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Libro “Acero y paloma” de Mónica Echeverría. Por Mario Osses

A medida que el tiempo pasa, y nos consumimos en él, en una atmósfera cada vez más acelerada y exenta de Valores, se torna más difícil siquiera concebir la existencia de seres reales que puedan servir de ejemplo al resto de los ciudadanos.

Pero, en el caso de este libro -“Acero y paloma”-, parece no sólo ser una ilusión sino también una realidad el ejemplo de una mujer que aún vive entre nosotros y que da un testimonio muy real, acerca de cómo debe verdaderamente enfrentarse la vida. Exenta de rencores o de odios que explicablemente podrían haberla afectado. Se trata de una “vida real” que dice relación muy profunda con nuestras actuales debilidades para no decir nuestros lastres, que imperan en la sociedad moderna: donde parecen ya no existir los valores -como la justicia, la resiliencia y la perseverancia-, respecto de los cuales el personaje central de esta obra -doña Sybila Arredondo Ladrón de Guevara- constituye un ejemplo vivo y que nos obliga por lo menos, a considerarlo y en lo posible imitarlo cabalmente.

Se trata de la historia de una mujer que como bien señala su autora -Mónica Echeverría-, revela la coexistencia de dos hechos profundamente relacionados aunque en apariencia distintos: Acero, en cuanto supo resistir una condena de 16 años en una cárcel sin que ello haya logrado alterar su esencialidad, es decir, su carácter femenino y que se asocia con el término Paloma.

En efecto, y poniendo el acento en la parte más esencial de lo humano que es el amor, ella ama profundamente a una gran personalidad de la literatura latinoamericana con quien se casa: el peruano José María Arguedas Altamirano, lamentablemente ya fallecido.

Esta sola historia de la vida real de quien fuera condenada injustamente, pero que no logró alterar sus dotes excepcionales, hoy más que nunca, puede y debe constituir un ejemplo suficientemente poderoso para nosotros los demás seres vivientes que conoceos esta historia. La que debiera ser conocida por muchos otros chilenos, especialmente, por aquéllos que no logran superar el rencor ni el odio. Y en el caso específico de Chile, aún permanecen limitados y amarrados a consideraciones de orden político-moral, tantas veces distorsionadas por ambos bandos en pugna.

No es el momento, desgraciadamente, de profundizar una situación que afecta negativamente al país entero, pero sin embargo, es la ocasión para invitarlos a meditar en este ejemplo tan invaluable que representa el personaje central de esta obra.

Huelga concluir, señalando otro hecho, no menos importante o significativo: no es la primera vez que Mónica Echeverría difunde hacia la sociedad chilena entera, los auténticos valores que debieran presidir nuestras conductas. Como en el caso específico de “Háganme callar”, otra obra suya que ningún chileno debiera pasar por alto. Porque en ella queda también en clara evidencia, hasta qué extremos los presuntos líderes o dirigentes de partidos políticos llamados de “Izquierda” -ex DC esencialmente- han traicionado los grandes principios morales que nunca jamás debieron abandonar. Para dejarse seducir y acariciar por los beneficios injustamente logrados a través de dudosas conductas, que en rigor podrían haberlos conducido a la cárcel. Tan asociados a sus radicales cambios de conducta política que todo el País censura. Especialmente, cuando tal vez porque no hay la debida división de poderes del Estado y en consecuencia, la Justicia no asume cabalmente su función.

En tanto que, la protagonista de este libro nos está dando una lección de consecuencia, de humanidad y de valor que todos debiéramos asumir en nuestras vidas. Creo que en esta perspectiva, Mónica Echeverría no sólo ha escrito otro gran libro sino que además, ella misma, es un ejemplo de consecuencia y de acción que ha sabido mantener durante toda su larga existencia. Porque, a mi juicio, la literatura aparte servir a la forma y la belleza, debe ser el conducto ideal para entregarnos mensajes de esta naturaleza, que logren fortalecer y enriquecer nuestras almas y nuestras conductas.

Mario Osses Quirós
Abogado y cientista político

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