mejores competencias y que estén habilitadas para desempeñarse en trabajos donde puedan convivir con estas nuevas tecnologías. Esto requiere tiempo y hacer esta transición en forma rápida es un proceso muy complejo”, explicó Velasco.
En tanto, el Gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, Fernando Hentzschel, sostuvo que las barreras de acceso para aprovechar las potencialidades de estas nuevas tecnologías están puestas en los sesgos en la accesibilidad que tenemos hacia las tecnologías en general. Sin embargo, destacó que Chile está a la vanguardia en tecnología en la región. “Recientemente fue lanzado el índice latinoamericano de inteligencia artificial (IA) y si bien ahí queda en evidencia que Latinoamérica está lejos de las grandes potencias como Estados Unidos, Europa y Asia, dentro de la región, Chile destaca por su capacidad de infraestructura y de conocimiento”, argumentó Hentzschel.
También se planteó que esta revolución aún está en proceso de maduración y que tiene sus matices claroscuros, en el análisis de las economías emergentes. “Habrá un impacto negativo en los salarios reales, aumentará la brecha de género y la distribución del ingreso”, advirtió el investigador del CiPP de la UAH, Carlos García, quien precisó que “la literatura muestra que un aspecto clave es el nivel de desarrollo del capital humano”.