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Los conservadores de siempre. Por Ricardo Espinoza Lolas

Me cuesta cada día más hablar de derechas o izquierdas, solamente echando un vistazo alrededor, en este pequeño planeta, la cosa se complica y ya cuesta mucho colocar a algunos entre los de derecha y a otros entre los de izquierda. Y si esto se hace es muy forzado y hasta infantil, como un juego pedagógico para que los “niños” entiendan quienes son los “buenos” y quienes los “malos”, pero visto lo visto en España, Italia, USA, Asia y en Sudamérica la cosa se nos vuelve no solo compleja, sino complicada, porque ya no se encuentran tantos “buenos” y los “malos” aumentan día a día casi de forma exponencial. Y lo que defendían las izquierdas, al parecer, hoy importa a muy poca gente y, por ende, los “políticos” tienen que transitar, para segur en el poder, para conservarlo, a las derechas.

Y cuando señalo a los “políticos”, obviamente, que no me refiero solamente a los políticos “profesionales”, de partidos, militantes, imbricados en la cuestión política actual de tal o cual país. Con los “políticos” me refiero en sentido amplio a todos los que de una u otra forma, incluso sin militancia alguna y falta de compromiso, quieren de alguna forma “conservar” el poder, el que sea, pero conservarlo. Y ese poder por lo menos tiene dos variables bien claras; la evidente, es la que está asociado a la riqueza y su acumulación, ellos, los “políticos”, no quieren dejar de acumular una riqueza realmente efectiva que ya tienen (además, ellos creen que se merecen su riqueza a costa del resto), pero que pretenden, como buenos obsesivos, seguir acumulando para “sus” generaciones venideras. Y, por una segunda variable que es similar a la primera, pero con un matiz distinto, es que los “políticos”, quieren seguir acumulando un cierto glamur de la autoridad, del saber, del Significante Amo, una manera de pontificar que ellos son los redentores, ellos son los salvadores, ellos “saben” lo que es bueno para el resto, que es solo el resto y, por ende, no está capacitado para nada bueno, menos para organizar su propia vida ni la de los otros. Por esta segunda variable de acumulación, los “políticos” acumulan reconocimiento y se sienten exitosos en el mundo-mercado actual. Ellos no quieren dejar de estar en todos los medios de comunicación hablando y hablando todo el día de lo que sea por el “bien” de todos, porque NosOtros no sabemos nada, y somos un grupo de “estúpidos”, hipies, anarcas, comunistas, populistas, traidores de todo tipo a la “esencia” de la cosa que hay que conservar y, por lo mismo, ellos como unos “casposos” héroes, peor que los de Marvel, nos salvarán de nuestro estado adolescente de ser y serán los portadores de la verdad que será “nuestra” verdad en la medida de lo posible y que si no es así, no la queremos, entrará con fuego a nuestros cuerpos.

En el caso de Chile, ha quedado claro que la máxima especulativa hegeliana de Parra: “la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”, es la que nos rige. Y de este modo han nacido los “Conservadores”. Puesto que está claro que personas como los Rincón, Peña, Lagos, Warnken, y los “amarillos”, y muchos del Partido Por la Democracia, y del Partido Socialista, los DC (la mayoría), si es que quedan algunos, movimientos políticos, movimientos sociales, miles de profesionales de toda índole, presidentes, rectores, directores, o los que dirigen tal o cual institución, más todas las derechas posibles que existen en Chile, que le deben ganar a las derechas españolas e italianas, más miles de humanos que no se reconocen con nada concreto pero no quieren cambiar ni disputar casi nada con nadie, y sin olvidar a todos los que “odian” a otro, cualquier otro, porque es diferente de él, devienen precisamente como los “Conservadores”.

Y ellos los “Conservadores” tienen un desparpajo increíble, como se dice en España, “un morro que se lo pisan”, a saber, ellos están llamados como salvadores, es el problema de cierto cristianismo que constituye a los “políticos”, a salvarnos de NosOtros mismos, porque ellos nos dirán cuál es la esencia a la que se tiene que salvar y con ello cuál será la historia que se debe narrar de ella, de esa esencia que debemos aprender como un mantra y de ahí no movernos ni un milímetro. Como la esencia, dicho con Villacañas (adaptándolo a Chile), es la “chilenidad” y ella es una sedimentación de autoritarismos hacendales de todo tipo, muchos años, que junto a un modelo “exitoso” de negocio voraz y narciso y depredador que no se puede cambiar, porque el negocio es todo y es la “mano invisible” que todo lo mueve, y hasta a veces mueve a lo autoritario mismo por la capitalización de toda zona de la realidad, entonces esa esencia: autoritarismo y capitalización, la debemos defender contra viento y marea. Chile deviene en su esencia como toda esencia en una estructura dinámica, a saber, un cierto autoritarismo en una dinámica neoliberal salvaje de producción de todo tipo que crear valor y se acumula y así el reconocimiento está asegurado y de esa forma viviremos hasta el fin de los tiempos: ¡Amén!

Y, por tanto, con esa “esencia” de sedimentaciones arbitrarias se le debe crear una historia pertinente. Y es la historia del país mejor del mundo mundial, en donde al forastero se le quiere más que al propio chileno (en especial si hacen negocios), en donde todos viven felices trabajando 48 horas al día, la familia “rosa” es el garante de los valores bellos y nobles que nos constituyen y nos dan un norte a donde seguir porque somos una nación de iguales e idénticos entre sí (nada ni nadie nos ensucia nuestra imagen, menos los queer, los pueblos nativos, las mujeres, los feos, los pobres, los otros que rompen nuestra norma normalizada y esplendente), tomamos Coca Cola, nos gusta Miami, vemos carreras de Fórmula 1, y en donde nada oscuro nos ha acontecido nunca, sino solamente un discurso de traidores a la patria que se inventaron hasta un Golpe de Estado en 1973 y han querido ensuciar la imagen noble de un hombre “bueno” que nos salvó, como fue Pinochet.

Por eso mismo hay que develar a esos “Conservadores”, porque en verdad han estado siempre construyendo “su” país y lo defenderán con todo tipo de mentiras, hasta que estas se vuelvan “verdaderas”.

Polignano a Mare, 10 de junio de 2023

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