Los Manuscritos de Uka, corresponde a la trascripción de 75 cuadernos escritos por Uka Tepano Kaituoe, escritos entre 1971 hasta 2004 (año de su fallecimiento), la recopilación la realizó Gerardo Velasco García-Huidobro, bajo la traducción y revisión de Ana Betty Haoa Rapahango, con fotografías del archivo Museo Antropológico Padre Sebastián Englert, diseño y edición de Eduardo Ruiz-Tagle Rapanui Press, primera edición 2015.
En sus escritos Uka, deja constancia de las enseñanzas, informaciones y relatos de sus abuelos Juan Tepano y Engepito, al igual que su bisabuela Veriamo y de su padre Esteban Tepano, apodado “El Brujo” por su habilidad para resolver los conflictos entre miembros de diversas familias. Uka, es la hija mayor de Esteban Tepano Ika y de Emilia Kaituoe que era nieta de Christian Schmidt. Ella se especializó en salud, y a su regreso de Valparaíso ejerce como asistente del médico y la matrona, colaborando también con la expedición médica Canadiense de 1965 y con las expediciones arqueológicas, especialmente con la de William Mulloy, luego de su matrimonio y durante algunos años (1971 a 1974) recorre varios países del Centro y Sudamérica y posteriormente viaja por la polinesia francesa, incluyendo un viaje a Europa, en donde recorre entre otros países, Alemania.
El libro contiene hermosos relatos sobre las tradiciones y costumbres, entre ellas las del curanto del nuevo hijo/a, un pollo entero con vísceras y dos camotes, se cocina cuando no hay nadie en casa, luego se espera y se destapa en la noche, así todos los espíritus vuelven a sus lugares, si se viola el tabú del nuevo hijo, puede morir. La rabadilla del pollo es de la embarazada, y se lo come junto a su suegra, luego se fija el pollo y se traslada por toda la casa, rápidamente, luego se esconde bajo el curanto, se limpian las manos con hojas secas de plátano, la idea de la ceremonia es para que siga vivo después de nacer, luego hay rituales para cortar el ombligo al nacer y para cortar el pelo a los dos años, porque a los ocho días de nacido se realiza el curanto “parehaonga” de los parientes del padre y luego uno más grande por ambas familias. Los curantos son parte de las ceremonias, corte de ombligo y de pelo. Antaño, cuando tenían sobre los veinte años se llevaba a los jóvenes a Hanga O Teo a la fiesta, para buscar pareja, y si se parecían bien, se intercambiaban los hijos las familias hasta la boda en que vivirían juntos.
Están presentes Profecías como la realizada por Hotu Matu´a que hizo al hijo de Hua Tava, Makoï Ringi Ringi, cuando partió a buscar la zona de desembarco para el rey, una antigua historia que da cuenta del enojo de las familias dado que Mako´i Ringi Ringi, informó al rey de la tierra mala, en donde sólo crece maleza y no sirve para cosechas, con ello el rey se va a otras tierras, su propia tierra y con ello se lleva a su gente. Luego en la sucesión viene Hotu, dado que no le dieron la autoridad soberana a Oroi, hermano del rey, ni al segundo y tercero en la sucesión, sino a Hotu, que tuvo ocho hijos, seis de los cuales al bañarse en Hanga Mori One Tea, fueron encontrados muertos “acostados boca abajo, pues les habían sacado todos los intestinos por el ano y estaban todos muertos”. (pág.17). Luego se cuenta la sucesión de linaje que incluyó el cambio de esposa, y llegó a tener trece hijos vivos. En el séquito del rey, venían los diversos oficios entre ellos agricultores, pescadores de peces o quienes atrapaban anguilas, langostas, cangrejos y recolectaban algas.
Hay apartados especiales para dar cuenta de las plantas y especies medicinales y su preparación, 27 en total, de igual forma, se mencionan los nombres de lugares (toponimia, indicando su dirección en la isla), las historias ancestrales se repiten, con distintos elementos, por ejemplo, se da cuenta de la descendencia o de quienes estaban con el rey. Quienes trabajaron para Policarpo Toro, historias del roba curantos y distintas personas, se nombran todas las tribus, los diversos curantos ceremoniales, la historia de Angata con su hija de cuatro años, golpeada por su esposo, y que se le dio por muerta, hasta que el sacerdote llegó.
Se sacó la ropa con que realizaba la misa y cubrió el cadáver pronunciando un sermón: “Les pido a ustedes que me ayuden a rezar el pure tutia, para rogar a Dios que nos devuelva el espíritu de esta mujer para que cuide a su hija” Desde la mañana hasta la media tarde estuvo muerta, nueve horas. Al resucitar la envían al doctor , está datado con el año 1886, en Manga Reva, al mejorarse el sacerdote le puso al cuello su rosario y le dijo a Angata: “Tu trabajo será reunir a la gente y rezar el rosario, para pagar a Dios por haber hecho que tu espíritu regresara, para que tú vivieras nuevamente en esta tierra”, posteriormente le autorizan desde la iglesia para que se vuelva a casar, con Pakomio Manu Maitaki, que vivía en Tahití donde estaba Angata y le permiten a él, volver a Rapa Nui con ella, esta vez ella va a cargo de diversos animales y a su misión de enseñar el rosario, recordemos que algunos años más tarde, María Angata Veri Tahi ʻa Pengo Hare Kohou (1853-1914) fue una líder religiosa católica Rapa nui de fines del siglo XIX y principios del XX. Después de experimentar una visión profética en la que Dios le ordenó que retomara la tierra y el ganado, lideró una rebelión en la isla contra la Compañía Williamson-Balfour, que mantenía en trabajo forzado a la mayoría de los habitantes y muy mal alimentados, incluso les quemaban sus cosechas para tenerlos subyugados. En el texto sólo se menciona una parte de la vida de María Angata, no se menciona tampoco que su familia dio muerte al primer esposo, debido a la golpiza que él emprendió con ella, dejándola con una malformación en la espalda.
El texto narra acontecimientos de guerra entre tribus, el uso de la pasta de riare, que es una pasta blanca para pintarse la cara y luego aplicar el kiea para colorearla en tonos rosados. La creación de lanzas de obsidiana, esta guerra que comenzó por un niño de doce años, se extendió en el tiempo “Fue una guerra muy grande. El clan Miru se unió al clan Hiki en Hanga o Huno. Poio era el jefe, junto con sus hermanos Taku Hau Uuri, Oho Takatore, Uira A Ta´e Reka. Se juntaron todos estos guerreros y echaron abajo los ahu, botaron los moai, quemaron las casas hasta que quedó en el suelo, desde Poike hasta Vinapu, a ambos lados de la tierra”. El relato continúa con hechos de sangre, entre el clan Miru y los Hotu Iti, hay recopilación de canticos fúnebres. Desde el capítulo 5 aparecen las leyendas, entre las que se destacan las del espíritu que enseñó los Kai Kai, entre otros, luego se cuentan diversas historias, varias de ellas contadas sólo en español, aunque la mayoría está bilingüe, hay historia sobre los barcos peruanos y los crímenes y los secuestros. Hay tres genealogías de familias del rey de la familia Ika, familia Tetono y Rano hay una descripción con los nombres de las casas y habitantes de Hanga Roa, posteriormente hay una serie de textos con Recitados y Canciones, y un diccionario, también están los nombres de los espíritus masculinos y femeninos de la tierra, Toponimia y nombres importantes se denomina el capítulo nueve y el último dice relación con los nombres de sitios significativos. Hay una veintena de fotografías y lo más especial es el trabajo de recopilación de los 75 cuadernos con los manuscritos de Uka, gracias a personas como ella es que las nuevas y próximas generaciones podrán acercarse a los relatos ancestrales a la cultura y lengua de un pueblo nación que, a pesar las penurias, los maltratos, los despojos, las violaciones, los secuestros y los crímenes, mantiene viva su cultura y expone su legado a las futuras generaciones.
Qué falta le hace a la ciudadanía encontrarse con las otras culturas de estos mismos territorios, y de una vez por todas comenzar a reconocer nuestras ignorancias para aprender a convivir y enriquecernos con las visiones y costumbres de otras culturas o pueblos nación que están presentes en estos territorios. Es una lástima que las cortinas de humo sobre las políticas de estado mantengan a los políticos de ocasión preocupados por el humo televisivo de los violadores, de las corruptas o corruptos, y no ante las víctimas, recordemos que Anmistía Internacional recientemente entregó su informe sobre la Represión en Chile durante las protestas del 2019 con un total de 10.142 denuncias y sólo 51 sentencias condenatorias quedando 1.402 investigaciones vigentes, frente a la renuencia del Estado de Chile por solucionar tanto flagelo, una vez más constatamos la miseria de ambas cámaras y ejecutivo incluido, que no logran mejorar; pensiones, sistema de salud, justicia y educación, no por nada las Universidades están al borde del abismo, es claro que incomoda el hecho de que existan centros de investigación y grupos pensantes, que ponen en jaque a los demagogos y quienes tienen como botín al Estado, cada vez más convulsionado por los Hermosillas, pero faltan ollas que destapar, que incluyen también (en sentido figurado) a los Quintanillas.
Hans Schuster, escritor.